Orradre, A. y JH Svarsman
Enviado por dragonforce • 23 de Noviembre de 2012 • Informe • 1.449 Palabras (6 Páginas) • 557 Visitas
Orradre, A. y J. H. Svarsman (1995). “Qué se enseña y qué se aprende en Historia”, en Aisenber, B. y S. Alderoqui (comp). Didáctica de las ciencias sociales. Aportes y Reflexiones. Buenos Aires. Paidós pp. 219-235 (Selección)
Búsqueda de la información. Esta búsqueda de información, como ocurre con el historiador, no es al azar: no es cualquier información sino aquella que surge como necesaria. El docente, que tiene claro cuáles son los contenidos que los niños deben aprender, orientará las preguntas y posteriormente el rastreo de la información en función de lo que se pretende enseñar.
¿Dónde buscar la información? Existen amplias posibilidades al respecto. Desde el material bibliográfico que ofrecen los libros de texto hasta la publicación de antologías de documentos e imágenes. También se pueden incluir relatos orales, obras de arte, arquitectura, literatura, escultura, música, etcétera. La variedad y riqueza del material facilitará que los saberes sobre el tema se enriquezcan e intensifiquen. Esta diversidad también servirá al alumno para elaborar otras preguntas o para plantearse hipótesis que lo orienten hacia la selección, entre todo el material recogido, de aquello que le servirá para resolver el problema que se indaga.
Muchas veces el alumno no tiene dónde buscar la información, ya sea porque no cuenta con bibliotecas escolares (o que no poseen el material necesario) o porque su situación particular no le ofrece dicha posibilidad. Este frecuente problema debe ser encarado por el docente de forma individual o por la institución, a fin de ir formando un banco de datos.
Nos referimos, simplemente, a una caja o carpeta donde poco a poco se vayan acoplando materiales sobre diferentes temáticas. No se trata, como en el caso del historiador, de contar con documentos inéditos. Tampoco se pretende una gran profusión, ni que sea nuevo todos los años. El cómo y el para qué se lo utilice le dará su actualidad.
Dijimos que la búsqueda no era al azar. El docente enseñará que, para dicha búsqueda, hay ciertos procedimientos que hay que aprender. Buscar información implica, corno aprendizaje, saber dónde puedo encontrarla, y una vez en el lugar, qué espero hallar allí y, en consecuencia, qué debo seleccionar.
Si se va, por ejemplo, a un museo de obras pictóricas, no interesarán todas las obras sino aquellas que se refieren al tema y a la cuestión o las cuestiones que se indaguen. Los trabajos previos a la visita son indispensables.
Vista la diversidad de recursos y técnicas para la búsqueda de información, creemos necesario, a fin de que este texto sirva realmente a la tarea del docente, detenernos en cada uno de ellos, en sus características, qué es lo que aportan, dónde buscarlos, cómo usarlos y para qué.
La información a buscar en ciencias sociales se refiere fundamentalmente a hechos y procesos de la realidad social pasada y presente, que abarcan desde lo referente a la vida cotidiana de los hombres hasta las conceptualizaciones generales o específicas. De la vida cotidiana habrá que buscar materiales sobre costumbres, vivienda, alimentación, formas de producción y comercialización, características de los grupos sociales, tecnología, etcétera. Otro tipo de información puede referirse a procesos más abarcativos: evolución de la población, series de producción y comercio, evolución de los medios de transporte, procesos políticos, etcétera. Existe también material más elaborado sobre interpretaciones y análisis teóricos (análisis de procesos sociales o económicos de un período determinado o de varios).
¿Qué debe aprender un chico cuando busca información? Es nuestra intención extendemos en este punto por la importancia que damos a las capacidades que el alumno debe desarrollar junto con la adquisición de los saberes conceptuales propios de la materia.
Analizaremos, entonces, algunas técnicas que pueden ser utilizadas en el momento de la búsqueda de la información.
La observación. […] Si "miro" un cuadro, selecciono a través de la observación aquellos aspectos que me interesan. Es, en realidad, un descubrimiento, es develar algo, es poner de manifiesto una cosa oculta, es una actitud contemplativa razonada" (Corona Martínez, 1969, pág l). Por lo tanto, se trata de una capacidad que se adquiere. El docente debe tener en claro qué quiere que se observe de algo, para luego orientar intencionalmente la mirada del alumno. Es, en definitiva, desarrollar el "ojo histórico", desarrollo que se va perfeccionando a lo largo de la escolaridad.
Si se trata de observar un edificio, un programa televisivo, una fotografía, un mapa, es necesario previamente saber qué datos queremos buscar; en consecuencia, iremos ya con preguntas indagadoras.
[…] Con esto queremos reiterar la idea
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