POLITICAS Y SOLUCIONES A LA SOBRECUALIFICACIÓN

POLITICAS Y SOLUCIONES A LA SOBRECUALIFICACIÓN

Como hemos visto es un problema que afecta a todo el mundo no solo a una parte de la población, a continuación podemos ver tres aspectos para poder solucionarlo que son los mas destacados:

El primer planteamiento es de sentido común: buena parte de las dificultades actuales de los jóvenes en el mercado de trabajo se deben a un factor demográfico que en el futuro desaparecerá́. A medida que estas generaciones se vayan insertando laboralmente y que las generaciones menos pobladas vayan entrando en el mercado de trabajo, esta situación mejorará.  A consecuencia de la caída demográfica, la entrada de nuevas generaciones en el mercado laboral tiende a ralentizarse, a la vez que la economía española muestra capacidad para crear nuevos empleos.

El segundo planteamiento que intenta encontrar una salida a la sobrecualificación es el más conocido. La extensión por amplios colectivos de los supuestos de la teoría del capital humano ha provocado que delante de cualquier dificultad del mercado de trabajo la solución que se potencie desde el gobierno sea la de invertir en formación. Este planteamiento puede generar dudas importantes en un contexto de sobrecualificación: ya que buena parte de los jóvenes ya están lo suficiente formados; es el mercado de trabajo el que no está a la altura de tanta formación que esta adquiriendo los demandantes de empleo. Por lo que una mayor inversión educativa no resolvería la problemática de los jóvenes sobrecualificados al contrario, provocaría un aumento de la «inflación» de las titulaciones.

El tercer planteamiento intenta solucionar de manera individual una proble- mática colectiva: se trata de potenciar el espíritu emprendedor entre los jóvenes. El fomento del espíritu emprendedor y el incremento de la inversión en capital humano son las dos soluciones priorizadas por las administraciones, especial- mente por la U.E. Se trataría de utilizar la formación de los jóvenes sobrecualifi- cados para estimular su conversión en empresarios. Si este planteamiento puede dar sus resultados a un número determinado de individuos, resulta inadecuado ofrecerlo como solución a un mercado de trabajo joven precarizado y con una elevada tasa de paro. El fomento del espíritu emprendedor no es mas que una estrategia de los gobiernos para no afrontarse de frente a los problemas que esto conlleva nos conduce a un punto crítico en cualquier análisis del mercado de trabajo: el nivel político. Para solucionar estas medidas que están adoptando podrían llevar a cabo: puede impulsarse la creación directa de ocupación de cali- dad, en las condiciones favorables a los trabajadores que tradicionalmente carac- terizaban la contratación publica. En segundo lugar, es imprescindible impulsar un pacto entre el estado y la patronal para pasar de una economía basada en el trabajo intensivo, poco cualificado y de salarios bajos a una economía en que las ocupaciones estables y cualifica- das tengan un papel preponderante. Es decir, es necesaria una actuación sobre el tejido productivo que lo estimule a crear ocupaciones cualificadas y de calidad, de acuerdo con el esfuerzo educativo realizado por los jóvenes y por el conjunto de la sociedad.

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