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Pensamiento Bolivariano De La Naturaleza


Enviado por   •  30 de Abril de 2014  •  1.542 Palabras (7 Páginas)  •  653 Visitas

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Pensamientos Bolivarianos de la Naturaleza: (El agua, la tierra y bosque)

Simón Bolívar da muestras de ser un adelantado a su tiempo, al legislar en protección de las aguas, bosques, la siembra de árboles, el cuidado de plantas para la alimentación.

Su pensamiento sigue vigente cuando hoy observamos que, el gran debate por la vida y la existencia de la humanidad, es el cambio climático, la defensa de la madre tierra, la producción de alimentos para la vida, no como mercancía, de la preservación de los bosques y agua potable, todo lo cual, ha sido alterado por el consumismo desmedido, insubstancial, superfluo, impuestos por las grandes empresas transnacionales y los modos de vida de irracionales de los grupos sociales. Hoy Latinoamérica y el Caribe, vienen desarrollando y cumpliendo con el pensamiento de Simón Bolívar, José Martí, José de Vasconcelos, San Martin, Cesar Sandino, de la tecnología de la liberación. Solo un cambio del sistema Neoliberal y Capitalista podrá salvar la humanidad

“Si al que no tiene tiempo para mirar las nubes que vuelan sobre su cabeza, las hojas que el viento agita, el agua que corre en el arroyo y las plantas que crecen en sus orillas, le dijera yo, que la vida es triste y me tendría por un loco” Simón Bolívar

El 19 de diciembre de 1825, desde Bolivia promulga el siguiente Decreto: “Que en todo los puntos en que el terreno prometa hacer prospera una especie de planta mayor cualquiera, se emprenda una plantación a costa del Estado, hasta el número de un millón de árboles, prefiriendo los lugares donde haya más necesidad de ellos”

Para comprender lo trascendental y sorprendente que en el siglo XIX Bolívar se preocupara por el medio ambiente, debemos trasladarnos al presente, cuando las naciones entienden la necesidad de salvar el planeta de la deforestación, luego que los científicos en los laboratorios descubrieron que las plantas mediante el proceso de fotosíntesis que se sucede en la clorofila que son las partes verdes, bajo la acción de la luz solar: absorben del aire atmosférico anhídrido carbónico y los descomponen en sus dos elementos: oxigeno y carbono, que hacen posible la vida en el planeta, es decir, que Bolívar se había proyectado casi dos siglos a un descubrimiento y de allí su preocupación por salvar el ecosistema.

La Biodiversidad, expresa la diversidad del mundo biológico. El término surgió en 1985, y en su sentido más amplio es sinónimo de “vida sobre la Tierra”

Bolívar amaba la naturaleza:

“Como gran parte del territorio carece de agua, que se visiten las vertientes de los ríos, se observe el curso de ellos, y se determinen los lugares por donde puedan conducirse las aguas a los terrenos que estén privados de ella”

A caballo recorrió 23.000 kilómetros, mucho más de lo que transitaron Alejandro, Marco Polo y Napoleón, cuyas aventuras colman la atención de los historiadores.

Desde muy pequeño Bolívar nadaba en los acogedores y tranquilos remansos del río Güaire, cerca del cual tenían sus padres una casa que utilizaban en tiempos de verano. Con Andrés Bello, jugueteaba en las riberas del Anauco, cuyas aguas zigzagueaban por entre las suaves lomas de San Bernardino, con su maestro Simón Rodríguez, subía el Avila sembrado de vegetación que le otorgaba un clima de eterna primavera a la ciudad colonial de los techos rojos, y con los esclavos, recorría las siembras de San Mateo, compartiendo con la naturaleza un arco iris de especies y colores.

Bolívar respetaba la naturaleza, nadie más que él sintió su poder destructivo, para la fecha del 26 de marzo de 1812, cuando Caracas fue destruida por un fuerte terremoto, cuya fuerza telúrica llegó hasta Mérida y Barquisimeto: “Si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”, y cuando tuvo que conducir civiles y soldados por selvas, desiertos, ríos caudalosos, tormentas y cumbres nevadas. “A ninguno le será permitido exportar caballos, yeguas, mulas ni asnos, cualquiera sea el permiso con que lo intente”.

La obra del Abate Pluche “Espectáculo de la Naturaleza” que pertenecía a la biblioteca de su padre, lo inició como ecologista: en cada lugar hacía una parada, para anotar en su diario como el mejor de los científicos; en su cuaderno describía las especies por su habita y sus características. En sus últimos días un incipiente libro de Botánica China que siempre llevaba en sus alforjas, le leía pacientemente su fiel mayordomo José Palacios, al momento en que el Libertador se despedía de este mundo.

“Cualquiera que extraiga de los bosques del Estado, quina, maderas preciosas y de construcción sin la debida licencia, o traspase los límites que se hayan fijado, incurrirá en una multa de veinte y cinco a cien pesos, aplicados a los fondos públicos; además pagará, a

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