Pensar, Analizar Y Comprender: Pasos Claves Para El Diseño Arquitectónico

La búsqueda de una solución para la situación del habitar al terminar la I Guerra Mundial se tradujo en el hecho de reducir la rutina del hombre a un “tipo” que se pudiera reproducir en pleno auge de la industrialización. Ésta decisión determinó las bases de un avance en la arquitectura, y se hizo por medio del objeto que define al hombre y que siempre ha sido la necesidad básica: el refugio, la vivienda.

En la Villa Savoye, Le Corbusier presenta una vivienda inscrita en un prisma, con una composición en planta que no se refiere tanto al desplazamiento de la forma sino a la relación que se produce al combinarlas. En planta la estructura, que constituye en sí misma un ornamento por su pureza que destaca a la vista, dibuja un perímetro regular que siempre busca recrear la forma envolvente, con pilotes que cambian de sección y que se retrasan de la fachada para liberar ésta última de toda responsabilidad estructural.

Además la vivienda también responde al factor automóvil, reconociendo nuevas necesidades aportadas por la industrialización y que pasaron a forman parte de la rutina del hombre, delegando para él la planta baja por su condición de espacio que se conecta con la calle y que tiene un diseño más orgánico, al igual que la terraza.

En ésta casa se hacen presentes los cinco puntos que aportaría Le Corbusier para una nueva arquitectura en 1926 (Tres años después del libro “Hacia una Arquitectura” y tres años antes de la Villa Savoye): la planta libre, la casa apoyada sobre pilotes, la fachada libre, la ventana horizontal que enmarca y reafirma la condición de la fachada y la terraza jardín que busca reproducir las bondades del suelo en la planta alta para la recreación y relación del hombre con su entorno (LÓPEZ, M. 2012).

Ésta serie de normas constituyen una tipología de vivienda que se adapta según Le Corbusier a la forma de vida del hombre en general, y donde enfatiza que independientemente del tipo, cada vivienda es diferente por la manera en que se relacionan las formas que la componen, y, ésta misma condición la hace única y atractiva, tal como el caso del rostro humano, al cual hace referencia en el texto Arquitectura, pura creación del Espíritu: “…El tipo de cara pertenece a todo individuo;…Hay millones de rostros constituidos de acuerdo a esos tipos esenciales y sin embargo, todos son diferentes…”(Le Corbusier, 1923).

Sin embargo, si bien es cierto que la arquitectura precisa de un orden para resolver los problemas globales de vivienda, correcta dotación de servicios y calidad de vida para el ciudadano, en un sistema económico como el que rige al mundo actualmente (capitalismo) donde el crecimiento poblacional es desmesurado, es necesario agregar a éstos principio el estudio del contexto geográfico, histórico, cultural, y social en el que se desenvuelve el hombre para que la vivienda sea también un reflejo de su propia identidad,

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