Politica Mexicana
Enviado por GraceCrazola • 21 de Junio de 2014 • 2.128 Palabras (9 Páginas) • 232 Visitas
Resumen
Desde comienzos de los años ochenta la economía mexicana entró en una franca fase de lento crecimiento. Con la estimación de una función de producción aumentada por el tipo de cambio real se explica que la razón principal radica en la caída sistemática de la productividad total de los factores que, a su vez, se asocia con que la industria manufacturera dejó de ser el motor del crecimiento, pasando así a un proceso de terciarización improductiva. El deterioro del marco institucional parece también estar altamente asociado a este desempeño, sobre todo al observar que ha caído abruptamente la eficiencia de la inversión. Se contrasta este desempeño con el de Chile, país que presenta resultados diferentes.
Palabras clave: estrategia o estilo de crecimiento, función de producción modificada por el tipo de cambio, productividad total de los factores, terciarización improductiva, eficiencia de la inversión, cointegración, exogeneidad.
Classification JEL:** C32, C52, E60, O47
Abstract
The Mexican economy began a slowdown pace of economic growth in the early 1980s. We estimate a production function —augmented by the real exchange rate— whereby it is shown that the main cause of such slow performance stems from a sharp reduction in total factor productivity, which in turn is associated with an unproductive tertiarization process. The overall deterioration of the institutional framework seems to be highly correlated with this outcome ever since the investment efficiency decreased.
Key words: growth strategy, production function augmented by the real exchange rate, total factor productivity, efficiency of investment, non–productive tertiarization, co–integration, exogeneity.
Introducción
Existe un amplio consenso con relación a que la economía mexicana experimentó una estrategia de crecimiento muy exitosa durante el periodo 1945–1970 y que desde fines de los años sesenta comenzaron a aparecer graves problemas estructurales que avisaban sobre el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones.
Fueron el incremento del endeudamiento externo (1970–1976) y luego el auge petrolero (1978–1981) los factores que recuperaron transitoriamente las tasas de crecimiento de las décadas anteriores. La crisis de balanza de pagos de 1982–1983 resultó ser el elemento final que definió una nueva estrategia de crecimiento basada principalmente en la privatización de la actividad productiva y en la apertura internacional (comercial y financiera) irrestricta. En el Plan Nacional de Desarrollo 1983–1988 (De la Madrid 1983) se planteó la necesidad de realizar las reformas estructurales necesarias que favorecieran la exportación de manufacturas y se convirtieran así en un motor del crecimiento.
A pesar de que desde entonces México entró en un intenso proceso de inserción en la globalización, lo cierto es que el crecimiento del producto per cápita ha sido decepcionante. Si bien durante la década de los ochenta hubo un entorno económico mundial de lento crecimiento, en los años siguientes hubo una importante recuperación que no se observó en la economía mexicana, por lo que la explicación debe buscarse en dos hechos importantes. Por un lado, en la mala gestión estatal que fue incapaz de generar o concretar los cambios estructurales e institucionales de largo alcance que permitieran construir un nuevo basamento para la acumulación y el crecimiento, fincados en una nueva modalidad de industrialización; y, por otro lado, en la apuesta errónea de que el libre comercio y las privatizaciones, en ausencia de dirigismo gubernamental —mejor expresado en una política industrial moderna—, generarían por sí mismas un nuevo y más alto sendero de crecimiento.
En favor de estas hipótesis encontramos una experiencia contrastante: la economía chilena, que atendió y resolvió los problemas anteriores, por lo que desde mediados de los años ochenta despegó. Hasta ahora todo parece indicar que es la única economía de la región que ha logrado insertarse en trayectorias de crecimiento promisorias. Según datos del Banco Mundial (2000 y 2008), en la década de los sesenta la tasa media de crecimiento anual de México fue 6.7%, mientras que en Chile fue 4.1%. En esta misma década la tasa de crecimiento de la economía mundial fue incluso menor a la de México (5.5%). Ya en la década de los noventa las cosas se revirtieron, pues México creció a una tasa semejante a la del promedio mundial (3.5 y 3.3 por ciento, respectivamente), mientras que Chile lo hizo en 6.4%. Finalmente, entre 2000 y 2006 la economía chilena alcanzó una tasa de crecimiento de 3.6% y la mundial de 3.1%, esto es, por encima de México, que sólo creció 2.3 por ciento.
Las razones más amplias de estos desempeños contrastantes podrían buscarse en la descomposición (recomposición) de regímenes políticos que debilitaron (fortalecieron) la capacidad estatal de gestión, el relajamiento (fortalecimiento) del estado de derecho, la falta (presencia) de una clase política líder y una inadecuada (adecuada) inserción en la globalización. En el caso específico de México, además, el manejo erróneo de la política monetaria y cambiaria afectó centralmente el crecimiento.
Para fundamentar el fracaso/éxito del desenvolvimiento de la economía mexicana (1980–2008) vis à vis la chilena se estiman dos funciones de producción y la ecuación fundamental de Kaldor (1966), que propone que el crecimiento económico depende centralmente del dinamismo de las manufacturas, debido a que es el sector que por naturaleza y en principio genera rendimientos crecientes en su interior y los derrama al resto de la economía.
El artículo se estructura de la manera siguiente. En el primer apartado se presentan algunos hechos estilizados (sectoriales) de la economía mexicana desde 1940. Se enfatiza la inadecuada composición sectorial que se ha ido configurando desde los años setenta y a la que —según nuestra hipótesis central— puede atribuirse principalmente el decepcionante crecimiento de las dos últimas décadas. En el segundo apartado se analizan relaciones técnicas por el lado de la oferta y se estiman dos funciones de producción para México (1980.1–2008.4), de las que se derivan una función de empleo y otra de la productividad total de los factores a la Solow. En el apartado tres se estiman las contribuciones al crecimiento económico de la manufactura para México y Chile (1970–2008) utilizando la especificación de Kaldor (1966). Al final, además de resumir los principales hallazgos, se reflexiona sobre las importancias de las políticas monetarias, cambiarias y sectoriales
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