POLITICA EXTERIOR MEXICANA
Enviado por chinillozj83 • 28 de Abril de 2013 • 1.964 Palabras (8 Páginas) • 902 Visitas
México: Su Política Frente a la Mundialización
ENSAYO FINAL:
ANALISIS EN LA APLICACIÓN DE LA POLÍTICA EXTERIOR MEXICANA
El nuevo mundo que se abre ante nosotros presenta inmensas oportunidades para adelantarse a fin de consolidar la victoria de la democracia y de los mercados abiertos. (Anthony Lake –asesor de Seguridad Nacional Estadounidense 1994)
Sin lugar a dudas en el nuevo panorama internacional las oportunidades que se presentan para el desarrollo de un Estado-Nación son inmensas, el desarrollo de la tecnología, la ciencia medica y las propias filosofías han revolucionado la forma de ver y percibir las cosas; las políticas exteriores de los países deben de estar acordes a la coyuntura de este contexto, donde los países que no entran a la globalización o quedan fuera de esta su desarrollo se ve minimizado por la multiplicidad de factores que envuelven a estos países sumiéndolos en un retraso generacional impresionante… pero la teoría es muy diferente a la practica claro esta, aun cuando los países integrantes de un bloque globalizado han tratado y procurado enfocar sus políticas exteriores y su propio derecho interno para evitar el atraso en que se pueden sumir si no lo hicieran, siempre estarán supeditados a las “verdades duraderas” de las potencias mas fuertes con sus instituciones de dominación.
El caso de México no es la excepción ya desde los 80 ´s, los ajustes estructurales de las organizaciones Bretón Woods han tenido gestión directa en el manejo de nuestra política interior e influencia para llevarla en el plano exterior, pero si bien históricamente nuestro país (hasta hace poco) siempre tuvo el prestigio de llevar una política exterior, si no bien acorde completamente a intereses de otras potencias, si a una doctrina que implementada desde 1930 tenia como elemento fundamental la discrecionalidad en lo que se refiere al mantenimiento de las relaciones diplomáticas.
La formulación de la política exterior mexicana tiende a la defensa de los intereses nacionales en el exterior; pero, como la política exterior de todos los demás países, muchas veces puede no coincidir con los intereses nacionales, por ser resultado de fuerzas particulares, diferentes y a veces contraria al interés nacional. (Modesto Seara Vázquez).
Pero los trucos que funcionan con otros, no sirven de nada en ese callejón bien iluminado donde uno tiene una cita consigo mismo. (Fukuyama)
Por mas de 70 años los criterios básicos para la formulación de la política exterior mexicana, al carecer de la fuerza material necesaria en la política internacional; fue en apoyarse siempre en el derecho internacional para asegurar su independencia, en contraposición a lo que actualmente palpamos donde no existe una garantía de independencia y la política nacional esta llena de interferencias.
En la presente etapa del plano internacional donde el unilateralismo de los Estados Unidos es marcado para dirigir nuestra política exterior en beneficio siempre de los intereses de esta potencia y en donde “los Estados Unidos tiene que mantener su primacía internacional en beneficio para el mundo” (Samuel Huntington).
Ya que el derecho de Estados Unidos de actuar unilateralmente y de controlar esas regiones que selecciona es único, tal como compete a la única potencia que esta “definida” por su dedicación hacia todo lo bueno (Chomsky).
Por lo menos por interés propio México debe de defender principios de no intervención, integridad territorial, autodeterminación de los pueblos y no caer en el juego de la revolución mundial, del último hombre de Fukuyama: Donde la historia nos enseña que en el pasado ha habido innumerables horizontes. Las personas que vivieron en ellos, al carecer de nuestra moderna conciencia de la historia, creía que su horizonte era el único posible. Los que llegaron mas tarde a este proceso, los que viven en la vejez de la humanidad, no pueden mostrarse tan faltos de crítica. Por esto el hombre moderno es el último hombre: la experiencia de la historia lo ha agotado y lo ha desengañado de la posibilidad de una experiencia directa de los valores (Fukuyama).
Con esta conciencia histórica de la política exterior, considerando los propios factores de la globalización, debería de ir enfocada a la búsqueda de nuestras verdades duraderas como misión histórica de nuestra nación.
Desde luego que en la formulación de una política exterior no debemos descartar que las nuevas tecnologías de la información, al transformar los procesos del procesamiento de la información, actúan en todos los dominios de la actividad humana y hacen posible establecer conexiones infinitas entre diferentes dominios, así como entre los elementos y agentes de tales actividades (Castells).
Y considerar el uso de la tecnología como un instrumento de apoyo en la generación de consensos para llevarlos al plano de la práctica en una política exterior.
En la complejidad del entorno internacional, el problema no es con la globalización sino como ha sido empleada, así como sus instrumentos económicos como las asociaciones Bretton Woods (Stiglitz).
Y es bajo todas estas perspectivas en que se deben de considerar, en la formulación de nuestra política exterior factores propios de la cultura de nuestra raza y que México no es solo un país que geopolíticamente es privilegiado, su cultura y su identidad lo hacen ser el punto de partida de un credo, de un sentir que extrínsecamente hace el llamamiento a la convergencia de factores inalienables de costumbres, tradiciones y sobre todo de una identidad nacional, ya tan perdida actualmente, la sociedad no solo cumple un fin como tal sino que es factor determinante del devenir de la historia de un pueblo, ya que como tal, la sociedad se constituye con las interrelaciones de los individuos, su actuar y su sentir o forma de reaccionar a lo concerniente en su tiempo.
La sociedad mexicana, una sociedad llena de matices de profundo arraigo tradicional producto de la culturalización española es el claro ejemplo de la necesidad paternal del mexicano donde no nos atrevemos a ser por miedo a ser nosotros mismos y a crearnos una conciencia de lo que nos rodea, en esta serie de complejos matices el mexicano como individuo constituye un premexicanismo tendiente
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