Política Y Cultura En La Sociedad Neoliberal: La Otra década Infame

Informe de lectura

Grassi, Estela. Cap. “Política y cultura, una aproximación”; del libro: Política y Cultura en la Sociedad Neoliberal: la otra década infame; año 2004.

Licenciada en Trabajo Social, Antropóloga, Doctora en Antropología Social, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales de La Universidad de Buenos Aires y Docente de la Maestría en Política Social de la misma Facultad. Actualmente dirige el proyecto “Política Social, condiciones de trabajo y formas de organización socio-política”

La finalidad de este capitulo es describir, tanto como explicar, los conceptos de cultura y política, estableciendo la relación entre ambos.

El marco teórico en el que se desarrolla es de índole socio-político y cultural, centrándose en dos conceptos de interés social: tanto cultura como política conciernen a la sociedad, en el sentido en que le brinda una forma y una estructura que construirá su identidad. Para esto es de suma importancia la participación activa del Estado, en el cual se desplegará la reproducción social y las políticas sociales, en tanto expresión de los principios y postulados que organizan la vida social, respecto de la igualdad y los efectos que repercuten en la libertad. Así mismo esto expresa la medida en que una sociedad (comunidad organizada) se acerca o se aleja del reconocimiento de las necesidades de todos sus miembros y su capacidad de protección de los mismos.

Esta introducción dará el pie para el abordaje del análisis del capitulo, y la explicación de los conceptos. Empezaremos por definir cultura (según el texto base). Este mismo puede ser entendido como modos de vida y también como dimensión simbólica de la vida social, sin embargo ambos sentidos remiten a concepciones diferentes, aun así no tienen que ser necesariamente contrapuestos; entendiéndose en términos relacionales y procesuales.

El concepto de cultura puede direccionarse en amplios sentidos de la vida en sociedad. Bauman (2002) evidencia en la cultura el sentido restringido de excelencia y creatividad como privilegio de los espíritus sensibles y libres (este sentido de cultura justifica la pretensión de absoluta libertad del artista, así como la autonomía del campo intelectual) y de los hombres audaces o de firme voluntad (es la condición que acompaña a los hombres de éxito, que se “hicieron desde abajo”, cuyo buen criterio y templanza ante el riesgo de innovar se da por descontado) que no puede realizarse sino en plena libertad.

Desde otra perspectiva la cultura intenta captar la particularidad y la continuidad como propiedad universal de todas las formas de vida humana, por eso en la formulación clásica del concepto se entendió que a cada sociedad le corresponde una cultura, es decir un modo de vida particular.

Todo lo expuesto anteriormente esta estrechamente relacionado con el termino política y lo explicitaremos a continuación. Para este concepto al igual que el de cultura es difícil de encontrar una única definición que abarque toda la palabra. En este caso, cuando hablamos de política no podemos dejar de hacer referencia a términos como Estado y ciudadanía. Para poder hacer una aproximación debemos hablar de la sociedad como comunidad organizada, la cual al perseguir los mismos ideales, busca una forma de lograr una unidad y constituir una relación basada en leyes, las que preservaran sus intereses colectivos dando forma a un gobierno.

Lo político es lo que se delimita en un sistema específico, es decir la institución política, la cual es la que regula la vida en sociedad. En consecuencia de esto, la regulación de intereses entre individuos se ve demarcada por las relaciones de poder entre las instituciones. En palabras de la autora “las relaciones de poder devienen, entonces, relaciones políticas que se reconfiguran en la disputa por la distribución del poder en las diversas esferas de la vida social.

Así también Lechner, Arendt y Habermas (cada uno desde su perspectiva) se refieren a la política en relación con las regulaciones y limites que estructuran la vida social, pero no como impedimento o prohibición, sino como habilitante de la acción y la palabra (Arendt); como momento de producción de la sociedad misma (Lechner); o como condición de libertad y autonomía cuando se alcanza comunicativamente (Habermas).

El proceso político será aquel que dará existencia e identidad a una sociedad determinada, estableciendo sus normas y dando legitimidad a sus instituciones, en base al interés común. El campo de lo político es a su vez la escena en la cual los actores sociales son los responsables de velar por sus derechos. Estos a su vez se ven en la necesidad de delegar su representación en un portavoz, formando así parte del sistema político.

“En las sociedades modernas, formalmente la política discurre públicamente, en tanto que está abierta a la participación de todos y es visible para todos”, es decir que cada persona al formar parte de una comunidad política tiene el derecho de emitir su opinión. El Estado y el sistema de

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