Popol Vuh
Enviado por LuisRxC • 28 de Enero de 2014 • 5.897 Palabras (24 Páginas) • 1.030 Visitas
PRIMERA PARTE.
CAPÍTULO PRIMERO.
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Esta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio; todo inmóvil,
callado y vacía la extensión del cielo.
Esta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un hombre, ni un animal,
pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas, ni bosques: sólo el cielo
existía.
No se manifestaba la faz de la tierra. estaban el mar en calma y el cielo en toda su
extensión.
No había nada junto, que hiciera ruido ni cosa alguna que se moviera, ni se agitara, ni hiciera
ruido en el cielo.
No había nada que estuviera en pie; sólo el agua eSólon reposo, el mar apacible solo y tranquilo.
No había nada dotado de existencia.
Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad, en la noche. Sólo el Creador, el
Formador, Tepeu, Gucumatz, los progenitores, estaban en elagua rodeados de claridad Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules por eso se les llama Gucumatz.
De grandes sabios, de grandes pensadores es su naturaleza. De esta manera existía el cielo y también el Corazón del Cielo, que éste es el nombre de Dios. Así contaban.
Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la oscuridad, en la
noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando;
se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento.
Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera
debía aparecer el hombre.
Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los
bejucos y el nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en la
noche por el Corazón el Cielo, que se llama Huracán.
El primero se llama Caculjá,-Huracán. El segundo es Chipi-Caculjá . El tercero es Raxa,-Caculjá. Y estos tres son el corazón del Cielo.
Entonces vinieron juntos Tepeu y Gucumatz; entonces conferenciaron sobre la vida y la
claridad, como se hará para que aclare y amanezca, quién será el que produzca el alimento y el
sustento.
—¡Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua se retire y desocupe (el espacio), que
surja la tierra y que se afirme!. Así dijeron. ¡Que aclare, que amanezca en el cielo y en la tierra! No
habrá gloria ni grandeza en nuestra creación y formación hasta que exista la criatura humana el
hombre formado. Así dijeron.
Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra. —
¡Tíerra!, dijeron y al instante fue hecha.
Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación, cuando surgieron del
agua las montañas; y al instante crecieron las montañas.
Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las montañas y los
valles; y al instante brotaron juntos los cipresales y pinares en la superficie.
Y así se llenó de alegría Gucumatz diciendo: —¡Buena ha sido tu venida, Corazón del Cielo; tú,
Huracán y tú, Chipi-Caculjá , Raxa,-Caculjá!
—Nuestra obra, nuestra creación será terminada, contestaron.
Primero se formaron la tierra, las montañas y los valles; se dividieron las corrientes de agua,
los arroyos se fueron corriendo libremente entre los cerros, y las aguas quedaron separadas
cuando aparecieron las altas montañas. Así fue la creación de la tierra, cuando fue formada por el
Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, que así son llamados los que primero la fecundaron,
cuando el cielo estaba en suspenso y la tierra se hallaba sumergida dentro del agua.
De esta manera se perfeccionó la obra, cuando la ejecutaron después de pensar y meditar
sobre su feliz terminación.
CAPÍTULO 2.
Luego hicieron a los animales pequeños del monte, los guardianes de todos los bosques, los
genios de la montaña los venados, los pájaros, leones, tigres, serpientes, culebras, cantiles,
(víboras), guardianes de los bejucos.
Y dijeron los Progenitores. —¿Sólo silencio e inmovilidad habrá bajo los árboles y los bejucos?
Conviene que en lo sucesivo haya quien los guarde.
Así dijeron cuando meditaron y hablaron en seguida. Al punto fueron creados los venados y las
aves. En seguida les repartieron sus moradas a los venados y a las aves. —Tú, venado, dormirás
con la vega de los ríos y en los barrancos. Aquí estarás entre la maleza, entre las hierbas; en el
bosque os multiplicaréis, en cuatro pies andaréis y os sostendréis. Y así como se dijo, así se hizo.
Luego designaron también su morada a los pájaros pequeños y a las aves mayores:—
Vosotros, pájaros, habitaréis sobre los árboles y los bejucos allí haréis vuestros nidos, allí os
multiplicaréis, allí os sacudiréis en las ramas de los árboles y de los bejucos. Así les fue dicho a los
venados y a los pájaros para que hicieran lo que debían hacer, y todos tomaron sus habitaciones y
sus nidos.
De esta manera los Progenitores les dieron sus habitaciones a los animales de la tierra.
Y estando terminada la creación de todos los cuadrúpedos y las aves, les fue dicho a los
cuadrúpedos y pájaros por el Creador y el Formador y los Progenitores: —Hablad. gritad. gorjead.
llamad. hablad cada uno según vuestra especie, según la variedad de cada uno. Así les fue dicho a
los venados, los pájaros, leones, tigres y serpientes.
—Decid, pues, nuestros nombres, alabadnos a nosotros, vuestra madre, vuestro padre.
¡Invocad, pues, a Huracán, Chipi-Caculjá . Kaxa,-Caculjá. el Corazón del Cielo, el Corazón de la
Tierra, el Creador, el Formador, los Progenitores; hablad, invocadnos, adoradnos!, les dijeron.
Pero no se pudo conseguir que hablaran como los hombres; sólo chillaban, cacareaban y
graznaban; no se manifestó la forma de su lenguaje, y cada uno gritaba de manera diferente.
Cuando el Creador y el Formador vieron que no era posible que hablaran, se dijeron entre sí:
—No ha sido posible que ellos digan nuestro nombre, el nosotros, sus creadores y formadores.
Esto no está bien, dijeron entre sí los Progenitores.
Entonces se les dijo: —Seréis cambiados porque no se ha conseguido que habléis. Hemos
cambiado de parecer: vuestro alimento, vuestra postura, vuestra habitación y vuestros nidos los
tendréis, serán los barrancos y los bosques,
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