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Enviado por Michel1992 • 4 de Junio de 2015 • 348 Palabras (2 Páginas) • 206 Visitas
FROYLAN TURCIOS
FORMACION ACADEMICA
En 1903 el extinto periodista y político Froylán Turcios recibió su título como bachiller en ciencias y letras en el instituto La Fraternidad.
Froilán Turcios fue un cuentista de finos rasgos preciosistas, inclinándose a los temas violentos. El estudioso dominicano Max Henriquez Ureña dijo de él: "Fue un talento precoz, empezó a escribir desde su infancia; a los 12 años ya publicaba versos... Como poeta es elegante y correcto, pero es el cuento en lo que sobresale"; ciertamente puede afirmarse que Froilán Turcios inició el cuento del siglo XX en su país. Además de cultivar una poesía preciosista, elaboró sus relatos como filigranas estilísticas. Sus textos en prosa, influidos por el italiano Gabriele D'Annunzio, se caracterizan por la pericia en la trama, el valor exacto y a la vez ornamental de las palabras y los finales inesperados o impactantes que marcaron luego buena parte del género en América Latina.
ENSAMIENTO FILOSOFICO
Imbuido en las luchas americanistas, fue secretario privado del guerrillero Augusto Cesar Sandino en Nicaragua, y en el plano literario amigo personal de Rubén Darío, Juan Ramón Molina y numerosas figuras del pensamiento.
Sus textos en prosa, influidos por el italiano Gabriele D’Annunzio, se caracterizan por la pericia en la tramas, el valor exacto y a la vez ornamental de las palabras y los finales inesperados que marcaron luego buena parte del género en América Latina.
FRASES
“…al día siguiente ingresó a la capital la tropa invasora, y por primera vez sentí, convertida en hecho, la afrenta con que se humillará a mi patria. Lancé una candente hoja suelta protestando de aquel incalificable abuso de la fuerza bruta”
“El amor es una embriaguez divina. Es la suprema angustia y la suprema delicia. Amar es sufrir, es sentir dentro del espíritu todas las tempestades y todas las alegrías. Es vivir una vida fantástica, impregnada de tristeza y de perfumes. Es soñar dulces cosas a la hora del crepúsculo y cosas extrañas en la callada medianoche. Es llevar constantemente en las pupilas la imagen de la mujer querida, y en el oído su voz, y en todo el ser la gloria de su encanto”.
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