Principales cambios en el Aparato digestivo en el paciente geriátrico

Principales cambios en el Aparato digestivo en el paciente geriátrico

Los órganos que constituyen el aparato digestivo son la bocal la faringe, el esófago, el estómago y los intestinos delgado y grueso, que en conjunto forman el aparato o tubo gastrointestinal. Asi mismo, hay otros órganos a los que por participar en la función digestiva se les estudia al mismo tiempo, bajo la denominación de accesorios; son las glándulas salivales, el páncreas, los dientes, el hígado, la vesícula y las vías biliares.

Los estudios realizados hasta ahora respecto del envejecimiento del tubo digestivo y sus órganos accesorios, revelan aspectos importantes de las modificaciones anatomo fisiológicas que cabe esperar en la vejez, y de cómo éstas son capaces de dar caracteres diferentes a los procesos patológicos.

La digestión, función primordial de este aparato, consiste en la transformación del estado físico y químico de los alimentos, para su absorción y transporte a los , tejidos y su utilización por las células de éstos.

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CAVIDAD BUCAL

La cavidad bucal es la parte inicial del tubo digestivo y el sitio donde comienza la digestión. Está constituida por una pared superior formada por los paladares

duro y blando, el piso, donde se localiza la lengua, las paredes laterales o carillos y las estructuras gingivales (encías) donde se encuentran los dientes. Desembocan en esta cavidad las glándulas salivales parótida, submaxilar y sublingual.

La boca está recubierta por mucosa que puede mostrarse seca (xerostomía), lo cual puede deberse no al envejecimiento sino a otras razones, como deshidratación por baja ingestión de líquidos, respirar con la boca abierta o algunas enfermedades.

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Son frecuentes las varicosidades debajo de la lengua, que de no ser por que a veces causan dolor, pasarían inadvertidas.

Se ha comprobado que después de los 75 años de edad, la lengua ha perdido hasta 80% de unidades gustativas funcionales;80 esto trae consigo la disminución de la sensación gustativa y del placer de comer.

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En la práctica se ha observado que la falta de percepción de los sabores se presenta tiempo después de una parálisis del nervio facial, hecho que, en cierta forma, concuerda con las comunicaciones de algunos autores (Huches, citado por Rossman), que sugieren la degeneración celular del lóbulo de la base de la circunvolución poscentral del lóbulo parietal, que es donde se perciben las sensaciones gustativas, olfatorias y auditivas.

Respecto de la secreción salival, aunque permanece más o menos constante en cantidad, muestra una disminución de ptialina lo suficientemente importante como para alterar la digestión de los almidones.

En cuanto a las piezas dentarias, es notable su desgaste (atrición) en las superficies oclusales, que son las que mayor roce experimentan; en su interior se ha encontrado aumento de la dentina y de cemento, que provoca disminución de la cámara pulpar en la corona. La dentina de la raíz es esclerosa, reduciendo la luz del conducto radicular, con la consecuente alteración de la circulación endodontal. La consecuencia, de esto, posiblemente, es la rarefacción de la raíz, que se vuelve transparente y se resorbe; el cuello de la pieza dental se torna osteoporótico y con frecuencia está descubierto porque las encías se retraen por atrofia, misma que causa problemas en la adaptación de las prótesis, en especial del maxilar inferior; por esta atrofia del maxilar el frenillo está más alto. En general, hay atrofia ósea y gingival.

ESÓFAGO

El esófago está sujeto a desplazamiento y cambios seniles. Cuando la aorta y los vasos carotídeos están elongados y tortuosos, rechazan al esófago desplazándolo hacia la izquierda y hacia atrás.

Los cambios seniles, consistentes en peristaltismo disminuido, dilatación esofágica y retardo de vaciamiento, deben diferenciarse de los trastornos clínicos que tienen estas mismas manifestaciones; por ejemplo, la esclerodermia.

ESTOMAGO

Con el envejecimiento, el estómago presenta atrofia senil que se manifiesta por disminución de las secreciones gástricas y por gastritis, ambas difíciles de diferenciar de algunas patologías.

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