Proactividad Cualidad Vital

LA PROACTIVIDAD: FACTOR CLAVE PARA EL ÉXITO DEL BUEN NEGOCIADOR

ALUMNA

YOIS PATRICIA ALVAREZ ARIZA

FUNDACION UNIVERSITARIA SAN MARTIN

ADMINISTRACION DE EMPRESAS

IX SEMESTRE NOCTURNO

2010

LA PROACTIVIDAD: FACTOR CLAVE PARA EL ÉXITO DEL BUEN NEGOCIADOR

Desde los arbores de la humanidad el hombre ha demostrado su capacidad e inteligencia para solucionar problemas que afectan en cierta medida su estilo de vida, razón por la cual siempre mantiene en busca de soluciones a dichas dificultades y es en este tipo de situaciones donde han surgido los más grandes inventos del universo.

Uno de los campos en que se ve reflejado la necesidad de buscar soluciones y poner en marcha ideas creativas es en el campo de los negocios. Las personas que se desenvuelven en este contexto deben poseer cualidades que los haga únicos, ser inteligentes en la toma de decisiones, planear antes de llevar a cabo un proyecto, analizar pros y contras de las situaciones al igual que las futuras consecuencias, y lo más importante, deben tener la cualidad de la Proactividad.

Según Bateman y Crant, “la proactividad supone crear cambio, no solo anticiparlo”. Para ellos la persona proactiva siempre debe tener la iniciativa de mejorar un negocio.

La proactividad se convierte entonces en sinónimo de liderazgo, pero no aquel líder que goza de un status en su empresa, sino un líder comprometido, que se anticipa a los problemas y genera soluciones de cambio, así mismo, se caracteriza por ser perseverante y mantenerse en un entorno versátil como el nuestro.

Los seres humanos a diferencia de los animales poseemos un tesoro oculto llamado proactividad, que es explotado en ocasiones porque nos vemos obligados a llevar a cabo acciones y reacciones debido a las necesidades, pero lastimosamente aún existe un gran número de personas que se desempeñan en diferentes campos: educación, política, deporte, farándula, entre otros, y que viven a la espera de que los demás hagan lo que en el fondo se quiere ver o utilizar. Mantienen una rutina en la que pueden estar por el resto de sus vidas, en muchas ocasiones por querer llevar el control y seguir unos “protocolos” que en ocasiones son barreras impuestas por la misma sociedad.

Volviendo a la analogía con los animales, nos podemos dar cuenta que ellos intentan sobrevivir en su hábitat y para conseguir su alimento hacen muchas cosas, en algunos casos, comen animales de su misma especie, pero es solo eso, instinto animal. Sin embargo, con los seres humanos pasa algo diferente: el entorno no es el limitante para poder actuar, sino la conducta que poseamos frente a determinadas situaciones. La persona proactiva tiene en su interior su propia ambiente, su propio hábitat, tiene la esencia que supera cualquier factor externo: los valores.

Otros autores como Ralf Schwarzer sostienen que el comportamiento proactivo encierra la creencia y el convencimiento de las personas, que ellas cuentan con un excelente potencial para iniciar una mejora, para tender, a partir de su persistencia y constancia, a mejorarse a sí mismas.

Desde el punto de vista del negociador, este debe reflejar resultados de su proactividad, ya que el éxito se manifiesta en los logros alcanzados, claro está, cimentado bajo los principios morales y éticos.

Es de señalar, que aunque sea de forma inadvertida, alguna vez en nuestras vidas cumplimos el papel de negociador,

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