Proceso Descolonizador
Enviado por Soledad16 • 6 de Septiembre de 2014 • 1.919 Palabras (8 Páginas) • 227 Visitas
EL REGLAMENTO DE TIERRAS
Por su importancia el reglamento de tierras merece un análisis detenido.
Antecedentes Artigas compartía con la élite dirigente la preocupación por la recuperación económica de la provincia, deteriorada por las guerras a partir de 1811. En carta dirigida al Cabildo de Montevideo, en mayo de 1815, Artigas señalaba: “Los males de la guerra han sido trascendentales a todo. Los talleres han quedado abandonados, los pueblos sin comercio, las haciendas de campo destruidas y todo arruinado, la miseria agobia al país...”
Para Artigas el desarrollo económico debía ir acompañado de la creación de una sociedad más justa en la que los más infelices serían los más privilegiados, punto que tal vez no fuera compartido por la élite.
La ganadería era la riqueza básica de la provincia. Los ganados habían precedido a los hombres en el poblamiento del territorio. Las tierras no tenían un valor en si mismas sino por el ganado que pastaba en ellas. Desde la época colonial se arrastraban varios problemas que afectaban a la explotación ganadera: la indefinición de la propiedad por falta de cercados y de marcas de ganado, la falta de vigilancia que permitía el robo y el contrabando de ganado, la explotación extensiva y la matanza indiscriminada, la falta de propietarios que residieran en el campo y la existencia de poseedores de tierras que si vivían en ellas pero no tenían título de propiedad.
Con la revolución la situación se agravó. Disminuyó el ganado porque los ejércitos se alimentaban del ganado que encontraban en la marcha. Muchos estancieros y capataces abandonaron las estancias porque se unieron a la revolución. Muchos propietarios españoles huyeron y abandonaron sus tierras. Faltó mano de obra porque los peones también estaban luchando. Los hábitos de trabajo, que ya eran pocos en la colonia, se perdieron definitivamente. Ante la falta de autoridad fue más fácil para los portugueses ingresar a territorio oriental y hacer arreos hacia Brasil.
Esta situación requería un plan que solucionara tanto aspectos económicos como sociales. Artigas, en coordinación con los principales estancieros, redactó el “Reglamento Provisorio para fomento de la campaña y seguridad de los hacendados” aprobado el 10 de setiembre de 1815.
Contenido del Reglamento. El título oficial del reglamento señala su carácter y sus objetivos. Su carácter era provisorio porque la intención era tomar medidas urgentes que luego se complementarían y ajustarían sobre la marcha. Sus objetivos eran dos: 1) el fomento de la campaña por medio del asentamiento de gente en el campo que permitiría una mayor producción; 2) la seguridad para asegurar la tranquilidad de los hacendados. También había un objetivo político: castigar a los enemigos de la revolución ya que ellos perderían las tierras que se entregarían a otros.
El aspecto más trascendente del reglamento es el reparto de tierras y ganados que anunciaba.
¿Cuál era el origen de las tierras y el ganado a repartir?
Se basaba en la expropiación por motivos políticos pues los terrenos a repartir eran los de “los emigrados, malos europeos y peores americanos”. Los emigrados eran aquellos propietarios que se habían ido de la provincia huyendo de los artiguistas; los malos europeos eran los españoles opositores y los peores americanos eran los criollos contrarios al artiguismo.
También se repartirían las tierras que habían sido donadas o vendidas por las autoridades españolas o porteñas entre 1810 y 1815, es decir desde el comienzo de la revolución.
La expropiación era sin pago de indemnización. Se tomaba en cuenta si los expropiados eran casados y el número de hijos que tenían para dejarles lo suficiente que les permitiera vivir. De los solteros contrarrevolucionarios todo era disponible.
¿Quienes eran los beneficiados con los repartos?
El concepto básico para repartir las tierras y el ganado era que “los más infelices serán los más privilegiados”. El texto del reglamento aclara a quienes se consideraba más infelices: los negros libres, los zambos (mestizos de indio y negro), los indios, criollos pobres y las viudas pobres. El reglamento contempló la situación de las muchas viudas que había dejado la guerra y que quedaban al frente del hogar, con hijos y sin bienes.
En el reparto tenían prioridad los casados sobre los solteros y los americanos ante cualquier extranjero. La familia fue contemplada por el artiguismo tanto a la hora de castigar como de premiar: el más perjudicado era el contrarrevolucionario soltero y el más beneficiado el criollo pobre casado.
¿Qué bienes recibían los beneficiados?
Los bienes entregados eran tierras y ganado. La tierra consistía en una suerte de estancia de legua y media de frente por dos de fondo. Tenían la forma de un rectángulo cuyo frente era el lado menor que daba hacia las corrientes de agua, de esta manera se hacía un reparto más equitativo del agua necesaria para el ganado.
Esta tierra permitía criar una cantidad de ganado suficiente para que los poseedores de ella vivieran adecuadamente. Se calcula que se podían extraer unos 360 cueros al año lo que permitía satisfacer las necesidades de la familia beneficiada.
¿Qué obligaciones tenían los beneficiados?
Los que recibían la tierras debían mostrar su interés de establecerse en ella construyendo un rancho y dos corrales. Tenían un plazo de dos meses para hacerlo con un mes más de prórroga. Si cumplido este tercer mes no lo habían hecho, la donación quedaba anulada y la tierra se entregaría “a otro vecino más laborioso y benéfico para la provincia”.
El beneficiado sólo podía recibir una suerte de estancia, o sea sólo un terreno y no podía venderla ni hipotecarla. Esta prohibición remarcaba la razón por la cual se entregaba la tierra: para ser trabajada, para poder explotar el ganado en forma productiva y no para hacer dinero vendiéndola. Además se evitaba que alguien comprara varias de estas suerte de estancia formando latifundios o aumentando los ya existentes.
El reglamento no prohibía ni atacaba a los latifundios
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