Protestantismo En America Latina
Enviado por alexnegro • 2 de Julio de 2013 • 4.308 Palabras (18 Páginas) • 812 Visitas
“PROTESTANTISMOS EN AMÉRICA LATINA”
INTRODUCCIÓN
Ante el trabajo de analizar el origen y el contexto de desarrollo de las corrientes predominantes de un tipo de cristianismo que ha llegado a ser parte del campo religioso latinoamericano como lo es el protestantismo, cualquiera se topa ante el desafío de dar cuenta de un fenómeno complejo, cuyo rasgo fundamental es, como lo expresa Bastian, la pluralidad. Esta característica fundamental ha generado, por un lado, dificultad incluso a aquellos que son investigadores del tema, y por el otro, ha colocado a todos los que se aventuran a abordarlo en la difícil posición de no poder hacer generalizaciones. Esto se debe al hecho que se trata de un caso sumamente vasto y multifacético, que requiere del análisis reflexivo de mucho material informativo y que genera un abanico amplio de posibilidades de encarar y valorar el asunto. De esta manera, el siguiente trabajo se constituye en un acercamiento al tema necesariamente ceñido a los límites definidos en los puntos mencionados a continuación con miras a comprender de la manera más clara, coherente y fundamentada posible un tema que, como latinoamericano y cristiano protestante, me resulta indispensable saber, pese a las limitaciones que tuve a la hora de abordar la tarea.
ORIGEN HISTÓRICO, LLEGADA A AMÉRICA LATINA
E IGLESIAS Y DENOMINACIONES QUE LAS INTEGRAN
Como aclaraciones previas inicio este primer punto partiendo del presupuesto común identificado en la diversa bibliografía consultada de que el tema de las misiones de los protestantismos latinoamericanos ha sido un asunto analizado y valorado de diferentes maneras, basado en las posturas ideológicas y deducciones interpretativas de los investigadores de un fenómeno relacionado con la convergencia histórica en América Latina de tres situaciones claves como contexto: el proyecto liberal político de los países latinoamericanos, la expansión imperial norteamericana y el ingreso sistemático del protestantismo en el territorio.
Además es de destacar que los protestantismos gestados en América Latina son es sus inicios sociedades religiosas exógenas al continente, que fueron importadas desde la Colonia y mayormente desde la segunda mitad del siglo XIX por extranjeros comerciantes, marineros, colonizadores y misioneros provenientes de aquellos países donde el protestantismo había conformado una civilización, es decir, específicamente los focos geográficos de Europa y Norteamérica.
Esto quiere decir que analizar la génesis de los protestantismos latinoamericanos conduce necesariamente al análisis de lo que ha sido denominado los protestantismos de origen (europeos y norteamericanos), identificando aspectos fundamentales como su origen, desarrollo, características doctrinales, litúrgicas y organizacionales, su expansión al “Nuevo Mundo”, etc., ya que son éstos quienes van a arribar en el escenario latinoamericano y a desarrollarse en el mismo a tal punto hasta adquirir luego una caracterización propiamente latinoamericana.
1) EL PROTESTANTISMO LIBERAL:
Origen:
El protestantismo liberal es aquel protestantismo influenciado en diversas medidas por la teología liberal europea y el evangelio social de los Estados Unidos que se asocian con el proyecto político de modernización liberal latinoamericano como esperanza para su desarrollo y progreso.
Según Míguez Bonino, el rostro liberal del protestantismo hace referencia a las sociedades bíblicas, iglesias de inmigración y primeras juntas misioneras que arribaron a América Latina en el siglo XIX. Este protestantismo constituyó para las nuevas republicas latinoamericanas un llamado al cambio, a la integración del mundo moderno, centrado en la esfera de la religión pero con efectos sobre la totalidad de la vida y sociedad.
Llegada a América Latina:
Durante la época colonial, España y Portugal trataron de mantener sus colonias cerradas a todo contacto extranjero. Esta política servía para proteger el monopolio de comercio que tanto beneficiaba a la metrópoli. Pero se hacía también para proteger a los habitantes de las colonias del “contagio” con ideas tales como el protestantismo. Al terminar entonces la época colonial, muchos de los dirigentes de las nuevas naciones siguieron una política opuesta. Según ellos veían las cosas, era necesario fomentar el contacto con otros países, especialmente la Gran Bretaña y los Estados Unidos, cuyo desarrollo industrial y económico las nuevas naciones debían imitar. Para ello, es decir, para que el país pudiera industrializarse, pensaban, era necesario poblar el interior, abrir caminos, establecer contactos con las naciones industrializadas, e introducir las ideas y la experiencia de esas naciones. Por ello, durante todo el siglo XIX los gobiernos más progresistas de América Latina fomentaron la inmigración europea y norteamericana.
Para fomentar la inmigración había que tener en cuenta que muchos de los posibles inmigrantes eran protestantes. Por ello era necesario garantizarles la libertad de culto, aun en países donde la religión católica era la única permitida para el resto de los habitantes. Sin embargo, luego la política de fomentar la inmigración a la postre fomentó también la diseminación del protestantismo entre la población.
Su llegada a “nuestra América”, como prefiere llamarla José Martí , se da mediante la fundación de colegios y hospitales, justificada mediante programas de educación y ayuda social como áreas que deben ser de cumplimiento por parte de la misión de la iglesia.
Iglesias y denominaciones que la integran:
Según Miguez, de acuerdo a los estudios que se han realizado apuntan a sugerir que se tratan de los misioneros vinculados a las iglesias más “liberales” (entendido el término en sentido de “progresista”) entre los que se podrían ubicar a metodistas, presbiterianos, discípulos de Cristo, algunos bautistas (American Baptist Convention, del Norte de los Estados Unidos) y, por los sectores misioneros “liberales” de tales denominaciones.
2) EL EVANGELICALISMO:
Origen:
Para Míguez el segundo rostro es el evangélico, que tiene su origen en los años veinte y treinta del siglo XX en los Estados Unidos, con un énfasis en la conversión personal y la aplicación de esta en la ética individual; además con un gran cuidado en no reemplazar la evangelización con la acción social.
Históricamente el evangelicalismo surgió del fundamentalismo. Sin embargo, los fundamentalistas los atacaban por ser de alguna manera flexibles en su interpretación de la biblia. Al respecto, a pesar de que los evangélicos argüían defender un texto infalible, aceptaban que su comprensión
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