¿Quién aventó a Juan Escutia?
Enviado por Marco Aldair • 14 de Septiembre de 2017 • Apuntes • 1.746 Palabras (7 Páginas) • 903 Visitas
¿Quién aventó
a Juan Escutia?
Héctor Cuauhtémoc Hernández Silva
La muerte del cadete del Colegio Militar, sostiene el autor, ``fue un crimen de Estado realizado para perpetrar nuestro nacionalismo y a nuestras instituciones. Como los magnicidios recientes, su muerte se realizó con premeditación, alevosía y ventaja en aras del bien nacional''
Nuestra memoria histórica está conformada por una serie de mitos y leyendas. En la llamada ``historia de bronce'' o historia oficial heroica y patriótica, el objetivo de cada uno de ellos ha sido afianzar sentimientos nacionalistas de orgullo hacia nuestro país y aquellos individuos que lo forjaron con entusiasmo, entrega y hasta heroicidad, sin importarles nada, incluso perder la vida, con tal de servir, defender o beneficiar a la nación. En efecto, aquellos mismos liberales que pugnaron por una historiografía racional, objetiva y científica, no se amilanaron para utilizar tergiversaciones y cuentos con el fin de consolidar nuestra identidad mexicana. Todo, por supuesto, en aras de la nación.
Lo anterior se ilustra con el proceso de mitificación por el que surgieron los Niños Héroes de Chapultepec, una de las grandes leyendas de nuestro imaginario nacional.
Con la imagen de estos soldados rememoramos los desgraciados sucesos y resultados del enfrentamiento bélico que tuvimos hace más de 150 años con los Estados Unidos. Hoy se recuerda esa derrota con la conmemoración de la muerte de los cadetes del Colegio Militar frente al invasor en la batalla de Chapultepec del 13 de septiembre de 1847. Esa victoria estadunidense dejó a su merced las puertas de la capital del país y su consecuente ocupación, con la que se iniciaron las negociaciones finales entre las dos naciones, que culminarían con la cesión mexicana de territorios El resultado de la guerra contra los Estados Unidos no sólo significó esta perdida, sino el inicio de la hegemonía de este país sobre nuestro destino histórico.
Acontecimientos de tal trascendencia no podían faltar en nuestro calendario cìvico-histórico. Sin embargo, con el correr de los años tan importante derrota quedó eclipsada por la conmemoración festiva de la hazaña realizada por los Niños Héroes de Chapultepec. ¿Cómo uno de los acontecimientos fundamentales de nuestra historia llega a convertirse únicamente en la conmemoración de los cadetes muertos del Colegio Militar?
De los usos de la historia
La investigación histórica no sólo se ocupa en explicar los procesos, acontecimientos y personajes del pasado, también puede esclarecer cómo estos elementos se convierten en símbolos ideológicos, explicativos y/o identitarios, pues contribuye a dilucidar las razones que aclaran la creación de estos emblemas.
Todas las sociedades humanas de las que tenemos noticia necesitan de un pasado común para justificarse e identificarse. Este fue el caso de las naciones que surgieron en el mundo occidental, las cuales, entre otras cosas, tuvieron que imaginarse e inventar una historia común que enlazara a las diversas colectividades y grupos sociales que las conformaban. El nacionalismo es el ``ejemplo clásico de una cultura de la identidad que está anclada en el pasado por medio de mitos disfrazados de historia... Inevitablemente, la versión nacionalista de su historia consiste en anacronismos, omisiones, descontextualizaciones y, en casos extremos, mentiras''.
En la conformación de México como nación, la historiografía también tuvo un papel de primera importancia en la implantación del imaginario social y de la memoria histórica. La conciencia de nuestro pasado nacional ha quedado grabado en nuestra memoria por dos características de su enseñanza: por concebir el conocimiento de las cosas como un saber memorístico y la conmemoración periódica de los eventos para sostener su recuerdo. El primero es proporcionado por el sistema educativo y el segundo por el calendario cí¬vico-nacional. La escuela, los profesores y las ceremonias cívicas son los baluartes de este discurso nacionalista.
Cómo se puso la mesa
El calendario no sólo es la medición del tiempo cósmico, sino también un objeto social que rige la vida pública y cotidiana, y un elemento esencial de quienes detentan el poder, pues lo manipulan y controlan. Una de sus aplicaciones es la regulación del festejo de aquellos hechos que recuerden la conformación del orden de cosas vigente por medio de actos que consoliden el statu quo.
Se llama a septiembre el mes de la patria por la serie de acontecimientos cardinales para el proceso histórico mexicano que se verificaron en diferentes años, pero -principalmente- por aquellos que tienen que ver con la Guerra de Independencia. La guerra contra los Estados Unidos sumó nuevas fechas a septiembre. Todas ellas desagradables.
Después de una serie de campañas victoriosas iniciadas desde mayo de 1846, las tropas invasoras llegaron a las orillas de la ciudad de México para dar el golpe final. El 8 de septiembre de 1847 se enfrentaron en Molino del Rey a las fuerzas mexicanas en una batalla sangrienta, festejada como victoria por las dos partes, al grado que desde los años cincuenta de la centuria pasada fue considerada por nuestros gobiernos generales como la fecha emblemática que recordaba este conflicto internacional. La celebración de ese acontecimiento duró hasta más o menos los años veinte de este siglo.
Posteriormente, el 13 de septiembre sustituyó tal conmemoración. En esa fecha se había verificado la última batalla formal entre los dos ejércitos beligerantes y con su resultado la capital quedó a merced del invasor.
Militares egresados del Colegio Militar fueron
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