Rebeliones Internas En El Peru
Enviado por ximo • 30 de Noviembre de 2011 • 2.393 Palabras (10 Páginas) • 1.103 Visitas
RECUENTO SUCINTO DE LAS LUCHAS INDÍGENAS EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS
Es necesario estudiar los avances de las luchas indígenas en México, Bolivia, Ecuador y otros países hermanos porque su influencia en nuestro país será muy importante.
Pero también es valioso mirar al Perú:
A inicios de los 60 se dio la heroica lucha de los comuneros de Pasco contra la usurpación de sus tierras por la empresa yanqui “Cerro de Pasco Cooper Corporation”, hubo masacres policiales en apoyo a la empresa. Las novelas de Manuel Scorza tratan de esa lucha. Ahí surgió el grito de “¡Tierra o Muerte!” tomado después por nosotros.
En esa misma época se desarrolló nuestra exitosa lucha en la zona semi-selvática de La Convención en el Cuzco, que terminó con el sistema de haciendas (latifundios) instaurado por la invasión europea y que continuó intacto durante la república, hasta que nosotros iniciamos su liquidación. Tuvimos que recurrir a la autodefensa armada para defender la tierra reconquistada. Aunque la represión aplastó dicha autodefensa armada, el gobierno militar se dio cuenta de que si al comienzo de la represión habíamos respondido en esa forma, si obligaba al campesinado indígena a que volviera a trabajar para los hacendados, la resistencia armada iba a ser mayor, por eso decidió legalizar la reforma agraria hecha por nosotros, pero sólo en la zona, poniéndole el límite de “mínimo inafectable”, lo que en pocas haciendas el campesinado indígena le permitió imponer.
Se habla del “fracaso” de esa lucha porque no llevó al derrocamiento del poder político, eso era imposible sin la participación de otras zonas rurales y de la clase obrera y el resto de la población urbana. El movimiento no fracasó, pues no luchaba por el derrocamiento del régimen político, lo hacía por la defensa de su tierra (aunque en mi cabeza haya estado lo otro), esto se ve claramente en nuestro lema: “¡Tierra o Muerte!”
Luego el campesinado indígena de varias zonas del país inició la toma de tierras que fue respondida a balazos por el gobierno civil, pero ni las balas detuvieron las tomas, entonces los militares decidieron capturar nuevamente el poder y hacer la reforma agraria a nivel nacional.
Naturalmente el campesinado indígena vio con simpatía la liquidación del sistema de haciendas, pero hubo rebeliones ante la demora del proceso y también por la falta de respeto del gobierno del general Velasco al ayllu, pues en muchos casos, el régimen, en lugar de entregar las tierras a los ayllus fabricó enormes cooperativas burocráticas. Esta lucha por la reivindicación del ayllu ancestral contra las grandes cooperativas corruptas fabricadas por Velasco, fue intensa hasta los años 80 contra el anterior gobierno de Alan García, el actual presidente (tuve la suerte de participar en ella).
Hay dos grandes avances en la lucha indígena de los últimos tiempos:
Uno es el surgimiento y fortalecimiento de las rondas campesinas o comités de autodefensa. En las zonas donde no había comunidades, en el norte, luego de haber surgido como organización para defenderse de los ladrones de ganado protegidos por el Poder Judicial y la policía, han extendido sus actividades a los otros aspectos sociales que tienen las comunidades campesinas, son la organización campesina que se ocupa de la justicia interna, los trabajos colectivos y el desarrollo colectivo en todos los aspectos. En las zonas donde subsistía el “ayllu” o comunidad campesina son una función dentro del “ayllu” que se ocupa de la protección contra los ladrones y de la justicia interna.
Los zapatistas dicen que no se trata de tomar el poder sino de construirlo, ésta es una forma de construcción de poder alternativo, es el desplazamiento cada vez mayor de los corruptos Poder Judicial y policía y el ejercicio de sus funciones por la colectividad en forma democrática.
El otro gran avance es la extensión de la democracia comunal a nivel de municipio. El alcalde tiene cada vez menos poder, éste pasa cada vez más a la colectividad. Este fenómeno que se dio en forma fuerte en el distrito indígena de Limatambo y la provincia de Anta, Cusco, se va extendiendo geográficamente en diversos grados.
Así como en el caso de la reforma agraria que iniciamos en La Convención, en estos casos también el poder del sistema ha tenido que retroceder legalizando ambos avances, pero pretendiendo quitarles fuerza. Cuando surgieron las rondas campesinas, el Poder (ejecutivo, legislativo, judicial, policial, prensa, etc.) hizo un gran escándalo, calificándolo de “usurpación de funciones” que cometía “secuestros” y reprimiéndolo con encarcelamientos. A pesar de la represión esas organizaciones se extendieron geográficamente obligando al sistema a dar la “Ley de Rondas Campesinas” que estipula la obligación de dar a las autoridades la relación de los “ronderos”, esto es rechazado y muy pocos acatan.
En cuanto a los municipios el Poder agregó en la ley el concepto de “presupuesto participativo”, aunque pone requisitos para la presentación de proyectos difícilmente alcanzables por la población indígena.
El desarrollo de la lucha armada de Sendero Luminoso tiene su explicación en el rechazo del sistema por la población indígena y mostró que hubo muchos, fundamentalmente jóvenes, dispuestos a entregar su vida para acabar con el putrefacto sistema de exclusión que nos oprime.
Las profundas discrepancias principistas y metodológicas que tengo con Sendero Luminoso no me nublan la mirada para impedirme ver eso.
Precisamente se debe a ello y al racismo del sistema que la gran mayoría de los 70.000 muertos de la guerra interna fueran indígenas.
Esa masacre durante 20 años entre cuyas víctimas se cuentan luchadores autóctonos que nada tenían que ver con SL, explica el debilitamiento del movimiento indígena peruano y su actual retraso frente a Bolivia y Ecuador.
Paradójicamente, la derrota de SL también se debe a la población indígena, el verticalismo de SL que designaba a quién iba a mandar en la comunidad chocaba con la metodología democrática del “ayllu”, además dicha población se hartó de las masacres por SL de indígenas que eran calificados como enemigos por esa organización.
Hablemos de algo muy diferente a la guerra interna, el último proceso electoral. El mapa de la votación nos indica que la población indígena votó contra el sistema. No quiero decir que Ollanta Humala hubiese acabado con éste, probablemente se hubiera arrodillado ante el neoliberalismo como el ecuatoriano Gutiérrez, lo que interesa para el análisis de la
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