Relaciones Internacionales Construcción histórica de México en el mundo (1808-1946)
Enviado por mariagleon • 24 de Marzo de 2023 • Resumen • 1.708 Palabras (7 Páginas) • 56 Visitas
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Act.2 Construcciones propias
María Guadalupe León Dolores
Universidad Nacional Autónoma de México
Sistema de Universidad Abierta y a Distancia FCPyS
Relaciones Internacionales
Construcción histórica de México en el mundo (1808-1946)
Unidad 1: Introducción a la ciencia histórica
Docente: Manuel Zúñiga Aguilar
02 de marzo de 2022
Resumen
“Córdova, Florescano, Gilly y Krauze. Una polémica memorable”
Introducción
El presente trabajo tiene por objetivo resumir la polémica desarrollada en 1981 entre historiadores con distintos enfoques. Ideas cruzadas entre Enrique Krauze y Arnaldo Córdoba, Adolfo Gilly y Enrique Florescano sobre la interpretación de la historia.
Se desarrollan distintos momentos con las réplicas de cada uno de los involucrados, en primero momento la publicación del ensayo de Enrique Krauze, donde hace referencia al trabajo de cuatro historiadores de contribuyeron en el libro Historia ¿para qué?, acto seguido, estos actores hacen réplicas defendiendo sus posturas con la intelectualidad que los cobija.
Esta polémica actualmente se sigue analizando por el impacto que tuvo en su momento y que sigue teniendo pues las interpretaciones de la historia siguen difiriendo y la tarea de volvernos críticos respecto de la información que se consume es elemental.
Desarrollo
Enrique Krauze, un ingeniero industrial, doctor en historia, ensayista y exitoso empresario editorial, protagonista de la polémica que se desarrolla en 1981, en el suplemento cultural “sábado”, en el diario Unomásuno que comenzó a circular en 1977. Presentando el ensayo “Las caras de la Historia”, Krauze criticó algunos autores del libro Historia, ¿Para qué?, lo cual causó que Enrique Florescano y Adolfo Gilly refutaran su punto de vista expuesto en tal ensayo, mismos que también fuero publicados una semana después de la publicación del ensayo de Krauze, una semana después Arnaldo Córdova, Doctor en filosofía del Derecho y en Ciencias Políticas, presenta su ensayo “Historia y Política”, donde también refutaba las ideas de Krauze. El 11 de abril, Krauze publicó su contrarréplica bajo el título “La polémica actitud ante la historia”. Los sucesos fueron los siguientes.
El 21 de febrero Krauze, publica “Las caras de la historia”, Viene por una parte la interpretación idealista de la historia y por otra parte la corriente Whig, que predica el conocimiento activo del pasado para servir de distintas formas al presente. La corriente Whigs defiende por una parte los fueros del pasado y sostiene que no sólo es posible, sino necesario estudiar el pasado por su interés intrínseco. Por su parte, los non-whigs parten de la premisa fundamental, las creencias de que existen limitantes para penetrar en las mentes ajenas. Es aquí donde considera que Luis González es quién mejor aplica el tratamiento de historiador basado en su característica forma narrativa. Hace referencia que la historia whigs viene de la gente de mando como los jerarcas, clérigos y moralistas. La historia de los Non whigs es anarquista, y sostiene una lucha contra los activadores del pasado. Los non whigs, presentan objeciones intelectuales y un tanto morales. Menciona que la historia whigs presenta la metahistoria, que se centra en tomar atajos, disimular detalles incomodos, brincar épocas, inventar sucesos en la historia, imponerla como camisa de fuerza de un orden necesario. Mientras los non whigs proponen que la historia es conocimiento del pasado que encuentre su compensación en sí mismo, sin segundas intenciones.
Pasado un mes, el 21 de marzo de 1981, Arnaldo Córdova, uno de los autores del libro que Krauze criticó, le contesta refutando su perspectiva de historiadores Whigs, los cuales según Krauze, manipulan la historia, entonces, mediante este escrito menciona su intención de contradecir o desmentir el punto de Krauze. En primer lugar, critica el término Whig, lo considera de mal gusto y lo considera anticuado. Rechaza que se haya puesto en el mismo ámbito a los jerarcas, clérigos y moralistas, junto a los historiadores. Entonces, critica el término de historia whig o non whig, y hace referencia a que Krauze es non whig o mas bien un historiador tory, que es lo equivalente a conservador o a reaccionario.
El escrito de krauze refiere 4 de los ensayos que contiene el libro “Historia, ¿para qué?”, donde por una parte menciona que el trabajo de Florescano como el de Héctor Aguilar Carmín, ilustran con claridad la gravitación del presente a través de la historiografía mexicana. De Florescano enfatiza en la búsqueda de cohesión nacional y su intento de cimentar una identidad y el uso de la historia como plataforma de poder, en su obra donde traza una línea de dominación histórica desde la historiografía colonial, hasta la historiografía después de la revolución. Po su parte también hace énfasis en que Aguilar Carmín hace notar la coincidencia de los momentos de crisis con la factura de obras históricas cuyo designo es un toque de alarma y un psicoanálisis liberador. El despertar político y el impulso revolucionario. Entonces Krauze resalta que Florescano propone que en todo tiempo y lugar, la recuperación del pasado, antes que científica, ha sido primordialmente política. Florescano dice que lo decisivo de la historia, no es la información, ni la explicación que proporciona, sino lo que omite y lo que resaltan. Por supuesto que deja entrever que existen interese políticos de tras de la historia. Menciona que en toda actividad humana hay política, pero no toda la actividad humana es política. Entonces toda historia está marcada por intereses pragmático- políticos. Entonces pues, la historia es un discurso de poder.
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