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Religión Egipcia


Enviado por   •  27 de Abril de 2015  •  4.664 Palabras (19 Páginas)  •  148 Visitas

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Introducción

En medio del desierto surgió una de las civilizaciones más espléndidas de la historia. Logró sobrevivir durante 30 siglos que dieron como fruto su escritura, calendario, la medicina y maravillosas obras arquitectónicas que hoy continúan desafiando el inexorable rigor del tiempo. Y también bellísimos testimonios artísticos, las momias, los reyes-dioses, entre otras.

Su inmenso legado asombra a Occidente, no en vano los faraones Tutankamón y Ramsés captan el mayor número de visitantes a las grandes exposiones organizadas en Francia durante los últimos 25 años; muy por encima de Picasso y Dalí; muchos más que Renoir, Manet, Gauguin y todos los impresionistas juntos.

Los egipcios fueron un pueblo que no solo florecieron intelectualmente, sino que también se adelantaron a muchas cosas que conocemos hoy en día como el arte, conocimientos acerca del cultivo, creencias astronómicas, etc.

Los egipcios lograron hacer de su cultura un imperio casi impenetrable, claro que esto no fue de la noche a la mañana, sino que fue, como hemos dicho durante muchos años, quizá siglos, recopilando y adoptando aspectos, datos y cosas de otras culturas.

Sin duda este es un trabajo fascinante, que gustará a todo aquél que lo lea, ya que es una recopilación de varias fuentes bibliográficas, respetando de cada una sus fechas respectivas.

ANTIGUA RELIGIÓN EGIPCIA

A lo largo de miles de años, los egipcios mantuvieron unas costumbres religiosas con rasgos comunes, aunque en ocasiones con cambios importantes, en las que predominaba la figura de distintos dioses, basado en un politeísmo muy arraigado en la cultura que nace en el Nilo. Tan sincrético puede llegar a ser la religiosidad egipcia que no podemos hablar de una religión como tal, sino de una RELIGIOSIDAD, cambiante según el lugar y el tiempo.

El politeísmo egipcio y su religiosidad

La religiosidad egipcia se desarrolló a lo largo de unos tres mil años, en los que escasamente recibió alguna influencia externa. Para ellos, la concepción del mundo estaba dada por la idea de un caos primigenio que amenazaba con volver a ocurrir, siendo la voluntad de los dioses la única forma de mantener un equilibrio, y la razón por la cual la religión –de características rituales– buscaba asegurar el favor divino y la vida después de la muerte.

La civilización egipcia depende del río Nilo, que da fertilidad al territorio que se extiende a lo largo de sus orillas, rodeado por el desierto. Los egipcios vivían en una banda de tierra estrecha y muy larga, y las distancias entre el norte y el sur eran muy grandes. Cada zona tenía sus dioses propios, que fueron añadiéndose a los de las otras cuando el país se fue unificando. Por eso los egipcios tenían un gran número de dioses, su religión era politeísta. A lo largo de la historia del antiguo Egipto, los reyes que ocuparon el trono intentaron subir a lo alto del panteón al dios favorito de su capital. Entre la multitud de dioses egipcios, no todos eran igual de importantes. Una característica que extrañó a los pueblos vecinos era el aspecto de animales que dieron a algunos de estos dioses.

En el antiguo Egipto no podemos hablar de creencias, sino de CULTOS, y fundamentalmente cultos locales: rendir culto a un dios proclamado como dios de esa localidad es la base de esta religión. Esencialmente se adoraba a los dioses como dueños y señores de Egipto; todo lo que sucedía en la vida cotidiana –para bien o para mal– era por obra de los dioses. Nunca existió una verdadera religión, como sistema teológico unificado. Tampoco existe una literatura sagrada, como en las “Religiones del Libro” (judíos, cristianos, musulmanes, etc.), que explique todos los procesos divinos y creacionales. No se pueden considerar como “textos sagrados” a los más famosos como «Los textos de las Pirámides» o el «Libro de los Muertos», sino que son recopilaciones de fórmulas para una vida próspera y fértil en el “Más Allá”.

La religiosidad egipcia debe entenderse bajo 2 caminos: por un lado existía la religión oficial, o mejor dicho estatal, la religión del faraón, de los templos y los santuarios; y por otra parte se encontraba la religión del pueblo, bastante más difícil de evaluar, pues no se tienen grandes testimonios como en la estatal. Posiblemente una y otra estuviesen muy distanciadas. Los grandes dioses que ayudan a los faraones en sus conquistas o que proporcionaban realizaciones importantes, son los mismos que traen plagas cuando no están satisfechos con la labor real. Todo en la vida giraba alrededor de los dioses y eran ellos los últimos responsables de cuanto sucedía en Egipto. El FARAÓN se establece como el sucesor de los primeros reyes que eran los dioses, y es el nexo de unión entre las 2 vertientes de la religión como el instrumento que permite mantener el orden cósmico establecido. Si algo temía el egipcio de hace 4.000 años era precisamente la pérdida de ese ORDEN CÓSMICO que le llevaría al caos y no al progreso. La mayor preocupación de la clase religiosa no es la creación ni su historia, sino el cosmos como un todo y su orden. Como puede verse en los artículos sobre el mito de la creación, convivieron perfectamente diferentes teorías que dieron lugar a distintas divinidades, pero todas tenían un nexo común; la estabilidad. No importa quien ni como se crea el mundo sino el mensaje establecido.

El concepto de «dios» en Egipto

Es difícil saber qué entendían los egipcios por «dios». Podemos hablar de dioses humanos con cuerpo, con Ka y Ba como el ser humano, pero con poderes especiales y con una ampliación de los caracteres espirituales básicos; el dios tiene varios Ba y hasta catorce Ka, como es el caso del dios sol RA. Egipto es un país de sol y lo era también en época faraónica, por lo que no es de extrañar el culto que se le reverenciaba como fuente de vida y de existencia. Ra empezó a tener importancia ya en la IIa Dinastía, y en la Va ya era dios supremo con el faraón ostentando el título de «HIJO DE RA». La historia de la religiosidad egipcia está plagada de cambios en las divinidades. No podemos establecer una clasificación de los dioses como en el panteón griego. Todos los dioses que en algún momento fueron supremos creadores del Universo son dioses locales, elevados al primer puesto del “panteón” por decisiones propias del

Faraón o asimilados cuando la capital se trasladaba a alguna localidad en la que eran venerados.

La religión egipcia es una historia de dioses locales, muy pocos fueron adorados en todo el territorio, y no se puede hablar de un “dios de la guerra”, o de un “dios de la fertilidad” como tienen

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