SANDRO EL TRISTE

SANDRO EL TRISTE

Hace muchos años en un pueblito de los montes de maría vivía un pequeño grillo llamado Sandro, quien a pesar de estar libre y poder disfrutar de la belleza y pureza de la región, vivía muy triste a causa de no poder aprender las vocales. Volaba y volaba sin rumbo por todos los pueblos de la región lastimado por el sentimiento que le producía el no poder conocer sobre las vocales, solo sabía que existían unas letras llamadas vocales a través de las cuales nos podíamos comunicar y formar palabras, pero el deseo de este animalito era distinguirlas y poder usarlas.

Un día se alejó de su casa sin deseos de volver al no poder cumplir su sueño, se alejó tanto que llegó a una zona donde corrían fuertes vientos que lo arrastraron hasta el polo norte. Golpeado por las ramas de los árboles y casi sin poder volar agotó su último esfuerzo para llegar hasta una piedra inmensa que no tenía nieve y ahí pudo recuperarse gracias a una garrapata llamada bilba que lo socorrió. Para su sorpresa esta garrapata sabia las vocales y cuando Sandro grillo las escuchó pronunciar brincó de alegría y pidió que se las enseñase, bilba le dijo que las vocales eran cinco amigas que siempre andaban juntas y que no se separaban jamás, sus nombres eran a,e,i,o, y u, cinco amigas inseparables que nos permitían comunicarnos, es decir hablar con otros grillos, garrapatas, osos o tigres o cualquier animal que supiera hablar, seguía hablado bilba y Sandro escuchaba muy atento, ella le enseñaba que la vocal a formaba palabras como amigo, amo, amistad; la e servía formaba palabras como elefante, enano, ema; la i formaba palabras como iguana o indio; la o formaba palabras como oso, oveja, obra y la u formaba palabras como uña, uno y muchas otras palabras que podía formar con esas cinco vocales, Sandro se sintió muy feliz al poder cumplir lo que tanto había anhelado y decidió regresar a su tierra dándole las gracias a bilba por quitar de el la tristeza que no lo dejaba sonreír, por el camino iba repitiendo las vocales y con ellas todas las palabras que se podían formar, solo así las pudo memorizar hasta el día de su muerte a causa de la vejez que deterioró su esperanza de seguir viviendo, un día acalorado Sandro alzó su mirada al viento y sonrió para quedar tendido en el suelo a causa de la muerte.

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