Siglo XV: Conquistas, Monarquía Y Religión
Enviado por Abnerzm • 27 de Septiembre de 2013 • 7.120 Palabras (29 Páginas) • 594 Visitas
Siglo XV: conquistas, monarquía y religión
La difusión de la antigua teoría del geógrafo griego Ptolomeo de que la Tierra era esférica cargó de esperanzas, ideales y proyectos a la sociedad navegante y conquistadora de la inquieta Europa Occidental, influenciada por los maravillosos relatos de Marco Polo. Cada vez eran más las expectativas y las ganas de hallar esos mitos sobre grandes tesoros, riquezas y un camino alternativo para alcanzar la India y China sin tener que rodear África (bajo la carga de tener que pagar impuestos y correr el riesgo de saqueo por parte de piratas). Pero todo esto no fue posible hasta que Colón (ver foto abajo) y Vasco da Gama realizaron sus viajes.
Hasta el momento, Europa se había extendido por ruta marítima p por el Mediterráneo, llegando a pueblos europeos, asiáticos y africanos. El viejo continente estaba acostumbrado a tener a su alcance productos asiáticos (como tintes, especias, sedas,...) pero se le estaba yendo de las manos la seguridad de sus rutas marítimas. Además, las reservas de oro y plata se reducían para pagar los productos de Asia y Constantinopla, fundamental puente para el tráfico entre los continentes, fue conquistada por los turcos, dificultando cada vez más el comercio.
Aunque Portugal y Castilla no se cruzaron de brazos y desplegaron su fuerte tradición marinera para ir más allá del Atlántico, encontrar nuevas rutas, hallar nuevas tierras, perdido el miedo del anterior pensamiento de que la Tierra era plana y se corría el riesgo de caer por el borde.
Surgió entonces la legendaria figura de Colón, nacido en 1451 en el seno de una familia de desconocido origen. Se cree, normalmente, que fue genovés, pero distintos historiadores piensan que pudo ser mallorquín, catalán, judío, francés, corso, extremeño, castellano, gallego, griego, inglés e, incluso, suizo, de padre tejedor, lanero y tabernero. "De muy pequeña edad entré en la mar navegando, e lo he continuado fasta hoy… Ya pasan de cuarenta años que yo voy en este uso. Todo lo que fasta hoy se navega, todo lo he andado". Dijo Cristóbal en 1501. Colón, aceptando las tesis de Ptolomeo para admitir la esfericidad de la Tierra y teniendo en cuenta sus cálculos sobre el diámetro del planeta (todo incluido en su libro Geografía), calculó que la distancia de Canarias a la isla japonesa de Cipango era lo suficientemente corta como para no tener problemas de abastecimiento de la tripulación ni de otro tipo. Llegó a la conclusión de que la distancia era cuatro veces menor de lo que era en realidad, lo que hizo que el viaje fuese razonable. Tras ser rechazado en Portugal, los españoles aceptaron el proyecto de Colón y el viaje, financiado por Fernando II e Isabel, los Reyes Católicos, dio comienzo (ver siguiente foto, en la que Colón se despide de ellos al zarpar).
El tres de Agosto de 1492, Colón partió al salir el sol en sus tres famosas carabelas (la Pinta, la Niña y la Santa María) para perderse en la hasta entonces desconocida inmensidad del Océano Atlántico, pensando que se toparía con las Indias, desde el puerto de Palos, con un presupuesto de dos millones de maravedises y un equipo de noventa hombres (entre los que se encontraban los hermanos Martín Alonso y Vicente Yánez Pinzón), haciendo escala en Canarias (donde tuvo que ser reparado el timón de la Pinta).
Por prudencia, y en un acto de inteligencia que tal vez salvó el viaje de una hostil situación de histeria colectiva, Colón llevó dos cuentas de la distancia recorrida: una verdadera o privada, en la que apuntaba la distancia que se había recorrido realmente, y otra pública o falsa, en la que apuntaba menos distancia para que su tripulación no se preocupara. Habiendo dejado el archipiélago canario el 6 de Septiembre, el 16 llegaron al mar de los Sargazos. A partir del 1 de Octubre se da cuenta de que algo falla. El 6, ya han sobrepasado las 800 leguas y no hay indicios de tierra. Durante la noche del 6 al 7 de octubre, se produjo la primera rebelión entre los marineros de la Santa María. Los hermanos Pinzón apoyaron al angustiado Colón y lo sofocaron. Sin embargo, en la noche del 9 al 10 de octubre, el malestar y el desacuerdo se extendió a todos, incluidos los propios Pinzón. Acordaron navegar tres días más y al cabo de ese tiempo, si no encontraban tierra, regresarían. No hizo falta: en la noche del 11 al 12 de octubre el marinero Rodrigo de Triana lanzó el mítico grito esperado: “¡TIERRA!”
La ambición, la avaricia y el deseo invadió Castilla al darse cuenta de que ese nuevo continente (que más tarde sería bautizado “América” gracias al navegante y descubridor italiano Amerigo Vespucci, que trabajaba al servicio de España) estaba plagado de riquezas, centradas principalmente en oro, plata y piedras preciosas. Los pueblos que ya habitaban desde hacía siglos el continente eran generosos, bastaba con pedirles oro para que te dieran oro, así que lo que más impactó a la tripulación de Colón fue que tuvieran un sistema social y unas formas de organización tan distintas. Los pueblos principales eran los aztecas y los incas, que constituían imperios que dominaban a otras poblaciones menores. Colón, consciente de que aquel lugar debía ser conquistado por Castilla antes que nadie, no tardó en volver al Nuevo Mundo, aunque insistía en que no había descubierto nada. Él sólo creía que había llegado a otra parte de las Indias a través del Atlántico. Las teorías de Ptolomeo comenzaban a tomarse más en serio.
Pero la opinión de Colón no importaba si Castilla opinaba lo contrario. Para evitar el descontrol y el desenfreno en los conquistadores, España y Portugal firmaron el tratado de Tordesillas, acuerdo firmado el 7 de junio de 1494 en la localidad española de Tordesillas (Valladolid), por el cual los reyes de dichos países se comprometían a cumplir una serie de cláusulas, encaminadas a repartirse el Océano y a delimitar las fronteras africanas.
Siglo XVI: realeza y Estado
Nace en este siglo un “movimiento monárquico” llamado Estado Moderno, consistente en aumentar el poder real, fortalecer al Estado poniéndolo bajo la influencia de la nobleza y la Iglesia. Así cada país fue evolucionando de forma distinta. Este sistema se aplicó, fundamental y descaradamente, a las monarquías de Castilla, Inglaterra y Francia. Este fortalecimiento dio lugar al triunfo militar y las alianzas matrimoniales.
En Castilla estalló una guerra civil con la muerte de Enrique IV de Trastámara entre los partidarios de su hija Juana, apodada la Beltraneja, y su hermana Isabel. Juana tenía el apoyo del rey de Portugal, que se casó con ella para favorecer la unión de ambos reinos. Isabel contaba con el rey de Aragón, el que fue su suegro a partir de 1469, al casarse con su hijo y heredero
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