TEATRO EN VENEZUELA EN LA PRIMERA DECADA DEL SIGLO XX.
Enviado por nicolaiannone98 • 31 de Marzo de 2014 • 1.750 Palabras (7 Páginas) • 1.049 Visitas
Es prácticamente la continuidad de lo que ocurría a finales del siglo pasado. En dramaturgía, encontramos en el siglo pasado las mismas influencias literarias de la novela y la poesía: neoclasicismo, romanticismo, costumbrismo y naturalismo. Los géneros más comunes eran el drama, el sainete, la comedia, la tragicomedia y la zarzuela. Estas tendencias las encontramos en el teatro de los anos 10, 20, 30 y 40 principalmente.
La mayoría de las obras eran escritas por intelectuales (novelistas, poetas), como Rómulo Gallegos, Andrés Eloy Blanco, Guillermo Meneses, Víctor Manuel Rivas, Aquiles Certad, Ángel Fuenmayor, Rafael Bolívar Coronado, Leoncio Martínez (Leo) y otros.
Debido al hecho de que estos escritores no eran gente de teatro sino intelectuales que escribían obras teatrales como ejercicios literario o por afición las obras resultaban con grandes fallas dramatúrgicas; en algunos casos no eran más que novelas dialogadas. A veces tocaban temas rurales, otras veces escribían melodramas románticos y otras veces abordaban temas históricos. Resultaban muchos más teatrales las obras escritas por hombres de teatro como Rafael Guinand, Rafael Otazo, Leopoldo Ayala Michelena o Luis Peraza. Estos eran autores, directores y actores. Estaban incorporados a la práctica teatral, lo que representaba una visión más cercana al hecho teatral.
De estos autores mencionados son Ayala Michelena y Luis Peraza los que alcanzaron mayor éxito como dramaturgos, y son los que iniciaron una transición hacia el drama moderno venezolano.
Ayala Michelena, aunque sus obras son sainetes y dramas costumbristas, logró acercarse a personajes con características psicológicas y sociales. Por su parte, Luis Peraza profundizó esta tendencia con obras costumbristas, pero con temas sociales y temas históricos. El período de transición iniciado por estos dos autores lo completó César Rengifo, quien abordó con mayor profundidad psicológica y social los personajes y escribió obras de gran aliento y de lograda estructura dramática para convertirse en el padre de la dramaturgia moderna de Venezuela.
Generalmente los empresarios formaban compañías y abrían temporadas en Caracas o en las ciudades del interior del país.
Para la época no existía el oficio de director como lo conocemos hoy. Las obras las dirigían los autores o los empresarios. Pero la dirección consistía en señalar entradas y salidas de los actores, o recomendar una subida o bajada de tonos. Las escenografías consistían en telones de tela o papel pintados. El teatro era una diversión parroquial, donde la gente iba a ver su retrato, sin mayor exigencia que esa.
Paralelamente venían a Venezuela grandes compañías de teatro, de opera y de zarzuela con repertorios de obras universales.
Así transcurrieron las décadas hasta que en 1942 se produjo el intento de organizar el teatro en la Sociedad de Amigos del Teatro, en la que se incorporaron los escritores más famosos de la época, y los hombre de teatro como Luis Peraza, Leopoldo Ayala Michelena, Eduardo Calcaño, Carlos Salas (escenógrafo e historiador), Tomás Henríquez y muchos más que se incorporaron más tarde al movimiento del nuevo teatro venezolano. Esta asociación duró hasta 1946, año en que se disolvió entre otras razones por falta de apoyo económico.
Es necesario reseñar aquí el hecho de que Luis Pereza Fundó en 1936 el Teatro del Pueblo, grupo dependiente del Ministerio del Trabajo, que fue uno de los grupos más estables del país, transformado en 1958 en el Teatro Nacional Popular bajo la dirección de Román Chalbaud.
En 1945, el mismo Luis Peraza fundó el Teatro Universitario de la UCV cuya continuidad interrumpida llega hasta hoy.
Otro hecho que merece ser destacado es que en 1946 el dramaturgo Manuel Rivas Lázaro fundó una escuela de teatro con características de taller en el Ateneo de Caracas, organización que había fundado años atrás la compositora María Luisa Escobar. En esta escuela, que funcionaba en La Casa de Bello, Rivas Lázaro realizó por primera vez en Venezuela ejercicios de actuación según el Método de Stanislavski. Para la época los únicos que tenían en sus manos un actor se prepara de Stanislavski, eran Luis Peraza y Manuel Rivas Lázaro.
Las temporadas en Caracas se hacían en los teatros más conocidos del momento Teatro Municipal, Teatro Nacional, Teatro Calcano, El Olimpia, El Teatro Caracas o en El Principal, El Ayacucho, EL Continental o en otros teatros convertidos luego en cines.
Los espectáculos teatrales que se montaban en esa época eran melodramas trágicos españoles, de Echegaray, Benavente, o los Hermanos Quintero, o los sainetes o dramas costumbristas de autores nacionales.
Se considera una nueva etapa del teatro venezolano a partir de 1947 por la creación en ese ano de la primera escuela de teatro moderno. En el país se habían creado las condiciones para abordar la ensenanza teatral a niveles superiores tanto técnicos como pedagógicos. Siendo Ministro de Educación el eminente educador, poeta y político Luis Beltrán Prieto Figueroa, visitó el país Jesús Gómez Obregón, actor mexicano que estudiaba aún en la Escuela de Arte Dramático que dirigía Seki Sano, un director y docente japonés que habia trabajado en Moscú con Stanislavski y con Meyerhold. Obregón elaboró el proyecto y de ese modo se abrió la primera escuela de corte moderno en el país, donde se aplicaba el método de Stanislavski en la formación de los actores, y donde se daban clases de maquillaje, escenografía,
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