TRABAJO PRACTICO NRO. 4. “Revueltas y Revoluciones”.
Enviado por quedijiste • 31 de Marzo de 2016 • Apuntes • 1.636 Palabras (7 Páginas) • 340 Visitas
TRABAJO PRACTICO NRO. 4. “Revueltas y Revoluciones”.
1) Describa las causas de la revuelta de las comunidades de Castilla. Ilustre con fuentes (una carilla y media)
2) Señale pormenorizadamente las consecuencias de la Gloriosa Revolución en Inglaterra (una carilla y media)
Respuestas:
1) El movimiento comunero se sitúa, según Joseph Pérez, dentro de una doble coyuntura: la económica y la política. Comienza con una crisis económica en 1504-1506 con una serie de malas cosechas, epidemias y mortandad, que se ve agravada por la presión fiscal. Aunque esta crisis afecta a toda España, en el reino de Castilla se ve agravado porque rompe el equilibrio entre las regiones dedicadas a la mesta, y las regiones periféricas.
Según el autor, las regiones periféricas (Burgos y Andalucía) se ven menos afectadas a la crisis porque el comercio internacional constituye la fuente principal de riqueza. En cambio, la zona central, en torno a Valladolid y Toledo, es más grave porque las variaciones en los precios obligan a reducir el consumo, y por lo tanto dificultan la actividad de los pequeños talleres y la artesanía. Claramente es un conflicto que se da dentro de la burguesía, donde la burguesía del interior exige la destrucción de ese monopolio dedicado a la mesta. Por ello el autor dice que es preciso situar la revolución comunera dentro de ese movimiento de protesta del centro castellano.
Estos grupos enfrentados se vuelven hacia el Estado para que sirva de árbitro, pero aquí nos encontramos con el segundo problema, ya que el Estado también pasa por graves inconvenientes, a razón de la muerte de la Reina Isabel en 1504, generando una crisis dinástica. La hija mayor de los reyes, doña Juana, sin ser totalmente loca, no se encuentra en condiciones de reinar. Y su esposo, Felipe el hermoso, preferido por la aristocracia castellana, muere a los seis meses de llegar a España, en 1506. Ante la amenaza de una guerra civil, el arzobispo de Toledo, Cisneros, propone que se llame Rey a Fernando, para que administre el país en nombre de su hija. Pero Fernando muere en 1516, y Castilla se encuentra nuevamente ante un vacío de poder.
El 14 de marzo es proclamado rey de Castilla y Aragón el príncipe Carlos de Gante, en una maniobra de sus consejeros, que piensan que tendrá más posibilidades de ser coronado emperador siendo rey de España. En Castilla la situación es preocupante, ya que Carlos prolonga su estadía en Flandes, y en su nombre gobierna Cisneros. Cosa nada fácil, ya que la nobleza, desde la muerte del rey de Aragón, vuelve a intervenir, y por todas partes se muestran disensiones. El Estado es desacatado y parece incapaz de poder afrontar la situación.
Aunque el rey se presenta en España en octubre de 1517, seis meses después, cuando se abren las Cortes de Valladolid, la desilusión es amplia: el soberano no habla español, se muestra frío y distante, y todos los puestos destacados de la Corte son flamencos o españoles emigrados. En ese contexto se abre en 1519 la sucesión del Sacro Imperio Romano Germánico, y los electores alemanes se pronuncian a favor del rey de España. Esta circunstancia cristaliza las oposiciones y el descontento. Entonces el cabildo de Toledo toma la iniciativa y piden que acepte el cargo de rey pero no el de emperador. Su negativa está basada en dos situaciones: el aumento de la presión fiscal para afrontar los gastos que implica la coronación imperial, y la desvalorización de Castilla, que pasaría a ser una dependencia más del Imperio.
En febrero de 1520 Carlos convoca a las Cortes, e intentó dejar de lado a los opositores evitando que sean elegidos procuradores. En vez de sosegar los ánimos, las Cortes dieron más impulso a la oposición, que encuentra una “expresión firme en una declaración que redactan unos frailes de Salamanca y a la que se va dar una enorme difusión”. Es en esta proclama donde aparece por primera vez el término Comunidades: “[…] que las comunidades de estos reinos no caigan por ello en mal caso, que más obligados son al bien de estos reinos en que viven […]”
Las ideas principales que aparecen en el programa creado por los franciscanos, agustinos y dominicos, y que pronto se convirtió en una verdadera carta de oposición de las cortes y leitmotiv de la revolución de las comunidades, se basaba en las siguientes reivindicaciones: rechazar todo servicio nuevo, o sea, todo impuesto que quiera imponer el monarca sin pasar por las cortes. Rechazar el imperio, ya que Castila no tiene por que sufragar esos gastos. Y en caso que el rey continúe en sus intentos y no considere las advertencias, las Comunidades tendrán que tomar en sus manos la defensa de los intereses del reino, como afirman en la carta: “ Pedir al rey nuestro señor tenga por bien se hagan arcas de tesoro en las Comunidades en que se guarden las rentas de estos reinos para defenderlos y acrecentarlos; que no es razón su cesárea majestad gaste las rentas de estos reinos en las de otros señoríos que tiene, pues cada cual de ellos es bastante para sí y este no es obligado a ninguno de los otros ni sujeto ni conquistado ni defendido de gentes extrañas”
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