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Tema: La comunidad campesina en la Edad Moderna.


Enviado por   •  25 de Marzo de 2016  •  Apuntes  •  10.143 Palabras (41 Páginas)  •  402 Visitas

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Materia: Historia Moderna.

Cátedra: Campagne .                                  

Clase: 5.

Fecha: 23 de agosto de 2013.

Tema: La comunidad campesina en la Edad Moderna (1).

Dictado por: Fabián Alejandro Campagne.

Corregido por: Fabián Alejandro Campagne.

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Bueno, vamos a comenzar con un tema nuevo, el punto 3.2 del programa, referido a las transformaciones que experimenta la comunidad campesina durante la Edad Moderna, la evolución de la comunidad rural preindustrial en la fase final de la transición hacia el capitalismo agrario. En el programa este punto figura con un título un tanto melodramático: “En los campos abiertos, pasión y muerte de la comunidad campesina pre-industrial”.

¿Cuál es la unidad agrícola mínima que tendríamos que identificar para adentrarnos en el mundo campesino en la Edad Moderna? Se trata del “terruño campesino”, también llamado “término de aldea”. Era un conjunto de tierras explotadas por un grupo de familias campesinas bajo un régimen de trabajo en común. Aunque cada vez menos a medida que fue avanzando la Edad Moderna, el terruño campesino siguió funcionando, en algún sentido, como la encarnación del colectivismo rural, continuó simbolizando todo lo opuesto al individualismo agrario.

En tanto unidad mínima campesina el terruño resulta una mejor alternativa que espacios como el señorío y la parroquia. El señorío era una estructura con dimensiones muy dispares. En un extremo podíamos encontrar dominios muy pequeños, como los manors ingleses. Por caso, en el nordeste de Norfolk, que es la región que elegimos para ejemplificar en su momento el señorío inglés, en el siglo XVI existía un señorío, el de Saxthorpe Loundhall, que contenía secciones de 11 aldeas diferentes pero ninguna aldea completa. En el extremo opuesto nos encontrábamos con señoríos enormes como el de Pont St. Pierre, que analizamos ayer, que incluía en su seno 8 aldeas campesinas diferentes. Y con las parroquias pasaba algo muy parecido. Sobre todo en las regiones con poca población, el tamaño de las parroquias podía ser similar o mayor al que algunas diócesis podían alcanzar en las regiones de alta densidad demográfica, y por eso mismo podían albergar muchas poblaciones campesinas diferentes.

En Europa Occidental, en la Edad Moderna, la conformación del terruño campesino estaba dada por una institución particular, que era el gobierno local. El auto-gobierno campesino podía tener diferentes formas según las regiones. En la Península Ibérica se encontraban los ayuntamientos cerrados o concejos campesinos, instituciones cada vez más cerradas en función del proceso de oligarquización que caracteriza a los centros poblacionales en la Península Ibérica de la Baja Edad Media. En casi todo el resto de Europa, por el contrario, nos encontramos con ayuntamientos abiertos, es decir, con las asambleas de los propietarios del terruño que cumplían las mismas funciones de gobierno local que en España  correspondía a los concejos. En el universo germano-helvético, aunque no así en Inglaterra o en Francia, estas asambleas podían tener incluso potestad judicial (como también tenían autoridad judicial los concejos campesinos en España).

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¿Qué características tenía la estructura de clases en estos terruños campesinos preindustriales? ¿Qué fracciones existían al interior del colectivo campesino en la Edad Moderna? Si algo ya sabemos es que el mundo campesino no era un universo homogéneo en nuestro período. Estaba atravesado por divisiones, por las tensiones propias de una sociedad en transición, caracterizada por procesos de profunda diferenciación social.

Una primera clasificación de los habitantes del mundo rural que no eran ni nobles ni eclesiásticos la encontramos en un viejo manual de Historia Moderna, con el que estudiaron generaciones de alumnos universitarios, entre ellos quien les habla, titulado El Antiguo Régimen. Fue publicado hace varias décadas por Pierre Goubert, un historiador francés de la escuela braudeliana, que estuvo muy activo en los años ‘60 y hasta fines de los 80’. Esta clasificación, que Goubert pensó para Francia, perfectamente puede traspolarse al resto de la Europa moderna. Goubert identifica en las áreas rurales, entre los residentes que no eran ni aristócratas ni miembros del clero, a tres grandes grupos: los errantes, los campesinos independientes, y los campesinos dependientes. Goubert emplea aquí los calificativos “independientes” y “dependientes” no en un sentido jurídico –en la Edad Moderna no existe más la servidumbre– sino en un sentido socioeconómico: el campesino dependiente sería aquel que con los recursos que extraía de sus tierras no conseguía cubrir el sustento pleno de su grupo familiar, necesitando por lo tanto conseguir ingresos alternativos. Mientras que el campesino independiente sería, por el contrario, aquel que con las tierras que explotaba no solamente llegaba a asegurar la subsistencia de su grupo sino que, la mayoría de las veces, lograba pagar los tributos y las cargas que se le exigían sin mayor complicaciones.

Veamos como el propio Goubert a estos tres grupos. Comencemos con los “errantes”: “Oscilaban entre el campo y la ciudad. Se detenían cuando pedían ayuda, y se los captaba entonces por la vía de la caridad. Se detenían también cuando tropezaban con los organismos de represión, pudiendo terminar en alguna celda o en algún hospital [hospital en el sentido antiguorregimental del término, no como una institución donde se atendía enfermos sino como un ámbito de confinamiento]. Estaban los profesionales de la mendicidad, el pueblo aparte de los gitanos, las compañías de osos y de fenómenos, las compañías de actores ambulantes, el mundo de la prostitución (urbana de residencia pero reclutado en el campo entre las madres solteras y las sirvientas abandonadas), el mundo bizarro de las cortes de los milagros (alimentado por todo un comercio de niños), organizaciones de bandoleros mezcladas con contrabandistas y traficantes de sal, etc. A esos profesionales se agregaban desclasado de toda laya, mutilados, imbéciles, aprendices fugitivos hartos de malos tratos, sirvientas embarazadas y madres solteras, soldados desertores y desmovilizados”.

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