Tenochtitlán
Enviado por Gbalmont • 4 de Mayo de 2014 • 797 Palabras (4 Páginas) • 269 Visitas
TENOCHTITLÁN, LA GRAN CAPITAL DE LOS AZTECAS.
Fundada sobre una laguna, la fabulosa capital del Imperio azteca, a la que los poetas mexicas llamaron corazón de jade, fue la mayor y más hermosa de su época. A diferencia de otras ciudades antiguas que sobreviven entre los edificios modernos y la vorágine del tráfico, México-Tenochtitlán fue desmontada piedra a piedra para construir con sus bloques la ciudad colonial que todavía perdura, rebelando su origen prehispánico. Los españoles, al entrar por primera vez a Tenochtitlán, quedaron maravillados ante el orden y refinamiento de su vida urbana.
Tenochtitlán fue la capital de mayor imperio de Mesoamérica, pero no siempre había sido imponente, sus primeros pobladores llegaron al valle de México exhaustos y vencidos, suplicando al señor de Azcapotzalco un lugar donde establecerse. Tezozomoc, les concedió un pequeño islote en medio del lago Texcoco y allí comenzó la increíble historia de la superación mexica. Durante esa etapa (1325-1428) la cuidad creció al mismo ritmo que sus estructuras políticas y desde el principio su programa constructivo se plegó a la concepción del espacio urbano característica de Mesoamérica: un centro cultural delimitado por un muro de serpientes en el que se abrían cuatro puertas de acceso orientadas a los rumbos del universo, que a su vez dividían la ciudad en cuatro partes.
Las casas eran sencillas, de planta cuadrada con azotea; sólo los nobles las tenían de dos alturas. El principal medio de transporte eran las canoas que circulaban por los numerosos canales que surcaban la ciudad, trasladando a los habitantes y las mercancías hasta las puertas de las casas, lo que les facilitaba la vida. El centro ceremonial era, a la vez, el centro administrativo e ideológico, donde se congregaban los edificios más emblemáticos de la ciudad, erigidos en piedra. A pesar de que su concepción urbanística era una clara herencia de la cosmovisión mesoamericana, los antiguos relatos no dudan en afirmar que fue Huitzilopochtli quien proyectó el plano de la ciudad, decidió el lugar dónde construir su templo y el modo en que debían agruparse sus habitantes.
Tenochtitlán era mucho más que un centro ceremonial, y fuera de él la vida bullía en todo su esplendor, sobre todo en el tianguis. Tenochtitlán tenía varios mercados que se celebraban en las grandes plazas, el mayor era el de Tlatelolco, rodeado de soportales, con un tamaño dos veces la ciudad de Salamanca, donde se congregaban más de 60 mil almas comprando y vendiendo toda clase de productos; contaban con un cuerpo de funcionarios jueces e inspectores que velaban para evitar fraudes, robos y trifulcas. En los mercados de Tenochtitlán se usaban como moneda y cacao, mantas de diferentes tamaños y cartuchos rellenos de oro. Los mercados de Tenochtitlán eran los que recibían mayor surtido de productos, pero había otros muy importantes y especializados.
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