Transiciones De La Antiguedad Al Feudalismo, De Perry Anderson
Enviado por foxidiosquez • 14 de Noviembre de 2011 • 6.825 Palabras (28 Páginas) • 2.659 Visitas
Perry Anderson
Historiador y teórico marxista inglés. Uno de los más importante pensadores marxistas contemporáneos. Perry Anderson ha intentado centralmente definir la unidad, las limitaciones y las perspectivas (según sus propias palabras “el balance histórico”) del marxismo occidental. Como editor del New Left Review y confundador de New Left Books, colaborador de la London Review of Books y catedrático de historia en la Universidad de California, Perry Anderson encabezo el intento de solucionar la deficiencia de l la transición marxista en Inglaterra, identificada en su ensayo como “Componentes de una Cultura Nacional” (1968). Estas y tras cuestiones generaron una sostenida polémica entre E. P. Thompson y Anderson, documentada en sus respectivos volúmenes “Miseria de la Teoría” (1978) y “Arguments Within English Marxism” (1980).
Anderson también investigó desde la perspectiva del materialismo histórico, los antecedentes remotos e inmediatos de la sociedad capitalista.. en sus primeros libros “Transiciones de la Antigüedad al Feudalismo” (1974a) y “El Estado Absolutista” (1974b), intenta rastrear, respectivamente, dos vínculos históricos desatendidos: entre el mundo cásico y el feudalismo, y entre el feudalismo y el estado absolutista.
Transiciones de la Antigüedad al Feudalismo, explica la emergencia del feudalismo a partir del “derrumbe convergente” de dos modos de producción precedentes y distintos: el modo esclavizado que había caracterizado al mundo grecorromano, y los modos “primitivo-comunales” de los invasores germanos del Imperio Romano. El nuevo modo feudal de producción estaba “dominado por la tierra y la economía natural” y produjo finalmente una economía unificada, que representaba un gran avance respecto de “las comunidades mosaico de la Edad Oscura”. Sin embargo las propias contradicciones del feudalismo, como la existente entre “su rigurosa tendencia a la descomposición de la soberanía y las exigencias absolutas de una autoridad final” contribuyeron a su declinación (Anderson, 1974a pp. 147, 152, 183).
En “El Estado Absolutista”, Anderson lo describe como “el legítimo heredero político” del feudalismo. El libro cubre el desarrollo del feudalismo en Europa occidental y oriental, contrastándolo con el desarrollo estructural de los imperios otomano y japonés. Modificando las propias formulaciones de Marx. Anderson sostiene que “ el pasaje al capitalismo” en Europa fue posible gracias a la concatenación de los modos de producción antiguo y medieval, y nu fue el resultado de una transición lineal desde el primero hasta el último (Anderson, 1974b pp. 420-422).
Tal ves las obras mas influyentes (y polémicas) han sido:
• Consideraciones sobre el marxismo occidental. (1976)
Anderson sostiene que, a diferencia de la unidad de teoría y práctica que caracterizó a la generación de Lenin. Trotski yLuxemburgo, cuya teorizacion se basaba “directamente en las luchas masivas del proletariado” (Anderson 1976 pp. 11,13, 17), el marxismo occidental nació del fracaso de las revoluciones marxistas en las naciones avanzadas del capitalismo europeo después de la guerra de 1914-1918, y desarrollo “una creciente escisión ene la teoría socialista y la practica de la clase obrera”(1976, pp.92). la teoría se retiro a la universidades, su lenguaje alcanzó una sofisticación sin precedentes y se volvió más especializado y pesimista, entrando así en “una simbiosis contradictoria” con los sistemas de pensamiento no marxistas e idealistas (1976, pp.93-94).
En contraste con esta tradición occidental, Anderson rastrea una tradición del marxismo que desciende de Trotski y que, lejos de ser académica, se concentraba en la política y la economía más que en la filosofía, era internacionalista, y hablaba un lenguaje de claridad y urgencia (1976, pp. 100). Pero sobre todo no estaba limitada por la visión marxista occidental del comunismo oficial como única encarnación posible de la revolución del proletariado (1976, pp.96). Anderson considera que esta tradición alternativa es central para cualquier renacimiento del marxismo internacionalista revolucionario (1976, pp.100). En realidad predice que, con el advenimiento de una nueva fase en el movimiento obrero, señalada por la revuelta francesa de 1968 y los triunfos de la insurgencia obrera en Gran Bretaña, Italia y Japón a comienzos de la década de 1970, el marxismo occidental se extinguiría una vez que haya sido abolido el divorcio entre teoría y práctica que le dio origen (1976, pp.95, 101).
• Tras las huellas del materialismo histórico (1983)
Anderson ve confirmada su predicción de la muerte del marxismo occidental, dado que su sede tradicional, la Europa latina, padeció una rápida declinación y fue desplazada por la emergente teoría marxista de Inglaterra y América. Sin embargo, admite que su predicción sobre la unión de teoría y práctica no se ha cumplido. Después de sostener que el marxismo occidental (latino) ha sido efectivamente eclipsado por el “estructuralismo y el postestructuralismo”, Anderson lanza su propio ataque al modelo lingüístico indiscriminado, ahistórico y socialmente reduccionista, que constituye la infraestructura explicativa que ofrecen ambas corrientes. Finalmente, plantea la pregunta sobre la relación entre marxismo, socialismo y el proceso de emancipación humana en general, que incluye la lucha del feminismo y la militancia por el desarme nuclear. Si bien Anderson no excluye la posibilidad de diálogo entre estas diversas luchas, insiste en que esa emancipación general no puede realizarse sin tener como centro el marxismo.
• English Questions (1992a) & Campos de Batalla (1992b)
Anderson continua su indagación sobre el futuro del socialismo en su entorno marcado por el thatcherismo. Anderson afirma que “el argumento central” contra el capitalismo consiste en que este produce una combinación de crisis ecológica y polarización social. La tarea que tiene por delante el socialismo es convertirse en un agente histórico adecuado. Debe superar su debilitante apego a determinadas lealtades, y trabajar en cambio hacia una solidaridad motivada por ideales universales de libertad e igualdad. La afiliación con el Estado-Nación debe ser reemplazada por el objetivo más amplio de una federación europea.
• Otras obras destacadas son:
1977 - La cultura represiva (Elementos de la cultura nacional británica) Anagrama
1985 - Teoría política e historia. Un debate con E. P. Thompson (Siglo XXI Editores)
1996 - Los fines de la historia (Anagrama)
1998 - Los
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