UN COMPORTAMIENTO ÉTICO.

UN COMPORTAMIENTO ÉTICO

El concepto ética se evoca demasiado y es utilizado de manera relativa, es decir, cualquier individuo habla de ética de manera simplista acompañado solamente de un conocimiento “vulgar”. Esta situación puede ser un problema para el entendimiento si no hay significados iguales en el concepto entre distintos interlocutores. Incluso una situación similar existe entre los mismos estudiosos de la ética al no existir un acuerdo común sobre su definición.

Además es importante añadir que existen distintos niveles de conocimiento ético y que, más allá del conocimiento vulgar, existen otros más profundos como el etimológico o el metafísico en los que la ética contribuye a la búsqueda de la máxima felicidad del ser humano.

Sin embargo es importante dejar claro que la ética es una disciplina del conocimiento y que esta se aplica al ser humano independientemente del ámbito en que se desenvuelva. No es que existan varias éticas sino que son diferentes los espacios donde se aplican. No hay más que una ética, la vinculada a la idea del hombre, que se pone de manifiesto en la vida social, familiar, profesional y política del individuo.

La ÉTICA es la disciplina del conocimiento que estudia las actitudes y costumbres del ser humano y las clasifica en virtudes y vicios, en acciones debidas e indebidas, convenientes y nocivas, con el fin de formar el carácter de los hombres al mostrar aquellos hábitos dignos de imitar.

La ética forja el carácter, esto significa que los seres humanos nacen con un temperamento innato, con un conjunto de sentimientos que no han elegido y resulta difícil modificar, pero que puede encauzarse a lo largo de su vida; por lo que, es posible ir adquiriendo un nuevo carácter. El individuo tiene que ir forjándose a sí mismo al elegir unas posibilidades vitales y rechazar otras. La vida humana es quehacer y el quehacer ético es quehacerse, hacerse a sí mismo”.

Los Bancos son instituciones que se rigen por un sistema normativo específico, sin embargo existen muchas decisiones dentro de los bancos que reposan en reglas que no están escritas, pero que la profesionalidad del banquero le indica cómo y cuándo debe aplicarlas para la buena marcha del negocio bancario, como es el caso de las REGLAS MORALES.

 La actuación ética dentro del negocio bancario debería ser la actuación profesional, diligente y responsable en el objeto principal de la actividad financiera, en otras palabras, hacer bien su trabajo, gestionar profesionalmente los riesgos y promover la legítima rentabilidad de la inversión de sus accionistas.

El banquero debe estar atento a ciertas operaciones que efectúan los clientes, sobre todo en las operaciones con destinos claramente no definidos, no hacerse de la vista gorda, sabedor de las alertas rojas que estas operaciones representan, por lo que es su deber indagar, investigar, utilizar los mecanismos pertinentes que el propio banco les brinda para descubrir la procedencia del dinero y no caer en actos de corrupción, toda vez que el dinero mal habido representa una cuarta parte del intercambio de capitales a nivel mundial, lo que constituye una seria amenaza para las economías nacionales e incluso para la estabilidad del sistema financiero internacional.

Si bien es cierto que no está dentro de las funciones de los bancos el de indagar la procedencia del dinero, pero sí debe ser cuidadoso en cuanto que esos depósitos constituyen un capital al que le denominan golondrina, cuyo objetivo es únicamente el de lavar el dinero. 

Y es que el acto delictivo puede suceder en un solo momento, por lo que el cliente que ha venido operando normal o usualmente con el banco, de pronto hace un depósito o una inversión cuantiosa o por cantidades pequeñas más o menos continuas. O bien cuando el cliente es nuevo que resulta con depósitos grandes que a la vista del banquero no es usual.

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