UNITARIOS Y FEDERALES Desarrollo Conflictos entre Unitarios y Federales

Introducción

Nuestra investigación está centrada en el conflicto entre unitarios y federales reflejado en actos violentos entre ellos.

Se demostrará que en la lucha de esos grupos políticos hubo mucha violencia por el profundo odio que se tenían por pensar distinto y que eso se puede comprobar en el cuento “El Matadero” de Esteban Echeverría.

Nos basaremos entonces en la fuente primaria que es “EL MATADERO”, y en los datos históricos que hemos conseguido a través de varias páginas de internet y libros de historia de secundaria. De ellas analizaremos información sobre las características más importantes de ambos grupos: como se relacionaban, la ideología de cada uno, sus pensamientos políticos, económicos, sociales; la vestimenta y los aspectos físicos  que los identificaba, sus líderes, su modo de actuar.

Y también para analizar el tema tomaremos algunos pensamientos del autor del cuento que se eligió para este trabajo y daremos opiniones propias.

Desarrollo

Conflictos entre Unitarios y Federales 

(1816-1862, República Argentina)

Antecedentes

En casi todos los países de Hispanoamérica se diferenciaban dos corrientes de pensamiento: los conservadores y los liberales.

Los conservadores eran quienes pretendían mantener las tradiciones coloniales y defendían los privilegios de la Iglesia. También sostenían que para garantizar el orden era necesario un gobierno central.

Los liberales, en cambio, querían limitar el poder de la Iglesia y defendían la vigencia plena de los derechos individuales por lo tanto, apoyaban la libertad religiosa, la libertad de prensa y la propiedad privada. Además, sostenían que el gobierno central debía compartir el poder con las distintas regiones.

Unitarios y Federales. Características.

En Argentina, que en ese momento eran las Provincias Unidas del Río de La Plata, las posiciones enfrentadas por sus pensamientos políticos fueron los unitarios y federales.

Los unitarios eran los que querían un gobierno centralizado con particular hegemonía porteña con el ejercicio de poderes sobre la totalidad del territorio, siendo las provincias simpes divisiones administrativas sometidas a la autoridad general.

Sus principales líderes fueron Bernardino Rivadavia, Juan Lavalle, José María Paz, Gregorio Araoz de la Madrid.

Los Federales o régimen descentralizado los que consideraban el legitimo derecho de las provincias o integrar un gobierno local en convivencia con un gobierno central. Es decir el sistema actual de Gobierno Argentino.

Estaban representados por Artigas, Rosas y Urquiza, principales líderes. A su vez, los federales del litoral seguían al caudillo santafesino Estanislao López, los del interior apoyaban al riojano Facundo Quiroga y al cordobés Juan Bautista Bustos. En Buenos Aires, los federales de las zonas rurales seguían a Juan Manuel de Rosas, mientras que los de la ciudad apoyaban a Manuel Dorrego.

Modo de distinción entre unitarios y federales

Los federales tenían la cabeza cubierta con un pañuelo punzó y chaleco y chiripá colorado. Llevaban una divisa punzó en el fraque y luto en el sombrero. La divisa era obligatoria por orden del gobernador y el luto por la difunta Encarnación.

Los unitarios se distinguían por el color azul, la barba en forma de U.

Guerra civil

Se puede decir que realmente de desató una guerra civil entre las provincias unidas, que no eran tan unidas, porque para resolver sus conflictos recurrían a la violencia. Una batalla importante en la que combatieron fue la Batalla de Cepeda: en la cual salió vencedor el partido federal, derrocando al Directorio. Las provincias comenzaron a manejarse de manera autónoma.

Juan Manuel de Rosas en el gobierno.

Líder federal

Para restablecer el orden y la autoridad, la sala de representantes (grandes propietarios) propicio en 1829 la designación de Juan Manuel de Rosas como gobernador de la provincia de Buenos Aires. Y le otorgo “facultades extraordinarias” que le permitían establecer por su cuenta todas las leyes que quisiera para lograr una especie de pacificación.

El llamado Restaurador, para controlar la situación que cada vez se hacía peor fue crear la Mazorca. Esta se trataba de una organización policial que perseguía o asesinaba a sus adversarios políticos, es decir a los “salvajes unitarios”. De la misma manera controlaba a la prensa.

También es un dato importante que la esposa del Restaurador, Doña Encarnación Ezcurra, siempre se dedicó a dar prestigio a su marido ante el pueblo. Era muy querida por los federales, aun luego de su fallecimiento.

“EL MATADERO”

Los sucesos de esta narración de Esteban Echeverría transcurren por los años de Cristo d aproximadamente 1830. Esto coincide con el momento de existencia del unitarismo y el federalismo.

Los conflictos del relato transcurrieron en cuaresma, época en la cual la Iglesia ordena vigilia y abstinencia a los estómagos de los fieles a causa de que la carne es pecaminosa.

Los abastecedores de carne solo llevaban al matadero los novillos necesarios para alimentar a niños y enfermos que si o si necesitaban consumir carne. Aunque había algunos que aprovechaban la ocasión para desobedecer las órdenes de la Iglesia y consumir carne.

La Iglesia y el pueblo, la mayoría del pueblo, era federal. Y esto era así porque a la Iglesia le convenía apoyar a los federales para mantener su poder sobre el pueblo ya que eran tradicionalistas y no querían oponerse a ella, ni sacarle privilegios ni cambiar algunos aspectos. Entonces como la Iglesia manejaba completamente al pueblo, la mayoría creía sin cuestionar y también apoyaba al federalismo.

La historia cuenta sobre una abundante precipitación que provocó la anegación del Matadero de la Convalecencia por 15 días. Predicadores y hombres y mujeres del pueblo pensaban que la culpa se eso era de los unitarios. Creían que lo que sucedía era un castigo de Dios por herejías, blasfemias, y crímenes que supuestamente cometían los unitarios o salvajes como se les decía.

La gran inundación provocó escasez de carne porque no se podía conseguir que entraran novillos al matadero. Todos pedían una solución. Por eso el mencionado Restaurador, Juan Manuel de Rosas, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires en esos años, pide por medio de un decreto 50 novillos para poner contento al pueblo.

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