Uno De Los Elementos Fundamentales De La Convivencia Social Organizada Es La Seguridad Ciudadana. Por Eso, Resulta Preocupante Constatar Que En Los últimos años Se Viene Produciendo Un rápido, Y A La Vez Sostenido, Incremento De Los índices De Delincu
Enviado por mila16 • 7 de Julio de 2013 • 950 Palabras (4 Páginas) • 812 Visitas
Uno de los elementos fundamentales de la convivencia social organizada es la seguridad ciudadana. Por eso, resulta preocupante constatar que en los últimos años se viene produciendo un rápido, y a la vez sostenido, incremento de los índices de delincuencia y criminalidad en las principales ciudades del país, incluida la nuestra; incremento que y esto lo hace más grave no ha ido correlativamente acompañado por un reforzamiento de la seguridad ofrecida a sus habitantes.
Carencias humanas y técnicas, la mayor parte ligadas a su bajo presupuesto, afectan y limitan la labor de la Policía Nacional de un modo tal, que está claro que la institución del orden ya no da abasto para prevenir, combatir y sancionar todos los delitos que se cometen en nuestras calles. Así, los ciudadanos resultan más expuestos al delito, ya que en las zonas en que viven muchas de ellas consideradas "rojas" suelen operar verdaderas bandas de delincuentes y pandilleros, muy experimentados las más de las veces, pese a ser muchos de ellos menores de edad; aspecto que además los hace inimputables cuando cometen un delito.
Por todo lo dicho, resulta más que urgente no sólo que la Policía extreme sus esfuerzos para cumplir eficazmente con su trabajo pese a los problemas y limitaciones que la afligen, sino sobre todo que las autoridades nacionales y departamentales llamadas a garantizar la seguridad de la población comiencen a estudiar y poner en marcha soluciones integrales para la situación que estamos viviendo, ahora que todavía parece ser tiempo de hacerlo.
Por Central Redacción - Los Tiempos - 29/10/2009
Son esos limpiavidrios, cartoneros, cirujas y vagabundos presos del frío, del hambre, del desprecio y de la rabia que les produce su expulsión o carencia de lo que debieran ser sus acogedores y satisfactorios domicilios -al menos, albergues inmediatos- dignos y habituales.
Lo cierto es que hemos aprendido a convivir con esta realidad, nos hemos acostumbrado (inhumana, omitida y riesgosamente) a ella y eso mismo favorece y facilita olvidar, ignorar o desdeñar las causas más profundas de estos limpiavidrios humanos y vecinos de todas las intemperies.
Claramente, la violencia familiar, la deserción escolar, la desigualdad, la corrupción, la inseguridad y la desocupación con sus índices propios de pobreza, carencia e indigencia, explican y predicen esta presencia como su incremento.
Elementales deberes de solidaridad social nos obligan entonces a buscarles alternativas inclusivas, asumiendo el compromiso y comprometiendo a las distintas entidades, tanto del orden local, regional, federal y nacional. Se trata de encontrarles con premura los alimentos y servicios básicos para su salud, aseo, alimentación, inclusión e integración para alcanzar la más plena cohesión social posible.
Por su parte, Roberto Bertossi dice que el Estado debe asumir toda su responsabilidad haciendo todo los posible por individualizarlos, promoverlos, reculturizarlos (muchos nunca vieron
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