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Videos ted Sherry Turkle


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2016  •  Ensayo  •  1.576 Palabras (7 Páginas)  •  306 Visitas

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En el año 1996, Sherry Turkle, una prestigiosa Psicóloga norteamericana, realiza su primera charla TED, ella acababa de escribir un libro que celebraba la vida nuestra en En esos días se experimentaba con salas de chat y comunidades virtuales, se exploraban diferentes aspectos de nuestro ser y luego se lograba desconectar.  Como psicóloga, lo que más le maravillaba era la idea de que usaríamos nuestro aprendizaje en el mundo virtual sobre nosotros, sobre nuestra identidad, para vivir mejor en el mundo real.

Avanzando ya hacia el año 2012, se encuentra nuevamente frente a un escenario de TED, y acaba de escribir un nuevo libro, pero con tono de preocupación, plantea el hecho de que la tecnología la sigue emocionando, pero piensa, y plantear el caso, que estamos permitiendo que nos lleve por donde no queremos ir.

Lo anterior lo confirma debido a sus estudios, en los últimos 15 años, he estudiado las tecnologías de la comunicación móvil y he entrevistado a cientos y cientos de personas, jóvenes y mayores sobre sus vidas en línea. Y lo que ha descubierto es que los dispositivos, que todos llevamos en el bolsillo, tienen tanta fuerza psicológica que no solo cambian lo que hacemos, sino que cambian lo que somos. Algunos ejemplos rápidos: la gente envía SMS o correos durante reuniones corporativas. Envían SMS, compran y entran en Facebook en medio de clases, conferencias y en todas las reuniones. Los padres mandan SMS o correos en el desayuno y la cena, mientras que sus hijos se quejan por no tener la completa atención de sus papás. Chateamos hasta en los funerales. Sobre esto ella investiga. Nos plantea que nos apartamos de nuestro duelo o nuestra fantasía para meternos en nuestros teléfonos.

En base a lo anterior nace la interrogante ¿Por qué es importante?, plantea que importa porque dice que nos estamos metiendo en un problema, tanto en la manera de relacionarnos con los demás, como en la forma de relacionarnos con nosotros mismos y en nuestra capacidad de autoreflexión. Nos estamos acostumbrando a una nueva forma de estar juntos en solitario. La gente quiere estar con los demás, pero también en otros lugares; conectada a todos los sitios que quiere estar.  Y en base a el lenguaje que se ve denostado y carente entre unos y otros, dice que un adolescente de 18 años que usa mensajes para casi para todo, me decía con nostalgia: "Algún día, algún día, que ciertamente no será hoy, me gustaría aprender a mantener una conversación."

En respuesta a aquello, cuando pregunta a la gente ¿Qué hay de malo en mantener una conversación?, responden: "Te diré lo malo de mantener una conversación, sucede en tiempo real y no puedes controlar lo que vas a decir." Y esa es la esencia. Enviar mensajes, correos, publicar, todas estas cosas nos permiten presentarnos como queremos ser. Podemos editar, o sea, que podemos borrar, que podemos retocar la cara, la voz, la piel, el cuerpo; ni poco, ni mucho, sino lo justo.

De lo anterior se puede deducir que las relaciones humanas son vivas, complicadas y exigentes. Las limpiamos con tecnología y al hacerlo, algo de lo que puede suceder es que se sacrifica la conversación por la simple conexión. Tendemos a defraudamos, y con el tiempo, parece que lo olvidamos o parece que deja de importarnos. Con frecuencia se oye decir: "Prefiero mandar mensajes que hablar." Nos dice que la gente está tan acostumbrada a ser defraudada en las conversaciones reales, tan acostumbrada a pasarla con poco, que llegan casi a estar dispuestos a prescindir de toda la gente. Así, por ejemplo, muchas personas comparten el deseo de que algún día, una versión avanzada de Siri, el asistente digital del iPhone de Apple, llegue a ser como un buen amigo, alguien que escucha cuando otros no lo hacen.  Nos dice que esa sensación de que nadie me escucha es muy importante en la relación de todos con la tecnología. Por eso es tan atractivo tener una página en Facebook o una cuenta en Twitter... tantos oyentes automáticos. En definitiva plantea que la sensación de que nadie me escucha nos lleva a querer emplear el tiempo con máquinas que parecen interesarse en nosotros.

Se están desarrollando robots, llamados robots sociales, diseñados específicamente para acompañar a los mayores, a nuestros niños, a nosotros. ¿Acaso hemos perdido la confianza de estar ahí para los demás?....las máquinas no saben del ciclo de la vida humana. Ese robot no puede sentir, no se enfrenta a la muerte, ni siquiera conoce la vida.  Para la autora, no es algo extraordinario, más bien un momento desgarrador, uno de los más complicados de sus 15 años de trabajo. Plantea que esperamos más de la tecnología y menos de los demás. Se pregunta: ¿Por qué hemos llegado a esto?. Su respuesta es porque piensa que es porque la tecnología nos llega donde somos más vulnerables, la soledad, la intimidad.  Desde las redes sociales hasta los robots sociales, estamos desarrollando tecnologías que nos dan la ilusión de compañía sin las exigencias de la amistad. Recurrimos a la tecnología para sentirnos conectados de maneras que podamos tener un cómodo control.

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