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Virreynato


Enviado por   •  12 de Marzo de 2013  •  2.612 Palabras (11 Páginas)  •  580 Visitas

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1. INTRODUCCIÓN Nueva España, Virreinato de, entidad político-administrativa establecida por los monarcas españoles durante el periodo colonial (inicios del siglo XVI-principios del siglo XIX) en los territorios del actual México (núcleo esencial del virreinato), y que tuvo asimismo jurisdicción sobre algunas zonas actuales del sur estadounidense, el resto de Centroamérica, las islas caribeñas, una porción del norte sudamericano (ya que incluyó durante buena parte de su existencia a Venezuela) y sobre las islas Filipinas.

Nueva España fue el nombre que dio Hernán Cortés a las tierras que conquistó, expresando que así la llamaba por las semejanzas que guardaba con España. Esta designación aparece ya oficialmente en una real cédula del emperador Carlos V (el rey español Carlos I), de fecha 15 de octubre de 1522. El nombre de Nueva España llegó a tener tres acepciones distintas. En una abarcó los territorios conquistados por Hernán Cortés y por sus capitanes, es decir, el espacio geográfico que ocupan actualmente el Distrito Federal y los estados de México, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Morelos, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, San Luis Potosí (excluyendo algunos distritos de éste), el sur de Tamaulipas, Tabasco, Veracruz y algunos lugares de Durango y Jalisco. En un sentido más amplio, el nombre de Nueva España comprendió a todo lo que se encontraba bajo la inicial jurisdicción del virreinato, esto es, a Nueva España en su acepción anterior, además de los reinos de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya, Nuevo León, Nuevo México y Yucatán. Finalmente, con una acepción mucho más amplia llegó a nombrarse Nueva España al conjunto de los distritos de las cinco audiencias a ella vinculadas, las de México, Guadalajara, Guatemala, Santo Domingo (incluida la actual Venezuela) y Manila. En función de esta acepción, existía en el Consejo de Indias la Secretaría de Nueva España, en la que se atendía a los negocios concernientes a estas cinco audiencias. Puede añadirse que también la península de Florida quedó sometida durante algún tiempo al virreinato novohispano hasta que más tarde quedó sujeta al gobernador general de Cuba.

2. ORGANIZACIÓN DEL VIRREINATO

Un virrey nombrado al efecto ejercía, en nombre del rey, el gobierno de Nueva España. A lo largo del periodo colonial hubo 63 virreyes, siendo el primero Antonio de Mendoza y el último Juan O’Donojú, quien suscribió con Agustín de Iturbide en 1821 el tratado en el que se reconocía la Independencia de México. En Nueva España se establecieron formalmente divisiones territoriales que se mantuvieron hasta 1776, cuando, hallándose en México el visitador general José de Gálvez, se creó la comandancia general de las Provincias Internas, y, diez años más tarde, las intendencias. El territorio abarcado por el reino de Nueva España era el que correspondía a la acepción más restringida de este nombre. A su vez, el reino de Nueva Galicia incluía la mayor parte del actual Jalisco, San Luis Potosí y los actuales estados de Aguascalientes, Zacatecas y Nayarit, con una parte de Sinaloa (todos ellos en México). El reino de Nuevo León estaba constituido aproximadamente por lo que hoy es el territorio del estado mexicano de igual nombre. El reino del Nuevo Santander coincidía con el actual estado mexicano de Tamaulipas. El reino de Nueva Vizcaya, sumamente extenso, incluía a los actuales estados de Durango y Sonora, parte de Coahuila y Sinaloa (todos ellos hoy en día pertenecientes a México), y parte de Arizona (en la actualidad, en Estados Unidos). El reino de Nuevo México abarcaba al estado actual de dicho nombre en Estados Unidos y algunos territorios adyacentes. Existían asimismo la provincia de Yucatán, así como las Californias, Alta y Baja. Los gobernantes, tanto de estas provincias como de los reinos mencionados, recibían su nombramiento de la Corona, pero en el ejercicio de sus funciones dependían de los virreyes.

En Nueva España se crearon asimismo circunscripciones religiosas desde fecha muy temprana. Un primer intento fue el de erigir un obispado en la villa de Santa María de los Remedios, en la isla de Cozumel. Al no ser viable, el papa León X accedió a la creación de la llamada diócesis Carolina (en honor de Carlos V), con sede en Tlaxcala. Primer obispo de dicha diócesis fue el dominico Julián Garcés, en 1527. Un año después, se embarcó con rumbo a México el franciscano Juan de Zumárraga, en calidad de obispo electo de una nueva diócesis con sede en la capital de Nueva España. A lo largo del siglo XVI se erigieron las diócesis de Oaxaca o Antequera (1535), Michoacán (1536), Chiapas (1539), Compostela, con ulterior traslado a Guadalajara (1548), y Yucatán (1561). La diócesis de México se convirtió en archidiócesis en 1546. A partir de entonces, todas las diócesis existentes y las que se crearon después en el periodo virreinal fueron sufragáneas de la de México. En 1620, se establecieron las diócesis de Guadiana o Durango, y, en 1777 y 1778, las de Linares y Sonora. Al transformarse en 1743 en archidiócesis la que existía en Guatemala, se convirtió en metropolitana con respecto a la de Chiapas y las otras de Centroamérica.

3. LA SOCIEDAD VIRREINAL

Desde el punto de vista demográfico, se produjeron grandes alteraciones a lo largo de los tres siglos novohispanos. Se ha discutido ampliamente acerca del número de habitantes que había al tiempo de la conquista en la región central y meridional de lo que hoy es México. Las cifras que se ofrecen oscilan entre los 20 y los 15 millones de personas. Las grandes epidemias que se produjeron en el siglo XVI redujeron notablemente esa cifra, no obstante los procesos migratorios de españoles y los africanos traídos como esclavos. Con apoyo en lo afirmado por varios cronistas acerca de la creciente despoblación debido a las pestes, se ha afirmado que a principios del siglo XVII la población de Nueva España excedía muy poco de los 2 millones de habitantes. Tan sólo en la segunda mitad de ese siglo se produjo una cierta recuperación demográfica. A principios del siglo XIX, el aumento fue más notable. Según los cálculos de Alexander von Humboldt, en 1803 habitaban en el vasto territorio de Nueva España (cerca de 4 millones de km2) 5.837.000 personas. De acuerdo con el contador general de los Ramos Arbitrios de Nueva España, Fernando Navarro y Noriega, la población del reino de Nueva España en 1810 se aproximaba a los 6.125.000 habitantes.

Dicha población vivió durante los siglos del virreinato muy desigualmente distribuida. Por una parte, subsistió la mayoría de las antiguas ciudades y pueblos indígenas de la región central y meridional del país. Casi siempre se conservaron sus nombres en lengua indígena aunque precedidos por la invocación correspondiente a un santo. Hubo asimismo numerosas

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