36 kilos de Mónica B. Brozon

36 kilos de Mónica B. Brozon

Capítulo 1:

Principios de agosto, 2006.

Ya han pasado más de ocho años de eso, pero me acuerdo muy bien.  Todo empezó en la clase de español mientras la maestra nos daba consejos sobre cómo escoger nuestras prioridades, claro que eso a mí y a Regina no nos interesa mucho.

Cuando teníamos 8 años Regina y yo nuestras prioridades eran las misas, pero conforme fueron pasando los años esas prioridades han cambiado demasiado, y es que tenemos que escoger nuestra carrera y que es lo que queremos hacer en nuestro futuro, ya que es nuestro último año de preparatoria. Por supuesto Regina ya tiene su futuro planeado, estudiara administración en una universidad muy nice y claro como yo no tengo esa estabilidad económica no podré ir a una universidad cara.

Cuando el comité de graduación fue a darnos los presupuestos para la fiesta yo decidí escoger lo mismo que Regina, ya que siempre me dicen cosas por mis elecciones nerd, y claro que Regina opto por el filete en lugar del pollo, por las rosas en lugar de los claveles y en lugar del DJ, por un grupo que canta música en vivo, lo bueno fue que todo el salón opto por el pollo, los claveles y el DJ puesto que parece ser que la mayoría tiene apuros económicos, así es de que tendremos una graduación modesta (y para mi aun carísima, ya que tendré que conseguir un trabajo para pagar yo misma los boletos).

Capítulo 2.

Mediados de agosto, 2006.

Caí como idiota había un anuncio en el periódico que decía “invierta cuatro horas contestando teléfonos, trabaje en casa, cuatro mil pesos semanales. Buena presentación”. Cuatro mil pesos semanales no solo resolvería mi problema de dinero sino que también me haría una persona adinerada, pero todo lo bueno tiene algo malo y debí de haberlo visto cuando decía “buena presentación”, para que se necesita tener buena presentación si vas a trabajar en tu casa. Cuando llego mi turno de entrevista la persona que me atendió me vio de pies a cabeza e hizo una cara de que no le gusto mi presentación. Ya después llego un hombre a una sala de conferencias a hacernos preguntas como si queríamos tener una casa con piscina y un carro de lujo, y por supuesto que nos enseñó unas cuantas imágenes y después nos dijo que para tener todos esos lujos necesitaríamos comprar un kit con un menjurje Hawaiano para las riumas y más cosas que tenía un costo de $2400, claro que en cuanto escuche eso me Salí de la conferencia y fui directo con Regina para contarle mi experiencia, claro que a ella no le importo mucho ya que su papa es dueño de una empresa.

Regina me propuso la idea de ir a un viaje a Ixtapa de Sal junto con unos compañeros del salón (obviamente monos), ya que sus papas irían a una boda ese fin de semana. Me conto más sobre el hotel y que en la habitaciones había chimenea, y era el ambiente perfecto para terminar lo que empezamos en...

No termino la frase pero se uy bien que se refería al viaje de Vallarta donde murió Julio el exnovio de Regina a quien se veía que lo quería mucho. Por supuesto tardamos mucho en olvidar lo de su muerte, bueno no olvidarla si no superarla y más en Regina lo superara, ya que hubo momentos en los que ella se hechaba la culpa de lo ocurrido porque tomo Julio aquella noche para armarse de valor para lo que vendría después.

Despues de recordar los sucesos en Vallarta Regina me dijo que le agradeciera por el trebajo que me había conseguido de niñera del hijo del gerente de producción de la empresa de su papà, porque venían de Estados Unidos y la mamà del bebè no estaría en casa por sus trabajos y trajeron aquí la costumbre de pagarle muy bien a las niñeras asi que acepte el trabajo y el viaje a Ixtapa de Sal, que será como un descanso anticipado por lo que vendrà después.

Capítulo 3;

Principios de septiembre, 2006.

Pensé que no habría nada mejor que un fin de semana de viaje con mi amiga antes de empezar con mis labores de niñera. Relajado, sin tener que preocuparme de si se me ven los pelos en las piernas o si se me salen del traje de baño o si se me ve la longa. Pero en cuanto llegamos al hotel y nos pusimos nuestros trajes de baño Regina comenzó a criticarme que porque estaba demasiado gorda, pero nada comparado con lo que ella misma se decía.

En la noche que sus papás se fueron a la boda llegaron a la media noche y Regina y yo nos fuimos al bar del hotel aprovechando que en muchos lugares no piden identificación. Cuando llegamos al hotel pedimos unos martinis, no saben muy bien pero se escucha muy elegante al pedirlos y empezamos a recordar a Julio y Fermin después de ver unas cuantas foros del viaje a Vallarta y por supuesto nos dimos cuenta que no hemos cambiado después de 3 años y por supuesto vinieron un poco los sentimientos de culpa en Regina por la muerte de Julio.

Ya era hora de que el bar cerrara y nos dio nuestros martinis en unos vasos desechables y nos fuimos a la habitación, y en cuanto llegamos caimos como tablas y ni siquiera tocamos los martinis, claro nos comimos solo las aceitunas. A la mañana siguiente amaneci con una sed horrible y vi el vaso desechable con liquido cristalino y me lo tome de un trago pensando que era agua y Regina me ayudo a limpiarlo y me dijo que fueramos a tomar el sol para empezar a organizar nuestra dieta, pero como Regina aguanta más las crudas que yo, yo solo quería estar bajo una sobra y tomar dos litros de agua y pedí unas papas fritas para acompañar mi agua, claro que Regina se enojó pero al final termino comiéndoselas junto conmigo.

Al terminar de viaje hablamos por teléfono Regina y yo para organizar la cena de la dieta, pero yo tendría que empezarla en lunes porque en mi casa no había nada dietético más que una papaya medio vieja, un apio y un limón y con eso no se podría hacer una cena, asi que mañana tendré que ir al súper.

Capítulo 4.

Principios de octubre, 2006.

Hoy me dieron mi primer pago de la semana, abrí el sobre y pensé en todas las dificultades de la semana y no me pareció muy justo que todo fuera al cajón provisional.

Cuando los papás de Joey me lo presentaron me dijeron que era muy angelical, pero nunca me dijeron que mordía, el primer día no sabía que decirle, y no es que tenga mucho de qué hablar con un niño de dos años y a él no pareció importarle mucho el porque yo estaba ahí y prefirió dibujar, y a los 10 minutos se aburrio y saco todos sus juguetes y me arrojo un Buzz Ligthyear de platico a la cabeza y me dolio mucho.

Para el colmo los papàs de Joey tienen un buen de comida engordadora, pues claro como son de Estados Unidos ahí toda la comida rápida esta deliciosa y tuve que doblegar mis fuerzas ya que la mamà de Joey me dijo que me comiera unos chiles empanizados porque para ellos estaban muy picantes.

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