A vivir. Monólogo de Odin Dupeyron

“A VIVIR”

Se trata de un monólogo de Odin Dupeyron en el cual se tocan aspectos relacionados con el arte de vivir.

La historia comienza cuando el actor interpretando el personaje de Marciano quien acaba de terminar un curso de superación personal y está dando el testimonio final de su transformación, la cual ha logrado gracias a los cursos impartidos por el "Dr. Augusto". Justo cuando pensó que ya había dejado de cuestionárselo todo y que lograba al fin la aceptación de los demás, sin quererlo realmente hace un viaje a su interior para dar un paseo por sus recuerdos, algunos agradables y graciosos, otros profundamente dolorosos. "Marciano" representa el afán de un niño que trata de comprender a sus padres; la angustia de un adolescente que quiere ser aceptado, la frustración de un joven que no es lo que los demás esperan. Además, la persistente búsqueda de un hombre por encontrarse a sí mismo, tomar sus propias decisiones, y la lucha incesante de un adulto por perdonar a sus padres y liberarse al fin de su pasado.

En general el monólogo nos ayuda a reflexionar un tanto en la forma en que vivimos hoy en día, suena algo irónico pero desafortunadamente es la realidad, como Marciano bien nos dice no vivimos, no gozamos todos y cada uno de los placeres de la vida, esto se debe a muchas causas como el exceso de trabajo, la falta de tiempo, el miedo el fracaso y en general a todos esos obstáculos y/o pretextos que nos impiden disfrutar de la misma. Creo yo que lo anterior se debe a la rutina, al miedo al qué dirá la sociedad y a la ideología que tenga la persona.

En algún momento de nuestra vida todo hemos pasado por esto pero lo importante es saber salir adelante y no quedarnos estancados ante estas situaciones.

La intención del monólogo es persuadirnos acerca del sentido que le damos a nuestra vida, a vivir plenamente para lograr ser felices y hacer lo que más nos guste ya que esto al final es lo que realmente importa.

Dentro de todo el desarrollo del monólogo hubo algunos aspectos rescatables, uno de ellos fue la frase que dice “yo no tengo que nada… opto por” la cual es mencionada por “la madre”, me agradó bastante porque tiene razón en decir que esa parte del “tengo que” implica hacer las cosas más a fuerza que de ganas y desde allí empezamos mal, bien dicen que cuenta mucho la actitud con la que se hagan las cosas en este caso suena más positivo el “opto por” y de esta forma se nos hace más fácil la realización de las tareas.

Otra frase que me gustó fue aquella mencionada también por “la madre” que dice “no hay más sordo que el que no se quiere oír a sí mismo” y es verdad, en muchas ocasiones el problema no esta en los demás sino en nosotros mismos que somos tan necios que no podemos dejar de mirar más allá de nuestras propia nariz

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