Antimanual del mal historiador o ¿cómo hacer hoy una buena historia crítica?
Enviado por valb11111 • 7 de Agosto de 2021 • Apuntes • 3.623 Palabras (15 Páginas) • 234 Visitas
Carlos Antonio Aguirre Rojas. 2002. Antimanual del mal historiador o ¿cómo hacer hoy una buena historia crítica?
Papá, explícame para qué sirve la historia, pedía hace algunos años a su padre, que era historiador, un muchachito allegado mío. Quisiera poder decir que este libro es mi respuesta. Porque no alcanzo a imaginar mayor halago para un escritor que saber hablar por igual a los doctos y a los escolares. Pero reconozco que tal sencillez sólo es privilegio de unos cuantos elegidos". Estas palabras con que el historiador francés Marc Bloch iniciaba su manuscrito Apología para la historia o el oficio de historiador, publicado hace ya más de 50 años con el título de Introducción a la historia, pueden ser aplicadas, en toda su extensión, a la obra del historiador mexicano Carlos Antonio Aguirre, El antimanual del mal historiador o ¿cómo hacer una buena historia crítica?
Este nuevo libro de Carlos Antonio Aguirre es el resultado de una larga y fecunda trayectoria intelectual, que combina su quehacer como investigador, su infatigable labor docente, el trabajo de difusión de sus reflexiones en numerosas universidades de México, América Latina y Europa y sus continuos debates y combates en pro de una historia crítica. Experiencia que le permite dialogar —con la misma claridad y profundidad— tanto con un lector especializado como con un público más amplio.
Las contribuciones de Aguirre a los debates historiográficos contemporáneos son numerosas. Por un lado, el autor ha profundizado en el conocimiento de la evolución y el desarrollo de la mal llamada Escuela de los Annales, una de las más importantes tendencias historiográficas desarrollada durante el siglo XX. En esta dirección ha indagado sobre los aportes de dicha corriente en el contexto de la historiografía y las ciencias sociales francesas, así como sobre su recepción en América Latina, sin limitarse únicamente a hacer un balance positivo de una historia que ya transcurrió, sino realizando una evaluación crítica que alimenta el ejercicio prospectivo de la discusión en torno a la renovación historiográfica actual. Fruto de este trabajo son, entre otros libros: Los Annales y la historiografía francesa y La Escuela de los Annales: ayer, hoy, mañana.
Profundo conocedor de la obra de Fernand Braudel, Aguirre ha sido autor de numerosos ensayos sobre el itinerario intelectual de este historiador francés, reconstruyendo episodios muy poco conocidos de su biografía como su estancia en Brasil como miembro de la misión francesa y su contribución a la fundación de la Universidad de Sao Paulo en ese país. Todo ello como parte de una investigación de más largo alcance, que apunta hacia la elaboración de una biografía intelectual de Braudel y cuyos libros Braudel a debate y Braudel y las ciencias sociales, constituyen dos escalones importantes en tal dirección. Otro tanto podría decirse de sus escritos en torno a la obra de Marc Bloch, que han contribuido a la difusión, no sólo en México sino en todo el continente, de uno de los pioneros de los Annales.
Pero las preocupaciones de Aguirre no se agotan en su reflexión sobre las contribuciones de esta importante corriente historiográfica francesa, sino que su interés por la historiografía del siglo XX le ha permitido incursionar en otras tendencias igualmente significativas como la microhistoria italiana de Carlo Ginzburg y Giovani Levi, así como la historia socialista británica de Edward Thompson.
Al mismo tiempo hay que destacar el interés de Aguirre hacia los problemas de la teoría y la filosofía de la historia. Estos aportes se han plasmado en numerosos artículos y ensayos, entre otros: "¿Qué es la historia de las mentalidades? Auge y declinación de un tema historiográfico"; "La biografía como género historiográfico"; "Walter Benjamín y las lecciones de una historia vista a contrapelo", y "Repensando las ciencias sociales actuales: el caso de los discursos históricos en la historia de la modernidad".
Por otro lado, sobresale en el talante intelectual y humano de Carlos A. Aguirre su incansable actividad dirigida a abrir espacios de debate en torno a la disciplina histórica y la difusión de la obra de los historiadores que más le han aportado al desarrollo de la ciencia histórica. En este sentido, ha sido uno de los miembros fundadores de la Association Marc Bloch, con sede en Francia, y promotor y organizador de las Primeras Jornadas Braudelianas Internacionales que, en su momento, aglutinaron a historiadores y científicos sociales de Europa, América Latina y Norteamérica.
Consecuente con su visión de que la historia estudia tanto el "pasado" como el más reciente presente, Aguirre ha asumido posturas analíticas y críticas frente a temas de candente actualidad, como el levantamiento zapatista en Chiapas, los atentados a las torres gemelas en los Estados Unidos y la reciente guerra de Irak, reflexiones éstas que han cristalizado en artículos como "Chiapas, América Latina y el sistema-mundo", que posteriormente fue incorporado, con contribuciones de otros científicos sociales, en un libro más amplio editado bajo el título Chiapas en perspectiva histórica. "América Latina después del 11 de septiembre" y, más recientemente, "Las lecciones de Irak", son ensayos en donde examina el contexto económico y geopolítico de la invasión a Irak, y los grupos de interés que hoy gobiernan en los Estados Unidos.
El Antimanual del mal historiador es, pues, la síntesis de una obra madura y unitaria de un especialista de primera línea, que tiene en su haber un amplio y denso recorrido intelectual. Se trata de un texto que retoma la preocupación que Marc Bloch trabajó y que no alcanzó a concluir, en su ya mencionada Apología para la historia o el oficio del historiador, proyecto en el cual trabajó Bloch hasta su detención y posterior asesinato por las fuerzas nazis de invasión.
El libro que aquí reseñamos logra avanzar en varios de los ejes problemáticos que toda concepción histórica contemporánea está obligada a plantearse: el objeto de la ciencia histórica, las relaciones pasado-presente, el problema de la objetividad y neutralidad histórica, la noción del tiempo histórico, la idea del progreso y el papel de la narración histórica, entre otros.
Ciertamente no es el primer esfuerzo en esta dirección. Otros historiadores han ensayado reflexiones en tal sentido; recordemos por ejemplo las conferencias dictadas por el historiador inglés Edward Carr en enero-marzo de 1961 en la Universidad de Cambridge y publicadas en un libro titulado ¿Qué es la historia?, donde se aborda el problema de los hechos, la sociedad y los individuos; el problema de la causalidad y la historia como progreso. En Francia Jacques Le Goff ha emprendido un ejercicio similar en su libro Pensar la historia, donde debate la historia como ciencia, el oficio del historiador, la historia hoy, las relaciones pasado y presente y la reflexión sobre el progreso. Lo mismo puede decirse del historiador alemán George Iggers en su libro La ciencia histórica en el siglo XX, donde se ocupa de los debates historiográficos de los últimos cinco lustros.
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