Antonio Buero Vallejo-Historia de una escalera

Nos encontramos  ante un fragmento de Antonio Buero Vallejo perteneciente a su obra Historia de una escalera. Este dramaturgo, nacido en Guadalajara en 1916, formó parte de la Real Academia Española y le fueron otorgados diversos premios entre los que destacan el Premio Lope de Vega, por esta misma obra que nos disponemos analizar, y el premio Cervantes. Durante la guerra civil defendió las ideas republicanas, esta etapa marcó inmensamente su obra literaria y supuso una ruptura con el teatro de evasión y de humor de la posguerra. Precisamente, Historia de una escalera dio paso a un teatro realista y social. Otros de los autores de la primera generación de posguerra, de la que él era miembro, mostraron su preocupación por la realidad española, como Camilo José Cela y Alfonso Sastre.

Concretamente, analizaremos un fragmento que pertenece al desenlace de la obra, momento en el que la tensión dramática alcanza su punto más elevado: Se trata del tercer y último acto. Toda la historia ocurre en la escalera de un vecindario, cuyos destinos se entrecruzan. En esta ocasión, se produce una repetición de la escena que concluye el primer acto, pero con distintos personajes. Fernando y Carmina hijos, jóvenes enamorados, tienen los mismos proyectos y esperanzas que un día tuvieron sus padres.

A lo largo del fragmento, podemos apreciar una serie de características que justifican el carácter literario del texto.

En primer lugar, podemos observar algunas de las técnicas modernas teatrales, este es el caso de la elipsis temporal, que se evidencia puesto que los padres recuerdan todo lo que ellos vivieron y se ven reflejados al ver a sus hijos (los padres se miran y vuelven a observarlos).

Al tratarse de una obra teatral se emplea el diálogo caracterizado por ser sencillo y sin ornamentación (tenemos que ser más fuertes que nuestros padres). Esto lo apreciamos en el escaso número de figuras empleadas, como personificaciones (se han dejado vencer por la vida), metáforas (abandonaremos este nido de rencores y de brutalidad), hipérboles (seré el mejor ingeniero del país) y epíteto (mi adorada mujercita). También encontramos oraciones exclamativas, que dotan a las intervenciones de mayor expresividad.

Asimismo, observamos que el registro discursivo utilizado en el fragmento es el coloquial (ganaré mucho dinero y me solicitarán todas las empresas constructoras).

Cabe destacar que, técnicamente, Buero Vallejo es un dramaturgo que concede mucho valor a las acotaciones. Estas, son las encargadas de aportar información escénica necesaria para la representación. De este modo, algunas nos indican movimientos (sale de la casa e incluso permiten la caracterización del mundo interior de los personajes, conocer sus sentimientos (entre disgustada y angustiada).

Por otro lado, no podemos olvidar la importancia del espacio y del tiempo en el fragmento. Destacamos el realismo simbólico, que se plasma en el escenario utilizado para representar la vida de los vecinos, una escalera, que hace referencia a España. El excesivo uso de símbolos es fruto de la existencia de censura (escalera). La acción dramática tiene lugar en la escalera de una vecindad en la España de Posguerra. La escalera representa a España y los inquilinos de las viviendas a los españoles. Con ello, el autor trata de dotar a la obra de realismo. La escalera es algo que nunca cambia , al igual que los destinos de los personajes, que generación tras generación continúan repitiéndose. El espacio se aprecia en frases como (la lleva al primer escalón y la sienta junto a la pared). El tiempo también juega un papel fundamental, en este fragmento se representa a la tercera generación, pero nada ha cambiado, se repite la historia de generaciones anteriores y las pocas esperanzas de los padres al ver a sus hijos (sus miradas cargadas de infinita melancolía).

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