Análisis De La Viveza Criolla
Enviado por 271010 • 14 de Septiembre de 2014 • 1.378 Palabras (6 Páginas) • 258 Visitas
De este modo, se puede decir que la picardía, como actitud, toma una función utilitaria, ya que, una persona pícara, se aprovechará de las situaciones para obtener más recompensas que castigos en relación a sus propios intereses. Por lo mismo, la picardía, también cumple una función defensiva del ego, ya que, por medio de vías escapatorias busca evadir cualquier situación dolorosa que le pueda perjudicar en sus objetivos o intereses. Así, también cumple una función tanto de autoestima como de motivación, ya que, en relación a la primera, sirve para realzar sus sentimientos de confianza; hay que destacar que las personas de su entorno lo ven como alguien simpático y astuto. Respecto a la segunda función, una persona pícara buscará dejar una buena impresión ante los demás a pesar que su actitud constituya un medio “corrupto” para el logro de sus fines.
Por otro lado, Capriles (2008) explica que la cultura picaresca en nuestro país ha desembocado en un individualismo anárquico que ha superado toda mesura y ha obstaculizado el desarrollo de las instituciones necesarias que podían contenerlo. Las circunstancias económicas y políticas reforzaron el papel del pícaro y la astucia en nuestra sociedad. El auge petrolero del siglo XX, en lugar de enriquecer a la población, debilitó al ciudadano y lo dejó desamparado frente a un aparato estatal hipertrofiado, extremadamente rico y poderoso, que opera a través de una administración burocrática ineficiente y caprichosa. La sociedad venezolana se acostumbró a evadir la burocracia y los controles oficiales para desempeñarse al margen de las normas. La viveza no es un antojo, sino una necesidad. Así, Venezuela aparece entre los quince países más corruptos del planeta, ocupa más del cincuenta por ciento de la población laboral activa, el pícaro es una psicología de supervivencia.
De tal manera, la picardía venezolana, ha sido considerada como un tipo de sumisión. Axel Capriles establece a que ha desembocado en un “individualismo anárquico”, ya que, “a pesar de que no se acepte el sistema político establecido, se hace lo que impone” y, en consecuencia, “dicho sistema de dominación se mantiene” (apuntes tomados en el foro sobre la Sumisión). Cabe destacar que este individualismo anárquico, no acepta la dominación, el pícaro no confronta el poder pero hace lo que quiere. Como bien expone Capriles, Venezuela se ha caracterizado, principalmente, por ser una sociedad corrupta.
El individualismo aparece como una posibilidad de subsistencia. Así mismo, argumenta que la sumisión refuerza la ignorancia y no permite una visión crítica de la realidad. De tal manera, la picardía venezolana se constituye como una forma de supervivencia al sistema establecido, ya que, los habitantes de la sociedad al ver que no pueden lograr sus fines por medios institucionalmente acordados, buscarán vías alternas o no De este modo, se puede decir que la picardía, como actitud, toma una función utilitaria, ya que, una persona pícara, se aprovechará de las situaciones para obtener más recompensas que castigos en relación a sus propios intereses. Por lo mismo, la picardía, también cumple una función defensiva del ego, ya que, por medio de vías escapatorias busca evadir cualquier situación dolorosa que le pueda perjudicar en sus objetivos o intereses. Así, también cumple una función tanto de autoestima como de motivación, ya que, en relación a la primera, sirve para realzar sus sentimientos de confianza; hay que destacar que las personas de su entorno lo ven como alguien simpático y astuto. Respecto a la segunda función, una persona pícara buscará dejar una buena impresión ante los demás a pesar que su actitud constituya un medio “corrupto” para el logro de sus fines.
Por otro lado, Capriles (2008) explica que la cultura picaresca en nuestro país ha desembocado en un individualismo anárquico que ha superado toda mesura y ha obstaculizado el desarrollo de las instituciones necesarias que podían contenerlo. Las circunstancias económicas y políticas reforzaron el papel del pícaro y la astucia en nuestra sociedad. El auge petrolero del siglo XX, en lugar de enriquecer a la población, debilitó al ciudadano y lo dejó desamparado frente a un aparato estatal hipertrofiado, extremadamente rico y poderoso, que
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