Aproximación decontructivista en dos textos del poemario EL Rudo Alacrán de doble Aliento de Marieta Morales
Enviado por Marce Mercado • 21 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 1.222 Palabras (5 Páginas) • 222 Visitas
Aproximación decontructivista en dos textos del poemario EL Rudo Alacrán de doble Aliento de Marieta Morales.
Marcela Mercado R.
“La poesía es el lenguaje deconstruido por excelencia”
Lyotard
Enfrentarse a un poema o a cualquier texto de manera deconstructivista, siguiendo a Derrida, sólo es posible en el nivel de lo imposible y lo impensable, porque no es una técnica. Sin embargo, Culler propone métodos para ello, buscar el concepto clave, identificar causas y efectos referidos y, por último, determinar el origen.
Si bien el problema evidente de un texto literario, y más el poético, es la multiplicidad de lecturas –si es que esto existe- y cada paso de la teoría propuesto es cuestionable, sí se hace posible leer sus expresiones, implicaciones, presupuestos o posibilidades. Es decir, hacer una lectura “otra”, leer desde dentro para entender ese afuera.
El texto
El libro se inicia con una “Declaración de Principios Poéticos” que sitúa a la lectura y al lector y, que a la vez, es la revelación de la posición desde la que se escribe.
Entenderemos ante todo que es una expresión de “amor”: “Amo la poesía en todo su esplendor”, es lo primero que declara. Y comienza a desgranar qué y cómo es ese “amor”: la poesía.
La poesía “está presente desde el momento en que nací”, dice el texto, por tanto es de origen; no conoce la ausencia de ella, le es connatural, lo que le permite una descripción exacta, en su realidad, de lo que es: “una dama aristocrática”, “revolucionaria”, es decir, con educación esmerada, elegancia, comportamiento adecuado, pero con cierta sublevación, porque significa una revolución una dama que ha dejado la comodidad de su entorno para, a modo de revolución o sublevación, moverse en otras esferas, en todas las esferas. El amor es presentado como un goce, en potencia posible para todos, pero que conlleva ciertas pautas de conducta establecidas a priori.
Aunque en la línea siguiente, cuando dice lo que no es, “esa señorita que pasa tosiendo todo el día escribiendo poemas cursis por el bello hombre que ama a otra mujer”, le niega la posibilidad de la diversidad, que implica la diversidad de expresiones, y que pocas líneas más abajo le otorga, “está presente en todas las clases sociales”. E insiste, “No se atrapa en salones elegantes, a pesar de su esencia refinada”.
Sin embargo, la imagen que se construye a partir de sus descripciones resulta coherente con la primera descripción que ha dado, “una bella dama aristocrática … revolucionaria”.
“…alimenta el fuego de las pasiones de los seres humanos”. El deseo aparece como factor desencadenante de la acción escritural, de la expresión a través del lenguaje de algo que es imposible, es decir, la representación de lo imaginario, del plano sensible –imposible acceso para el otro, como otro- al plano concreto como signo, con un concepto tácita y arbitrariamente instaurado –absolutamente accesible socialmente, como las expresiones de que ama a la poesía y que está en todas las clases sociales.
La poesía, entonces, se instaura como el origen, con el poder que tiene la energía del origen de creación (el arjé griego) y del hombre y del lenguaje. Y aparece la mención a Altazor que se verifica como una exhibición de la libertad de un poeta, un pequeño Dios capaz de llegar a desarticular el lenguaje.
En definitiva, todo se completa y cobra sentido en la Declaración al terminar diciendo que es la sorpresa, la expresión, la vida, la revolución interior, “Ella es un espíritu que acompaña el corazón de los guerreros, de las revoluciones del corazón”.
El motivo, el origen del texto entonces, es la revolución que aparece a través de un elemento que es determinado como femenino, la poesía, y que a través de la expresión (que se manifiesta como deseo) por medio del lenguaje, se revelará. Una revolución interior. La expresión velada a través de un escudo que es la poesía, cuyas formas juegan en la libertad del imaginario colectivo, que le da la libertad de expresar la subversión a través de una subversión: la subversión del deseo expresada a través de la subversión expresiva que significa la poesía.
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