Arma Blanca

Fiel a la promesa que le hizo a sus lectores, José Agustín presenta la segunda novela de tres que propuso. Laprimera, Vida con mi viuda fue recibida como uno de los éxitos literarios en su momento; ahora Armablanca muestra a un escritor en pleno conocimiento del tema y sobre todo de la época en la que se desenvuelve. “Indudablemente la historia me queda muy cerca ya que es la década en la que aparecí como escritor, cuando publiqué por primera vez un texto en 1964. Ya en 1966 me di a conocer en grande con libros ahora clásicos como La tumba y De perfil”, señaló en entrevista con Crónica José Agustín. “Mi crecimiento fue en los setenta y escribí mucho durante ese periodo, sobre todo literatura que tenía que ver con los acontecimientos que estaban teniendo lugar”. El autor de libros como Dos horas de sol agregó: “En 1968 creció la sensibilidad de los chavos a ese tipo de preocupaciones, me siento muy a gusto escribiendo sobre ese periodo, mi memoria está fresca para reproducir la ciudad como era, sus giros de lenguaje “No tuve que revisar nada. Me acuerdo muy bien qué canciones se interpretaban en el momento, qué películas estaban estrenando, qué obras de teatro estaban ocurriendo y quién estaba en boga. Pude haber escrito más de 200 páginas de todo eso pero el tema no eran los sesenta, era la relación de mis personajes, Dionisio, Carmen y José Cordero, en medio del movimiento estudiantil de 1968, en eso me concentré”. Luego aseveró: “El que vivió esta época tiene otros ángulos de dónde disfrutar la novela, pero la idea principal era tratar de reproducir la época en un contexto más social, que el lector que no conoció la época sepa cómo fue y tenga la ambientación necesaria para que no se sienta a disgusto, y transcurra por la historia sin decir que aquí se observan a una bola de viejitos añorando sus tiempos”. Sobre Armablanca dice que “es una referencia a Casablanca, mítica película de la que incluso Dionisio hace una referencia. En cierta forma se cree personaje de la cinta, hay algunos paralelismos en la historia, por ejemplo en la película hay un gran movimiento social como es la Segunda Guerra Mundial, una pareja que se amó y se separó, claro que en circunstancias muy diferentes a la de la novela. “Al lector le puse una pista para que no identificara que es igual a Casablanca, pero sí es un homenaje a la mítica cinta”, aseguró Agustín. HOMENAJE. Como un homenaje que le rinde al autor de Los muros de agua comentó: “En el caso del escritor José Cordero deliberadamente es un retrato de José Revueltas, ya que tiene todas sus características: fue comunista, estuvo en la cárcel varias veces, escribió libros fundamentales de la literatura nacio

Hay autores que tienen la virtud de ser leídos de una sola sentada. Uno de ellos es José Agustín, sus libros son tan amenos que obligan a lector prácticamente a devorarlos; Armablanca, uno de los más recientes, no es la excepción.

Exponente del movimiento literario conocido como la Onda, José Agustín publicó su primera creación, La tumba (1964), cuando tenía 16 años, gracias a la intervención de Juan José Arreola.

A partir de ese momento inició una carrera en las letras donde lo mismo ha abordado la novela y el cuento que el ensayo.

A pesar de las diferencias propias de dichos géneros, en los textos de José Agustín siempre está presente la ironía, el humor, el erotismo, la libertad de ‘deformar’ el lenguaje y por supuesto, el rock.

Prueba de lo anterior son obras como De perfil (1966), Ciudades desiertas (1984) y Dos horas de sol (1994), por mencionar parte de su amplia bibliografía.

El nativo de Acapulco (en 1944) también se dio el lujo de convertirse en una especie de ‘historiador’, sin abandonar su estilo, al escribir tres tomos de Tragicomedia mexicana (1990, 1992 y 1998, respectivamente), en los cuales revisa los principales acontecimientos de la vida política, cultural, deportiva y de los espectáculos de nuestro país entre 1940 y 1994.

Un autor como él corre el riesgo de ser encasillado como alguien destinado a ser sólo leído por los jóvenes e incluso no ser tomado muy en serio por aquellos que se dicen intelectuales.

Sin embargo, con el paso de los años, este narrador que puede presumir haber sido novio de Angélica María -cuando la cantante de Edy, Edy era una de las mujeres más deseadas del país- ha sabido reinventarse.

Prueba de esto es su novela Armablanca, la cual fue publicada en 2006 bajo el sello de editorial Planeta.

La sinopsis que presenta en su contraportada nos dice lo siguiente: Esta perturbadora historia constituye la segunda parte de la trilogía iniciada exitosamente con Vida con mi viuda. Aquí, Carmen deja plantado a Dionisio el día en que debían casarse. Él logra sobreponerse gracias a su vocación por la cocina, que con el tiempo le permite abrir un concurrido restaurante llamado Armablanca.

Sin embargo, años después, en pleno movimiento estudiantil de 1968, Carmen reaparece inesperadamente y le pide a su viejo amor que esconda a su marido, un reconocido escritor perseguido por las autoridades debido a su apoyo a los estudiantes.

Así se establece la estrechísima interrelación entre el individuo y la sociedad, penetrando en las arenas movedizas del amor, la mentira y la traición. Humor, tragedia, cocina y música son los ingredientes que constituyen este platillo literario que nos enfrenta a los grandes dilemas humanos, devolviéndonos un hecho histórico decisivo, fin de una era e inicio de otra más oscura y terrible en su despertar.

El autor ha dicho sobre esta obra: “Tiene muchos niveles de lectura y realmente, así como un mensaje principal, pues no lo tiene. Yo creo que el lector según su naturaleza y según su contexto y su educación puede extraer muchísimas cosas del libro, pero ahí depende de cada lector en lo personal”.

LA MUJER COMO PROTAGONISTA

Al igual que en Ciudades desiertas, en Armablanca el papel protagónico es un personaje femenino que lleva el nombre de Carmen. En la presentación de este volumen que se realizó en octubre de 2006 en el Teatro Isauro Martínez, en Torreón, el acapulqueño habló de su fascinación por crear personajes femeninos: “(Las mujeres) me parecen fascinantes, me intrigan tremendamente, me parecen personajes formidables y constituyen la base de historias sensacionales”, comentó.

La novela presenta su trama de una manera ágil, propia de alguien que conoce a fondo el movimiento estudiantil del 68, parteaguas de la historia moderna en México: Mi crecimiento fue en los setenta y escribí mucho durante ese periodo, sobre todo literatura que tenía que ver con los acontecimientos que estaban teniendo lugar.

En 1968 creció la sensibilidad de los chavos a ese tipo de preocupaciones,

...