CANTOS DEL DESCAMPADO
Enviado por conchi59 • 19 de Agosto de 2014 • 1.593 Palabras (7 Páginas) • 332 Visitas
CANTOS DEL DESCAMPADO O LA MÚSICA DE LA INTEMPERIE
Raúl Bañuelos / Editorial Arlequín
Arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, o de unos y otros a la vez, de suerte que produzcan deleite, conmoviendo la sensibilidad, ya sea alegre, ya tristemente: definición del diccionario. Así es la música en correspondencia con la poesía
Ritmo, imágenes y pensamiento Elementos de la música.
Este es un paso de caminante bajo el cielo, tal es el ritmo de quien a eludido el resguardo y se ha puesto a cantar a merced de las contingencias, se ha puesto al descubierto, libre y a la intemperie, con la conciencia y el estupor de su condición humana que es “condición de poeta”. Intemperie: es la revelación profunda de este libro. Es escribir con el corazón en zozobra, con la vitalidad de quien ya, despojado y leve, está irremisiblemente convencido de su precariedad. La escritura lastima, la palabra es sangre
Sale; madura,
exacta indecible
Balbuceo es la voz musicante en nuestra oreja, así quiere ser, sólo una resonancia
la palabra sembrada en el centro del silencio
para una música hostigada por la vulgaridad. El poeta busca, elige y finalmente decide esa fidelidad a la música limpia que
ocupa alguien que se ocupe en desocupar los ruidos del existir en este mundo
Escritura blanca en la noche oscura del alma, constelación radiante que vislumbra esa Punta de alba que entraña la luz, la música entre la luz y el silencio, porque en el fondo de esa blancura está el vacío, en el fondo del vacío está el silencio, en el fondo del silencio se erige la palabra.
Reconocemos algo del mundo en el poema y el poema es el espacio para que todo sea posible: es un “su” mundo con el cosmos en equilibrio, fusión plena, arte íntegro y pescador que
Lanza la red: cantos que son imagen, color, línea
búsqueda del todo junto, buscar de lo que soy lo otro, como en el espejo el juego de opuestos, en un mientras constante para estar por el momento, salvados. Aunque se escriba desde la humildad de la intrascendencia
Escribo para inventarme
un pasado digno de olvido
y sea basura y haya que
ponerle fuego
a todos los papeles
escritos.
Inherente al ser, la poesía es siempre sí fuente renovadora.
En su comunicación poética, la naturaleza y el tiempo trasfundidos son
impulsores centrales de ese libro. Hay una enumeración aparentemente caótica, sólo aparentemente, de signos referidos a estos temas. Es
Lo que se da lo que se queda lo que se fue
El hambre de los pobres
La soledad del solo
Las goteras la jícama los soles la felicidad
El pasar del tiempo
Los equívocos las estaciones el frío la lluvia
La duración de los mortales
Un árbol dondequiera
Y todo lo demás
es naturaleza viva, agua saludable en la lengua de este trashumante situado en el punto exacto de intersección de sus coordenadas cósmicas, en una temporalidad que privilegia el fervoroso deseo de volver al futuro de su origen y encontrar esa puerta perdida en las cortaduras del tiempo, encontrar respuestas a preguntas trascendentales:
¿morir es llegar a la última estación? ¿y de allí a dónde?
Convertirse en naturaleza es volver a ser. Es
una sensación de haber encontrado aquello que buscábamos
el asombro en este viaje de la mirada. Somos pasajeros en la noche grande.
Cuando tenga tiempo / voy a mirar en el telescopio / las estrellas para ver / el polvo de donde dicen que estoy hecho, dice un poema de Raúl Bañuelos publicado en el libro Los Solos. Cuando tenga tiempo. Ese tiempo circular que cae en la palma de la mano de un niño. Es el tiempo del colibrí que “para el tiempo” y “para el mundo”. Dice Octavio Paz::
Quieto / No en la rama / En el aire / No en el aire / En el instante / El colibrí.
Y dice Raúl: el colibrí vuela para quedarse quieto
chispa cósmica de tiempo
Infinito es uno de sus nombres
mil veces
Venga a nos su vuelo aquí a la tierra
Como a su cielo. Y amén.
Inherente a la mitología de nuestro poeta, el colibrí llega del futuro a volar sobre el es y el qué será, está por verse siempre, algo se trae con el misterio. Milagro vivo de la naturaleza donde cabe todo el tiempo junto, ese tiempo primigenio que adquiere valor de
“trinidad”, religiosamente hecho de carne y universalmente terrestre. El tiempo del instante y el secular del Poema para el abuelo:
Tienes siglos de edades en la mirada,
Eres 20 niños acumulados
porque todos los siglos del hombre en la tierra son un solo día. Este es el tiempo del que nos habla Raúl, el que hace del cosmos su casa. Lejos de donde siempre, cerca de donde nunca, lo que tarde en fumarse un cigarrito.
Tiempo y silencio, recurrencias poéticas, porque el silencio da mucho que hablar. Consejo dado: hazle saber al silencio
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