CAPITULO III. El entrevistador
Enviado por caritosandia12 • 11 de Septiembre de 2016 • Apuntes • 1.064 Palabras (5 Páginas) • 278 Visitas
RESUMEN DE LOS CAPITULOS
CAPITULO III. El entrevistador
Bleger señala que en la entrevista, el entrevistador forma parte del campo, condicionando en cierta medida, los fenómenos que el mismo va a registrar.
Lista de cualidades y actitudes necesarias o recomendables que debería poseer: habilidad y juicio intelectual superiores, sentido del humor, originalidad y variedad de recursos. Lista que puede resumirse en términos de personalidad madura, carácter genital o yo fuerte.
Primera regla para psicoterapeutas y entrevistadores, la de ser uno mismo. Los elementos más importantes del interés en nuestro caso, son el impulso epistemofílico y la capacidad de identificación con el otro, que se manifiesta como empatía y comprensión.
Después de que el paciente haga un amplio y eficaz relato de su sintomatología la entrevistadora, intentara aclarar algunos aspectos de su vida que pueden estar relacionados con el padecimiento actual.
La existencia de prejuicios, sistema de valores y conflictos inconscientes, llevan a la adopción de una actitud frente al material del paciente. El terapeuta solo puede esperar que sus tratamientos bien terminados tengan resultado la partida de sus pacientes.
El placer por el conocimiento, impulso epistemofílico, es requisito imprescindible en todo investigador. La capacidad de transferir, es inherente al ser humano, y por tanto el entrevistador es objeto, en ocasiones incluso antes de tener contacto con el paciente, de la proyección de alguno de los objetos significativos de su pasado, lo que puede expresarse a través de fantasías conscientes o inconscientes.
Cuando nos identificamos con el paciente entendemos sus fuerzas en conflicto. La capacidad de respuesta del entrevistador al tipo de relación que el paciente es capaz de establecer, varía según el tipo de personalidad y el momento vital en el que el primero se encuentra inmerso.
Requisitos académicos que debe poseer el entrevistador con orientación psicodinámica: Solidos estudios de psicopatología y psicodinamia, contar con amplios conocimientos sobre las formas de pensamiento y acción consideradas normales en la cultura en la que se ejerce la actividad profesional, capacidad para adaptar su tiempo y tipo de verbalización a los pacientes, debería dejar su teoría, debe ser capaz de recibir con verdadero espíritu de investigación las comunicaciones de sus entrevistados.
Siempre se realizara cara a cara, en las condiciones que permitan la mayor comodidad posible para los que en ella participan.
CAPITULO V. El inicio de la entrevista.
El inicio es el primer contacto formal, entre entrevistado y entrevistador. La duración dependerá tanto del buen funcionamiento del juicio de realidad del entrevistado que permite la rápida rectificación de sus distorsiones perceptuales y conceptuales, como de la habilidad con la que el entrevistador se enfrenta a ellas.
Iniciamos la entrevista saludando al paciente y presentándonos ante él esperando que, como es lógico en todo contacto social del cual la entrevista aun no ha comenzado a deslindarse corresponda a nuestra iniciativa saludando y presentándose a su vez, si no lo hemos llamado por su nombre tomando del expediente correspondiente.
La conducta del paciente al inicio de la entrevista puede proporcionar indicios sobre su contacto con la realidad su información psicológica, su relación previa con otros servicios de salud e incluso con la autoridad.
Generalmente los pacientes inician su comunicación relatando, con mayor o menor extensión, la sintomatología que los lleva a solicitar nuestro servicio.
Antes durante y después de dedicarnos a tal exploración continuamos observando al paciente, añadiendo ahora a nuestro registro mental, los datos sobre el tipo de lenguaje que emplea.
CAPITULO VI. Interrogatorio de los síntomas.
Ningún síntoma aislado tiene valor diagnóstico. Es el síndrome, es decir el conjunto de síntomas el que nos permite llegar a la determinación de la diagnosis.
El conflicto psíquico es universal e inevitable y no conduce forzosa y necesariamente a la formación de síntomas.
En el caso específico de los síntomas, encontramos diversos estratos de significado en ellos, pudiendo ser al mismo tiempo, gratificación de deseos, necesidad de autocastigo, identificación con alguna figura significativa e incluso dramatización de un conflicto en el que intervienen varios personajes.
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