CUENTOS REALES DE ABDÓN UBIDIA, NARRADOR QUITEÑO (1944)
Enviado por kevin_roman23 • 10 de Octubre de 2016 • Resumen • 755 Palabras (4 Páginas) • 458 Visitas
CUENTOS REALES DE ABDÓN UBIDIA, NARRADOR QUITEÑO (1944)
Este segmento de 10 Cuentos Realistas, así denominados por ser de recreación en ambientes de la ciudad de Quito con sus alrededores como tema recurrente utilizado por el autor en forma.
CONSUMACIÓN (RESUMEN) Es la historia de un delincuente un tal manaba Pimbo y el que recién fue recapturado el negro Presidente Alfaro a una cárcel quiteña y que de hecho iba a generarse la lucha por el poder y que todos le conocen por su terrible y temible historial que a cualquier detenido le hacía tener escalofríos y el tercero, tuerto y patojo por sus fechorías quien también nos narra este cuento nos adentra en la sicología que se maneja dentro de un centro penitenciario. Nos dice que este Pimbo se había comido apenas 22 cristianos o sea mejor que llamada (banda de los choneros), digo yo de la recientemente desarticulada y también famosa en esos lares, 2015.Cuenta que el negro Alfaro en una bronca se comió con gusto la oreja que le arrancó con los dientes la oreja de otro ficha, el Avispa, otro delincuente para que no volara y no molestara más. Tan malo era este negro que se narra de él con lujos de detalles sus atrocidades que incluso se le compara con el mismo diablo. Mató a puñaladas a un tal García, un Taco, etc. en las mismas barbas de los guardias, era el amo y señor de las rejas, que la obediencia debía ser la normal ahí y nos narra como complemento que así era la milicia, escuchar sin chistear sus órdenes.Detalla al holgazán capitán Rodríguez alguien de mucho respeto que incluso escupía la comida de los soldados y no debías mirarlo, había que comer, obedecerlo ciegamente, peor si le niegas una hembra, eso es respeto. Eso según este tuerto escucharle en todo es principio de autoridad pobre el que caiga en su contraorden. Como siempre hay resabiados llegó al cuartel el soldado Pérez, este osó botar el plato de sopa que escupió el capitán, fue suficiente para ponerle en la vía crucis, este cruel oficial tardó lagunas semanas en castigarle seriamente al sabido Pérez a todos nos hacía la vida infeliz, llegó la hora del soldadito, comenzando con la ley del hielo: impedirle comer, perseguirle hasta en las necesidades básicas, no dejarle dormir, asediarle tanto que se previó que no desertara, que al final sollozante le pidió con súplicas obediencia total por vida.
Llegó el día esperado el duelo entre Pimbo y el negro, este podía matarle con el puñal pero no quiso, salieron con permiso de la prisión el tuerto y Pimbo a vender escobas en la ciudad con las cuales dormimos a los guardianes, nos escondimos en la quebrada donde botaban la basura y el tuerto le clavó el puñal a Pimbo y hoy es parte del basural con que se rellenó Quito. El tuerto fue recapturado, hasta el presidente de la República fue a la cárcel y canceló al corrupto director.
INTERPRETACIÓN: Este cuento nos da luz a un candente problema social de hacinamiento carcelario y la vida infame que tienen los reclusos en nuestro medio que hay testimonios tan vívidos que estremecen el alma, la droga, prostitución, el robo son el pan de cada día y la rehabilitación social es una quimera, que estos centros son escuelas del crimen. Se presenta la analogía del acto delincuencial con el final de Pimbo en un basural. Incluso muere gente inocente que hasta que llegue la justicia, con un abogado defensor, este es cadáver. Las leyes y su marco jurídico, se hagan eco de tan apremiante necesidad humana, hoy se ven cambios importantes en la justicia ecuatoriana y en los centros de detención, pero falta para llegar a dignificar al reo.
...