Carlos Marx
Enviado por roxana77910 • 31 de Julio de 2013 • 2.103 Palabras (9 Páginas) • 422 Visitas
EL CAPITAL por Carlos Marx
Roxana Lebrija
Para Carlos Marx, el proceso de producción de las mercancías son el valor de uso y valor de cambio, donde, para dar una definición más detallada, el valor de uso es un bien; el cuerpo mismo de la mercancía, por ejemplo: trigo, hierro, minerales, etc., para su consumo; la satisfacción de la necesidad humana y el producto del trabajo humano. La mercancía solo posee valor cuando hay una unidad social del trabajo humano.
El valor de cambio, dice Marx, es el intercambio de valores de uso de una clase, por valores de uso de otra clase, o sea, que es intercambio entre mercancías. Los valores de uso, solo tiene valor porque está materializado en trabajo abstractamente humano, siendo un tiempo de trabajo necesario.
Para que este intercambio exista, los valores de uso deben ser diferentes; un valor de uso totalmente distinto por el que se intercambia para la satisfacción de necesidades por ambas partes siendo valores necesariamente iguales.
El trabajo es la condición de la vida humana, la necesidad natural y es el metabolismo que se da entre el hombre y la naturaleza; está orientada a un fin, en la cual hay una fuerza de trabajo y que, entre más fuerza ejerza, emplee y/o ejecute, más valor tendrá un bien y se duplicaría su valor. El carácter humano general del trabajo constituye a su carácter específicamente social.
El intercambio no es el que regula el valor de la mercancía, sino el valor de la mercancía las que rigen las relaciones de intercambio; todo valor equivale a una mercancía y que tiene que ser una forma totalmente vigente. Hoy por hoy el equivalente de las mercancías se convierte y funciona como dinero, llegan a ser un monopolio social y una función social donde los hombres trabajan unos para otros. Ahora, el intercambio se llega a realizar cuando se sabe el valor de las cosas, pero el hombre ya no tiene conciencia si recibe la suficiente cantidad de dinero por su esfuerzo físico, pero aun así hace el trabajo y quienes constituyen la economía son las categorías burguesas.
El dinero se maneja con la movilidad de objetos enajenables en la cual hay un intercambio con distintas comunidades y así, hay un intercambio de productos; el dinero se vuelve conmensurable por obra de la mercancía.
El precio es una forma ideal y palpable; la denominación dineraria del trabajo, de cuánto vale socialmente una mercancía que contiene la misma cantidad de trabajo ejercido en ella. Para que una mercancía opere de manera efectiva como valor de cambio, se debe desprender de su corporeidad formal de una mercancía. El intercambio es el metabolismo social; transferir mercancías de manos que no son valores de uso a manos en las que son valores de uso y se vuelve una metamorfosis a la transformación de la mercancía en dinero y utilizar el dinero para comprar cosas nuevas que lleguen a ser valores de uso y que exista así un intercambio. Carlos Marx pone la siguiente fórmula en el proceso de intercambio: M-D-M. Solo con el dinero hay una vigencia social y en donde se encuentra en los bolsillos ajenos por las ventas de mercancías inmunerables que llega a ser monótona.
Ahora existe una división de trabajo donde convierte en mercancía el producto del trabajo para tornar la necesaria transformación en dinero y una competencia por desempeño de mismos roles laborales que llega a ser un organismo natural de producción.
El proceso de circulación es cuando en varias mercancías se venden sus valores de cambio que hacen un equivalente de producto y esfuerzo físico por dinero denominándola medio de circulación y surge su figura monetaria. (compra y venta).
La moneda y el oro circulan más rápido y como consecuencia se desgasta con mayor rapidez. Por ello los billetes de papel quedan en función para sustituir al oro en calidad de moneda que llegan a ser un signo de valor que representa cantidades de oro.
La circulación de algunas mercancías está ligada a las diversas estaciones del año y existe una venta de mercancía directa y no directa, que quiere decir, que ésta viaja para poder venderse en otras partes: dinero mundial, donde se aplica el doble valor y se le denomina como mercantilismo. Todo lo que gira alrededor es dinero, todo se rige por y con dinero, algo que, mientras siga
nuestro modo de producción capitalista, nunca cambiará; los intereses son ahora competitivos por tener el mayor poder adquisitivo y que hoy por hoy es algo imposible de controlar.
Ahora pasemos a la transformación de dinero en capital, donde, en resumidas cuentas, es la compra de mercancías y la venta de éstas que se incrementa para obtener una ganancia mayor del que se compró; la astucia del capital, el plusvalor; vender la mercancía demasiado cara, donde surge la siguiente fórmula según Marx: D-M-D’.
Para poder realizar la transformación de la mercancía a un valor de uso, se requiere de la fuerza de trabajo humano con la ayuda de los medios de producción para efectuar dicho cambio y que se determina por el tiempo de trabajo necesario para la producción. El vendedor de la fuerza de trabajo habrá de perpetuarse por medio de la procreación, esto es, los hijos de los obreros. Nuestra fuerza de trabajo es como la mercancía que vendemos a los poseedores de dinero. Necesitamos de la materia prima, ya que es un material auxiliar en su composición que es consumido por el medio de trabajo para transformarla y nos ayude a realizar otras labores, por ejemplo el carbón.
En todos los países que tienen el modo de producción capitalista, la fuerza de trabajo solo se paga después que ha funcionado durante el plazo establecido en el contrato de compra y que se le paga el valor diario que ejecutó con su trabajo, así que le pertenece por todo un día.
Existe la suma de trabajo necesario y el plustrabajo que ejerce el obrero para que se efectúe el plusvalor que constituye la magnitud absoluta de su tiempo de trabajo: la jornada laboral, donde no están estipuladas las horas de trabajo que el obrero deberá ejercer y que por lo tanto, no se le está pagando un equivalente por su fuerza de trabajo. El obrero reclama sus derechos en cuanto a la jornada laboral; ser justo el capitalista de pagarle
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