Carmilla, terror y sensualidad
Enviado por Serenpentipiti • 18 de Marzo de 2019 • Apuntes • 1.167 Palabras (5 Páginas) • 300 Visitas
Carmilla: terror y sensualidad
Castillos, monstruos, mitos, terror, sensualidad y sangre; la mezcla perfecta para hacer de esta obra un éxito. Sheridan Le Fanu creó, indudablemente, una pieza exquisita que engancha al lector desde la primera palabra, en verdad es imposible dejar de leer. Crea una combinación fantástica entre el miedo y la sensualidad. Esta última cae en las insinuaciones homosexuales, pues no hay ninguna escena de lesbianismo explícito. Sin embargo, la relación de Carmilla y Laura sobrepasa los límites de una amistad común. Por otro lado, “el autor se aproxima (con clase y refinamiento) al tema de la sexualidad femenina, convirtiéndola en parte intrínseca del juego vampírico de seducción” (Genis, 2016).
Este libro es uno de los primeros sobre los “no muertos”, ya que fue publicado en 1872; y 25 años después salió Drácula (Bram Stoker). Para comenzar, es necesario entender el vínculo de los vampiros con lo sensual. Primero, la sed de sangre. Esta responde a su supervivencia, pero también a la imperiosa necesidad de cautivar a su víctima. Es un juego constante, pues el objetivo es la posesión del otro. Si vas a estar en este mundo para siempre, por lo menos hay que divertirse un poco. Además, la mordida es en el cuello, un lugar en extremo revelador y erógeno. Por otro lado, la pasión y el erotismo elevan la agresividad: “el atacante, ávido de satisfacción, toma posesión de alguien rendido ante sus encantos” (El Comercio, 2012). De esta forma, el peligro se convierte en algo excitante y placentero, no doloroso. Los vampiros están creados para que la víctima se vea atraída por sus atributos: belleza, fuerza, poder, etc.
En Carmilla, el terror está presente desde el comienzo, ya que nuestra locación es un castillo en la mitad de un bosque (sin vecinos ni pueblo [vivo] cerca): “Puedo aseguraros que, en general, era una vida muy aislada” (Le Fanu, 1872). También, el cementerio y la familia Karnstein siembran ese sentimiento de horror y miedo, pues, ¿a quién le gustaría vivir cerca de un poblado “maldito”? Por otro lado, los “sueños” (lo onírico) de la obra son una constante que hace al lector mantenerse al borde del asiento. Estos siempre están indicando cierto temor en Laura. Tomemos como ejemplo el siguiente fragmento: “Vi, o creí ver, la habitación con sus muebles de siempre, pero más a oscuras; a los pies de mi cama se movía algo escurridizo, que no pude distinguir claramente. De repente, me di cuenta de que se trataba de un animal grande y negro, como cubierto de hollín. Parecía un monstruoso gato […] Noté que algo se encaramaba a mi cama. Unos ojos enormes se acercaron a los míos y de pronto sentí un penetrante dolor en el pecho, como si me hubiesen clavado dos alfileres. Me desperté con un grito” (Le Fanu, 1872). El terror de esta parte radica en saber que no es un sueño, en verdad era una extraña criatura que rodeaba la cama de Laura. No saber qué es la masa negra ni qué hará provoca una paralización de los sentidos. Además, el miedo de Laura a quedarse sola durante el día, también sugiere cierto suspenso. Otros pasajes terroríficos de la obra son las sospechosas muertes de las “campesinas”, la historia de Millarca, la muerte de los Karnstein, la tumba de la condesa, el enfrentamiento del moravo contra el vampiro, la desaparición de Carmilla en un lugar sin salidas, la mujer vestida de sangre, etc., pues en cada uno existe esa incertidumbre de no saber quién morirá, qué pasará, por qué aparecen en medio de la noche y demás. En fin, toda la novela está plagada de elementos tenebrosos, pues vivir en medio de la
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