Caso Carolina Herrera

Biografía de Carolina Herrera

María Carolina Josefina Pacanins y Niño, nació en Caracas Venezuela en 1939, en una familia bien posicionada. Se convirtió en Carolina Herrera por su matrimonio con Reinaldo Herrera. Su posición económica le permitió a los 13 años de edad asistir a un desfile de Cristóbal Balenciaga en Paris y compartir días con la gran realeza y noches con el entorno de Arnold Warhol.

Carolina Herrera se casó por primera vez muy joven, a los 18 años, con Guillermo Behrens Tello, de quien se divorció seis años después. De esa unión nacieron: Mercedes y Ana Luisa, con quienes regresa en brazos a su casa paterna. “Demostró que podía ser una mujer contemporánea e independientes desenvolviéndose en la alta sociedad caraqueña con dos hijas. No abandonó su papel y justamente entre fiestas y reuniones coincidió con un amigo y un amor de su juventud: Reinaldo Herrera. “La chispa surgió de inmediato y deciden casarse. Los dos muy guapos, de excelentes familias, ricos y con clase”, relata el cronista Nascimiento. Ella se muda a su nuevo hogar. Fija residencia, nada más y nada menos que, en la casona de La Vega, una emblemática hacienda con 165 habitaciones llenas de muebles históricos; allí existen sillas donde se firmó la independencia de Venezuela, mesas donde ponían a los obispos después de muertos, cuadros del año de 1790 —la Virgen de la Guía patrona de la casona—. Se dice que esta casa fue construida en 1590, y se puede confirmar en el libro de los Amos del valle de Don Herrera Luque. Simón Bolívar solía decir: “Pasan los años y cuando regreso a Caracas solo hay una cosa que no cambia La Casona de La Vega”.

Allí Carolina vivió con su suegra, María Teresa Guevara Mastrantonio, esposa de Reinaldo Herrera Uslar, y conocida en los círculos sociales capitalinos como Mimí Herrera Uslar, junto con su marido poseían el título de Marqueses de Casa-Torre. Por supuesto, la diseñadora vivió fascinada en aquella casa rodeada de jardines y hermosos corredores de columnas; además se llevaba muy bien con su suegra, y eso que cuentan que el carácter de Doña Mimí era muy especial. En La Casona resonaron las risas y travesuras de dos niñas más: Patricia y Carolina Adriana, fruto del matrimonio con Herrera, para así sumar cuatro mujeres a la familia, y a los negocios.

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