Criminales En Potencia

Criminales en Potencia

Rousseau enuncia en su ensayo titulado Emilio o de La Educación, que todo hombre es bueno por naturaleza. Es importante tener en cuenta el contexto en el que surge esta frase; un periodo en donde se daba un paso desde la oscuridad a la luz: la ilustración y su centro en la razón.

La razón es sin duda, aquello que ordena el caos de la existencia, pues, cuando se observa el mundo desde aquella, la lógica entra en juego y la operación de percibir las cosas se torna científica. Todo acto se justifica en ella, pues todo pasa por ella. Hablar de moral a través de razón no es complicado, pues como nos lo decía Aristóteles, por aquella se tiene conciencia de lo bueno y lo malo , quien también afirmaba que todo acto a través de la razón se dirigía hacia un bien, y como bien máximo se apuntaba a la felicidad. Pero ¿Qué sucede cuando percibimos las cosas a través de aquello que escapa a la razón? ¿Qué sucede cuando son las pasiones las que configuran los actos?

Rubem Fonseca en su novela El caso Morel nos expone de forma clara aquella contraposición a la razón, el movimiento en torno a la pasión y a los deseos. Haciendo uso de perfiles humanos inmorales, en donde lo grotesco se hace parte esencial de la acción.

Otro filósofo nos plantea que el hombre es el lobo del hombre, Hobbes al decir esto, pone al instinto por sobre la razón, le da un carácter animal a los hombres. ¿Puede un animal entender los límites entre el bien y el mal? Cuando este límite no existe ¿existe la moral? En la Novela de Rubem Fonseca, la moral se muestra de forma , esto quiere decir que está, pero que no se respeta. Es más, sus personajes se caracterizan por inhibirla, creando la ilusión de un tipo de amoralidad.

Un ejemplo de esto es la prostitución, que a los ojos del lector podría ser un tema tabú, pero que en la novela se inscribe de manera natural. Tenemos a Lilian (también llamada Carmen en el libro de Morel), ella al hablar de sí misma dice: “Como te dije, ahora soy una puta part-time”. Y más interesante es lo que responde Morel: “¿Quieres venir a vivir en mi casa?”(Fonseca, 97) A partir del diálogo anterior, se deja ver aquella naturalidad que mencionaba anteriormente. Lilian, al decir lo que dice, no denota pudor alguno, y Morel, por su parte, al escuchar esto sigue con el hilo de la conversación, tal como si aquello no importara. Hay que tener en cuenta el contexto de esta invitación, se trataba de una idea que Morel tenía, esta era el deseo de convivir con varias mujeres a la vez, el decía: “Como si fuera una familia”. Sin duda alguna, esto funciona de forma contraria al modelo civil Brasileño del matrimonio, en donde en aquellos años en donde el libro se publicó, la unión permitida era tan solo de una mujer y un hombre.

Volviendo sobre aquella afirmación planteada por Hobbes de que “el hombre es el lobo del hombre” plantearé un doble análisis. Primero, la encausaré por aquello que el lobo representa en el libro de Hobbes, y segundo, por lo que la frase en sí dicta. Ambos paradigmas en relación al libro de Fonseca.

El lobo, visto como un animal que vive en el bosque, representa todo aquello desconocido y amenazante. De cierta forma, encarna todo aquello que está más allá del límite de la civilización, en donde el misterio, la muerte y la destrucción se apoderan del paisaje.

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