DISCIPLINA INTELIGENTE

RESEÑA

(DISCIPLINA INTELIGENTE EN LA ESCUELA. CAPITULO 4)

LA DISCIPLINA INTELIGENTE CONTRA LA DISCIPLINA ESTÚPIDA EN LA ESCUELA

La mentira, la hipocresía y la doble moral seguirán manifestándose entre nuestros alumnos si la escuela sigue sosteniendo una educación basada en premios y castigos. Se compra la buena conducta otorgando objetos o puntos extras en las calificaciones, evaluando así aspectos no relacionados con el desempeño académico del alumno y alumna. Con los premios y castigos solamente se condiciona la conducta como sucede con las mascotas.

Tanto padres y maestros que condicionen la conducta con premios y castigos, solo logran que niños y adolescentes se porten bien por lo que van a recibir, no porque exista una conciencia ética del comportamiento correcto. Además saben que al portarse mal se enfrentarán a un malestar físico o psicológico.

Si es importante reconocer la conducta, cuando el comportamiento sea de acuerdo a los valores que se desean fomentar, en este caso, se debe felicitar, celebrar y decir, utilizando un lenguaje sencillo, breve, sincero, cálido y oportuno. Se debe reconocer no premiar.

En la escuela los maestros deben dejar a sus alumnos hacer lo que deben hacer y después celebrarlo con ellos, deben evitar que hagan las cosas condicionados a recibir algo. También es importante que los docentes busquen la forma de reconocer a todos sus alumnos, y no solamente a los más hábiles.

Todo individuo se supera al ser reconocido por lo que hace.

Una escuela completa es la que reconoce el desempeño académico, las actitudes y los valores.

En este tipo de escuela el personal académico pondrá en práctica el reconocimiento afectivo en cada situación que considere necesaria, que los alumnos sientan que son tomados en cuenta en todo lo que hacen

De vital importancia es considerar el grado para poner en práctica las acciones de reconocimiento.

Algunas formas de reconocer son las siguientes:

Reconocimiento en público: este debe hacerse considerando las características del grupo y del individuo a quien se reconoce para evitar que este se apene, hay personas que esto no les gusta, o provocar burlas o envidias con los compañeros.

Reconocimiento ante y a los padres: este cobra importancia cuando los padres no advierten el avance de sus hijos y los minimizan o ignoran,

En una escuela con disciplina inteligente el reconocimiento debe ser más importante que la sanción, pues si los alumnos se comportan de acuerdo con los valores, estos deben saber que lo están haciendo bien.

Se sabe que cuando se castiga va implícito el dolor y se cree que con este se aprende y se incremente la conciencia, sin embargo, lo que se consigue es resentimiento, degradación y deseos de venganza.

Una sanción dolorosa es cuando se utiliza la violencia para remediar, y con esto se crea más violencia, en lugar de evitarla.

Cuando sea necesario actuar ante conductas inaceptables se sugiere propiciar la situación para que se asuma la responsabilidad de reparar el daño. No obstante, es importante tener claro el concepto de “falta” pues en ocasiones una misma conducta es considerada como falta grave y en otras como leve, todo depende del ánimo de quien sancione. A este actuar se le considera como disciplina estúpida, como también no distinguir la importancia relativa entre una falta y otra y aplicar medidas semejantes.

Se debe tener cuidado de no actuar con dureza ante faltas sin importancia, porque pierden credibilidad, esto sucede normalmente cuando ciertos alumnos logran fastidiar al maestro al ir acumulando faltas y de pronto ante una cometida no tan grave recibe un castigo severo.

También existen casos en que los docentes actúan suavemente o no hacen nada ante faltas trascendentales, al respecto también pierden credibilidad y propician la impunidad.

Hay escuelas que han fracasado no por su sistema de enseñanza, sino porque la disciplina no la controlaron, esta depende de la formación en valores.

Para controlar la conducta se recomienda dividir las faltas de los alumnos en dos grupos, en el primer grupo estarán las faltas leves e intermedias, en el segundo grupo aparecerán las graves y extraordinarias.

Las faltas leves serán resueltas por los propios maestros.

Con un criterio de unificación se deben clasificar las faltas en una escuela, con la finalidad de evitar decisiones individuales, no confundir faltas leves o intermedias con una grave, o una falta grave con una leve o intermedia, estos acuerdos deberán quedar por escrito y ser respetados por los individuos involucrados.

Las faltas intermedias, que son conductas que producen un daño moderado ya requieren ser atendidas por el maestro, apoyado por la dirección, el equipo psicopedagógico o del prefecto, estas deben ser atendidas a la primera vez que se cometan.

Las faltas graves son las que producen un daño grave y las extraordinarias son las que ponen en peligro real la vida, salud y libertad propia o de otra persona. Estas deben ser atendidas por el consejo disciplinario.

Los castigos se basan en fantasías de que con ellos se van a lograr cambios en la conducta de los alumnos por medio del dolor, castigando con sanciones desvinculadas de la persona o áreas afectadas, y además desproporcionadas. Tienen su raíz en la filosofía de que los alumnos evitarán el mal comportamiento para evitar ser castigados. El temor es el motivador principal.

Se deben sustituir por consecuencias, éstas también son sanciones, pero a diferencia de los castigos, tienen las siguientes características:

a) Hay vinculación entre el ofensor y la persona o área afectada.

b) Se cuida la proporcionalidad de acuerdo a la clasificación de la falta (leves,-intermedias/graves-extraordinarias).

c) Se enfatiza que haya acciones reales de reparación y resarcimiento.

d) Se da seguimiento para verificar un cambio de actitud y conducta de forma relativamente permanente.

La aplicación de consecuencias fomenta valores. Ayudan a quien viola una regla a aprender de esa experiencia, a tener una conducta aceptable.

Estas son algunas sugerencias para la aplicación de consecuencias:

a) La prohibición verbal.

b) La prohibición efectiva.

c) Reparación espontánea y reparación simbólica.

d) Resarcimiento.

Según Richard L. Curwin y Allen N. Mendler las consecuencias funcionan mejor cuando:

1. Con claras y específicas.

2. Tienen una gama de alternativas.

3. No son castigos.

4. Son naturales y lógicas.

5. Tienen relación con la regla.

Claudia de la Mora, psicóloga mexicana, asegura que las consecuencias ayudan a que el alumno:

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