Después de la primera mirada

Después de la primera mirada

Lorena Urzúa Reyes, Comunicaciones 2011.

(Noche de julio, alrededor de las 22:00 hrs., sentada cómodamente en mi escritorio, con mucho frío dada la noche helada en la que estábamos, frente al computador, ya sin nada más que revisar. Paso el rato así y en Twitter comienza a circular el link de un video que dice “Nuestro momento-Portugal”, nombre que me hizo pensar en que era un video que trataba de algo romántico, por lo que lo comencé a ver con la idea que sería como un video cualquiera, pero que para mi suerte, no fue así).

Y el frío de la noche se da a conocer nuevamente. Tratando de esquivarlo me encuentro, y me vuelvo a encontrar con algo mucho más atractivo. ¿Qué será? ¿De qué tratará? Me pregunto como si fuera una situación normal. Lo fue. Miro la pantalla y aquel video no me entrega nada. Vuelvo sobre él, lo miro cada minuto, cada día con más atención: nuevos y delicados detalles van apareciendo ante mí, detalles que me van atrapando, cautivando con lo que estoy viendo y haciéndome parte del video. Comienzo a ser testigo de una historia. Un hombre y una mujer, amigos en un principio por como se saludan, simplemente con un beso en la mejilla, me están hablando, entregándome su relato . Se encuentran en un día de marcha, 7 de julio para ser más precisa, pero a ellos esto no les importa. Disfrutan su día, se ríen, apuestan por quién tiene la razón de qué hora es, burlándose finalmente él de ella por haber estado más cerca de adivinar. Las miradas cambian, se tornan envolventes, el tacto cada vez es un sentido más despierto.

Le acomoda un mechón de pelo detrás de la oreja mientras la mira con deseo; comienzan a tomarse la mano, a darse unos tímidos abrazos entre medio de aquella multitud. No les importa donde estar, solo se sienten mutuamente y dejan de lado sus preocupaciones . Cariño en la mejilla y una mirada intensa da pie a un beso, un beso no en circunstancias normales, entre medio de un joven tirando piedras y toda una escolta de carabineros pasando alrededor de ellos montados a caballo. Son indiferentes con el resto, es su momento. No sentir el tiempo que los tiene inmersos y que ellos no sienten pasar, partir un día como amigos y terminar con caricias, con un beso que los lleva más allá de la situación en la que se encuentran, que los extrapola definitivamente de todo. Son esos detalles, el saludo en la mejilla, como van surgiendo las caricias y abrazos, no estaban a simple vista, fue una historia interpretada por mí, armada aún no en su totalidad, con cada vez que miro este video. Una sensación de tranquilidad y asombro me llena, el tiempo se pierde una y otra vez, pasa y sigue pasando mientras veo estas imágenes.

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