Divina Comedia
Enviado por jhoanmlo • 13 de Junio de 2012 • 2.240 Palabras (9 Páginas) • 566 Visitas
de que trata
Dante (el alma de la Humanidad) se extravía en su camino y se ve acosado por toda clase de terribles fieras, que son los pecados. Virgilio, el pagano bueno, símbolo de la razón, viene a su ayuda para guiarle y hacerle ver en el infierno a los hombres que han caído y fracasado en su viaje.
El Infierno. Perdido en esa selva enmarañada, la gracia divina le envía un guía, que es el poeta pagano Virgilio. Pasan el Aqueronte en el infierno de la Humanidad fracasada, colocada en series de nueve círculos concéntricos en forma de embudo. En la parte inferior esta Lucifer.
dante va presionado por sus mismas luchas y no es raro que cite personas que intervinieron en la vida política de su tiempo. Parece normal que nos hallemos a Judas, el traidor por antonomansia; pero nos sorprende ver a Bruto y Casio, e incluso Papas, que fueron arrastrados por las ambiciones de lo temporal.
El Purgatorio. Por la puerta de San Pedro ascienden a un monte donde se purifica el alma. Allí sitúa el Purgatorio, en un isla. A la cima se sube por nueve gradas de purificación. Es la purificación por la esperanza y el deseo. Van viéndose distintos personajes antiguos y modernos. A la puerta se halla Catón de Utica. No deja de sorprender el ver a este moralizador de la paganía en el antipurgatorio.
El Cielo. Llegan al Paraíso. Virgilio el pagano, la sola razón, no puede penetrar. Aquí sale Beatriz, purificada en el Amor, símbolo de la Cenia Divina, la Teología, y sirve a Dante de guia en esta incursión mística. Aparecen los nueve círculos en ascensión, hasta el vértice que preside el Eterno. Al acercarse al trono del Señor, atravesando las jerarquías de perfección de los santos y ángeles, en una de ellas se queda Beatriz, y San Bernardo consigue que el poeta vislumbre la luz eterna.
Estructura
Detalle de infierno: Mosaico que representa el Juicio Final por Coppo di Marcovaldo, Museo Baptisterio de San Juan.2 El poeta Dante Alighieri fue bautizado en este lugar.
Cada una de sus partes, o cánticas (Infierno, Purgatorio y Paraíso), está dividida en cantos, a su vez compuestos de tercetos.
El poema se ordena en función del simbolismo del número tres, que evoca la trinidad sagrada, el Padre, el Hijo y Espíritu Santo, el equilibrio y la estabilidad, y el triángulo. El poema cuenta con tres personajes principales, Dante, que personifica a la humanidad, Beatriz, que personifica la fe, y Virgilio, que hace otro tanto con la razón. La estrofa por su parte está compuesta por tres versos, y cada una de las cánticas cuenta con treinta y tres cantos, excepto el Infierno que tiene treinta y cuatro, de manera que la obra completa se compone de cien cantos. Se usa un tipo de rima original, la "terza rima":
Nel mezzo del cammin di nostra vita
mi ritrovai per una selva oscura,
ché la diritta via era smarrita.
Ahi quanto a dir qual era è cosa dura
esta selva selvaggia e aspra e forte
che nel pensier rinova la paura!
Dante también utiliza el número diez como cabalístico como número pitagórico, que vemos en los cien cantos de la comedia, compuestos por los treinta y tres de cada reino, más el de introducción. También se puede apreciar la importancia decimal en los diez niveles del infierno, que son nueve círculos más el anteinfierno, donde se encuentran los ignavi, es decir, los indiferentes.
La estructura matemática de la Divina comedia, por otra parte, es mucho más compleja de lo que aquí se esboza. El poema puede leerse según los cuatro significados que se atribuyen a los textos sagrados: literal, moral, alegórico y anagógico. En este poema, Dante hace gala además de un gran poder de síntesis que es característico de los grandes poetas.
La estructura también afecta a los registros lingüísticos: en el infierno se utiliza un lenguaje vulgar, el texto del "Purgatorio" está lleno de citas bíblicas y el del "Paraíso", de himnos y cantos litúrgicos.
[editar]Infierno
Infierno, Canto I (por Gustave Doré).
Artículo principal: Infierno (La Divina Comedia).
La primera parte narra el descenso del autor al Infierno, acompañado por el poeta latino Virgilio, autor de la Eneida, a quien Dante admiraba. Acompañado por su maestro y guía, describe al infierno que tenía una forma de un cono con la punta hacia abajo y los nueve círculos que poseía en los que son sometidos a castigo los condenados, según la gravedad de los pecados cometidos en vida, en el último círculo "judesco", Dante describe que había una especie de palacio en el cual se hallaban los que traicionaban a sus bienhechores y allí se encontraba Lucifer, él lo describe como un demonio de tres cabezas y dentro de la boca de la principal se hallaba Judas, al cual mordía con sus filosos colmillos como un juguete, mientras este gritaba de dolor.
Purgatorio
En esta segunda parte, Dante y Virgilio atraviesan el Purgatorio, una montaña de cumbre plana y laderas escalonadas y redondas, simétricamente al Infierno. En cada escalón se redime un pecado, pero los que lo redimen están contentos porque poseen esperanza. Dante se va purificando de sus pecados en cada nivel porque un ángel en cada uno le va borrando una letra de una escritura que le han puesto encima. Allí encuentra a famosos poetas, entre ellos a Publio Papinio Estacio, autor de la Tebaida.
El primer canto del Purgatorio ilustrado por Gustave Doré.
Esta parte comienza propiamente con la salida Infierno a través de la natural burella. Dante y Virgilio llegan así al hemisferio sur terrestre (que se creía por completo bajo las aguas), donde en medio de las aguas se halla la montaña del Purgatorio, creada con la tierra utilizada para crear el abismo del Infierno, cuando Lucifer fue expulsado del Paraíso tras rebelarse contra Dios. Tras salir del túnel llegan a una playa, donde encuentran a Catón el Joven, que se desempeña como guardián del Purgatorio. Teniendo que emprender el ascenso de la empinada montaña, que resulta imposible escalar, es tan empinada que Dante tiene que preguntar a algunas almas cuál es el pasaje más cercano; pertenecen al grupo de los negligentes, los muertos en estado de excomunión, que viven en el Ante-purgatorio. Un personaje notable de este lugar es Manfredo de Sicilia. Junto a los que por pereza tardaron en arrepentirse, los muertos violentamente y a los principios negligentes, de hecho, esperan el tiempo de purificación necesario para poder acceder al Purgatorio propiamente dicho. En la entrada del valle donde se encuentran los principios negligentes, Dante, siguiendo las indicaciones de Virgilio, pide indicaciones a un alma que resulta ser el guardián del valle, un compatriota de Virgilio,
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