EL MEXICANO, PSICOLOGÍA DE SUS MOTIVACIONES

“EL MEXICANO, PSICOLOGÍA DE SUS MOTIVACIONES”

El libro nos da una perspectiva histórica y cultural del mexicano e intenta explicar el porqué de ciertas conductas que se repiten de generación en generación.

Para hacer su análisis retoma aspectos culturales, desde la conquista, la independencia, la revolución y hasta aproximadamente la década de los 50’s, todo esto enmarcado desde la perspectiva del psicoanálisis.

A su vez trata de explicar el papel ambiguo que ha jugado “LA MUJER” a lo largo de la historia de México, da a conocer como en ocasiones es una figura amada, respetada e incluso venerada y al mismo tiempo degradada y humillada por el machismo.

Otro tema que relata el autor es la comparación que hace del padre con el conquistador. Esto se refiere a que el hijo mestizo odia a su padre por no estar a su lado, por las humillaciones que comete hacia su madre indígena, por haberlo abandonado, etc. Todo este odio, que es inconsciente, lo adopta como una forma de vida, lo que su padre español era con su madre indígena, él lo va a repetir con su esposa, sin importar su origen étnico. Esa discriminación de los españoles hacia las indígenas el mestizo la convierte en una discriminación total hacia todas las mujeres, originando el machismo.

Para concluir podemos mencionar que el mexicano históricamente ha tratado de encontrar la identidad que alguna vez le fue arrebatada, lo que lo llevo a crear una “identidad” basada en elementos de otras culturas. Es importante que los mexicanos tratemos de crear una identidad propia, que nos permita volver a nuestras raíces y dejar de imitar otras culturas.

El mexicano, psicología de sus motivaciones.

Entre los Estados Unidos y México medía un recuerdo histórico de conflicto territorial que ha pasado a los manuales escolares y que afecta el corazón de la nacionalidad... La desigualdad en la riqueza y en el desenvolvimiento técnico produce reacciones de molestia ante el vecino omnipotente, con capacidades para la civilización progresista moderna, que unas veces es admirado y otras visto como un peligro creciente... La imagen que puede acercarse más a esta situación (la relación entre Estados Unidos y México) es la de un rascacielos que se yergue junto a la casa menor vecina, que la resquebraja y amenaza, convierte la vecindad en una constante tarea histórica, en un apuñalamiento penoso del propietario pequeño que no quiere renunciar a su predio, y que aparece siempre en el momento de las reclamaciones como deudor y no como acreedor del vecino poderoso.

La tensión social que existe entre el mexicano y el norteamericano es pantalla de la primitiva relación del padre con el hijo.

Efectivamente hemos observado que en pacientes con intensa actitud antimexicana el ataque de las estereotipadas cualidades negativas del mexicano: su desnutrición, su mugre, su miseria, su lentitud, su masoquismo, es una manera de librarse de la contemplación de iguales características presentes en el interior del que critica. Es decir, hablando en lenguaje psicoanalítico: se ataca un objeto externo, proyectado, para no atacar un objeto interno. El mexicano, dividido por dentro tiene que colocar sus objetos malos en el exterior para no sentirse destruido; a veces es antimexicano y a veces nacionalista; a través de ambas actitudes propositivamente se estructura.

Todo este sentido de inferioridad del mexicano frente al estadounidense es tan abrumador que nuestra psique utiliza mecanismos de defensa para permitirnos tener un desarrollo funcional de vida y no sucumbir por la ansiedad y la angustia que nos genera la comparación.

El yo cuenta con un dispositivo que le anuncia y previene ante la posible pérdida del objeto, este dispositivo es la angustia; como señala Freud, la angustia es la reacción a una situación peligrosa,

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