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EL MISTERIO DEL CAPITAL


Enviado por   •  5 de Septiembre de 2013  •  4.065 Palabras (17 Páginas)  •  523 Visitas

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EL MISTERIO DEL CAPITAL

Hernando de Soto

¿Por qué la génesis del capital se ha convertido en un misterio semejante? ¿Y por qué las naciones ricas del mundo no explicaron a otras naciones cuán indispensable es la propiedad formal para la formación del capital?

Ver la crítica publicada en "Contribuciones a la Economía" por Jorge Mera Pérez:

¿”El misterio del capital” o pescando en río revuelto?

Un paseo por las calles del Oriente Medio, de la antigua Unión Soviética o de América Latina le mostrará muchas cosas: casas en las que vive la gente; parcelas de tierra en labranza, siembra o cosecha; mercaderías que se compran y se venden. En los países en desarrollo y en los que salen del comunismo los activos sirven sobre todo para estos propósitos físicos inmediatos. En cambio, en Occidente, esos mismos activos llevan además una vida paralela, como capital externo al mundo físico. Pueden ser usados para aumentar la producción, atendiendo a los intereses de otras partes como "garantía" de una hipoteca, por ejemplo, o asegurando el suministro de otras formas de crédito, así como de servicios públicos.

¿Por qué no pueden también las edificaciones y la tierra de otras partes del mundo llevar esa vida paralela? ¿Por qué los enormes recursos de los países en desarrollo y de los países que fueron comunistas, que según las estimaciones que realizamos mis colegas y yo en el Instituto Libertad y Democracia (ILD) de Lima ascienden a US$9,3 billones de capital muerto, no producen valor más allá de su estado "natural"? Mi respuesta es que el capital muerto existe porque hemos olvidado (o tal vez nunca hemos advertido) que convertir un activo físico en uno generador de capital, valerse de la casa para obtener dinero en préstamo y financiar una empresa, por ejemplo, supone un proceso muy complejo. Este proceso no se diferencia mucho del que Albert Einstein nos enseñó, mediante el cual un solo ladrillo puede liberar una inmensa cantidad de energía mediante una explosión atómica. Por analogía, el capital es el resultado de descubrir y desencadenar la energía potencial de los millones de millones de ladrillos que los pobres han acumulado en sus edificaciones.

Claves del pasado

Para desentrañar el misterio del capital tenemos que remontarnos al significado seminal de la palabra. Parece ser que en latín medieval, "capital" significaba cabeza de ganado, un bien que siempre ha sido una importante fuente de riqueza más allá de la carne, la leche, el cuero, la lana y el combustible que aportan los animales. El ganado se reproduce. Así, el término "capital" capta la dimensión física del activo (el ganado) y a la vez su potencial como generador de valor excedente. El paso que tuvieron que dar del establo al escritorio los que inventaron las ciencias económicas fue corto, y en general definieron el "capital" como aquella parte de los activos de un país que pone en marcha una producción excedente e incrementa la productividad. Los grandes economistas clásicos como Adam Smith y, más tarde, Karl Marx consideraban el capital como el motor de la economía de mercado. En "La riqueza de las naciones", Smith hizo énfasis en lo que constituye el meollo del misterio que intentamos desentrañar: si queremos que los activos acumulados se vuelvan capital activo y pongan en marcha una producción adicional, deben ser fijados y realizados en un objeto o actividad productiva en concreto "que perdure por lo menos un tiempo luego de realizado el trabajo. Es, como si dijéramos, una cierta cantidad de trabajo acumulada y almacenada para ser empleada, si fuera preciso, en alguna otra ocasión". La conclusión que yo extraigo de Smith es que el capital no es el stock de activos acumulados sino su potencial para dar lugar a una nueva producción. Ese potencial es, por supuesto, abstracto. Debe ser procesado y fijado en una forma tangible antes de poder liberarlo, exactamente como el potencial de energía nuclear del ladrillo de Einstein. Este significado esencial del capital se ha perdido para la historia. Hoy el capital se confunde con el dinero, que es solo una de sus muchas formas. Siempre resulta más fácil recordar un concepto difícil a partir de una de sus manifestaciones tangibles que a partir de su esencia. La mente capta más fácilmente el concepto de "dinero" que el de "capital". Pero es un error suponer que el dinero es lo que finalmente fija el capital. El dinero facilita las transacciones, permitiéndonos comprar y vender cosas, pero no es en sí el progenitor de la producción adicional.

La energía potencial de los activos

¿Qué es lo que fija el potencial de un activo para que pueda poner en marcha una producción adicional? ¿Qué es lo que desprende valor de una simple casa y lo fija de forma tal que le permite generar capital? Podemos encontrar una respuesta en nuestra analogía de la energía. Piense en un lago en lo alto de una montaña. Podemos imaginarlo en su contexto físico inmediato y encontrarle algunos usos primarios, como el canotaje y la pesca. Pero si pensamos en él como lo haría un ingeniero, concentrándonos en su capacidad de generar energía eléctrica por medio de una planta hidroeléctrica, como un valor adicional que trasciende el estado natural del lago como masa de agua, súbitamente detectamos el potencial que crea la posición elevada del lago. Para el ingeniero, el reto es cómo crear un proceso de conversión que fije este potencial en una forma que permita hacer trabajo adicional. El capital, como la energía, es un valor en estado latente. Para traerlo a la vida debemos dejar de mirar a nuestros activos como lo que son, y empezar a pensar en ellos como lo que podrían ser. Para ello se requiere un proceso de fijación del potencial económico del activo en una forma en la que puede ser empleado para iniciar una producción adicional. Pero si bien el proceso que convierte la energía potencial del agua en electricidad es harto conocido, el que da a los activos la forma necesaria para poner en marcha más producción no lo es. Esto se debe a que ese proceso clave no fue deliberadamente establecido para crear capital, sino con el propósito más sencillo de proteger la propiedad inmueble. A medida que los sistemas de propiedad de los países occidentales fueron creciendo, imperceptiblemente fueron desarrollando diversos mecanismos cuya combinación en un proceso empezó a producir más capital que nunca.

El proceso de conversión oculto de Occidente

En Occidente, el sistema de propiedad formal empieza a transformar activos en capital mediante la descripción y organización de los aspectos social y económicamente más útiles de los activos, preservando esta información en un sistema de

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