EL SUEÑO EN EL PANTEÓN

EL SUEÑO EN EL PANTEÓN

En el siguiente trabajo quiero mencionar la forma en como aparece el espacio en la obra de Bram Stoker, para esto utilizo el cuento de El Sueño en el Panteón o también conocido como El Invitado de Drácula y un pequeño fragmento del final de la obra de Drácula.

Si bien para mencionar a Bram Stoker es necesario mencionar quizás el efecto “metonímico” por el cual es conocido, es decir, en donde la obra es la que destaca al autor y no el autor a la obra, lo que quiero exponer es que al introducirnos en cualquiera de los escritos elaborados por Stoker siempre extraemos dentro de un pequeño inciso la idea, la figura y el contexto de Drácula siendo este uno de los íconos más destacados de su género y entendido desde un nivel discursivo hasta psicológico,.

Entonces, detrás de esta semblanza podríamos encontrar la idea de un Stoker atormentado y angustiado, quien encontró en la literatura la forma de argumentar en atributos míticos su remordida inclinación. La idea de elaborar un pequeño esbozo sobre la figura de Stoker radica en la necesidad de

establecer una relación entre el autor y su obra, con el fin de establecer en dicha concordancia una primera noción de espacio en el discurso narrativo de su obra, como lo mencioné anteriormente en este caso la obra es la que “determina” al autor y esa medida no considero erróneo un primer acercamiento al autor con el fin de introducirnos en su obra.

Después de sugerir la idea de la existencia detrás de la analogía Stoker-Drácula, quiero hacer mención sobre un pequeño fragmento extractado de una de las notas escritas por el doctor Van Helsing acerca de un sepulcro encontrado en los suburbios del castillo de Drácula.

“Este era, pues, el hogar del Vampiro Rey, a quien se debía que lo fuesen tantos otros. El hecho de que estuviera vacío proclamaba con toda elocuencia lo que ya sabíamos. antes de devolverle a estas mujeres su identidad de mortal con mi horrible trabajo, dejé en el lecho de drácula fragmentos de hostia, desterrándole de él como No muerto para siempre.”

En la cita anterior quiero resaltar el vínculo existente entre el sepulcro y el “Vampiro Rey”, que se caracteriza por estar mediado por el concepto de la vida, es decir que la relación fundamental entre el sepulcro y el vampiro es la correspondencia entre lo físico y lo orgánico siendo así el sepulcro un rasgo vital y de carácter imprescindible para el vampiro. Es de esta forma como lo físico vulnera las leyes de lo natural para obtener sentido en si mismo y dotarse de “vida”.

Igualmente sucede en El Sueño en el Panteón, que puede ser una narración de carácter onírico que se anticipa a los diarios del viaje y específicamente a la llegada de Jonathan Harker al castillo del conde Drácula.

En este relato encontramos un precedente que nos introduce de inmediato en una

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