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Panteon Romano


Enviado por   •  13 de Diciembre de 2011  •  1.832 Palabras (8 Páginas)  •  1.797 Visitas

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Consideramos que la arquitectura romana alcanza su paradigma en el Panteón de Roma, nos revela la naturaleza plástica e introvertida de la arquitectura romana.

En una aproximación tipológica a la arquitectura romana, puede parecer un contrasentido escoger como paradigma una obra como el Panteón, que es un ejemplo único es su especie, pero precisamente en él llegan a la perfección determinados elementos especiales, simbólicos y constructivos que, transcendiendo su origen, llegan a convertirlo en prototipo de las grandes cúpulas clásicas.

Por otro lado, las componentes de menhir y de cueva, reaparecen espléndidamente en el Panteón, en este edificio que, emergiendo de la tierra, llega a simbolizar la bóveda celeste, con la que se comunica a través de un óculo abierto en su cenit.

Es construido en el 23 a. C por Augusto y Agripa, el Panteón es una obra magristral tanto de arquitectura como de ingeniería. El edificio, de proporciones cósmicas, reproduce, en sus dimensiones, la esfera celeste en la que los siete astros o divinidades principales del panteón romano presencian las actuaciones de los hombres.

Las proporciones y la estructura del Panteón son representativos de la concepción religiosa de los romanos: la morada de los dioses, en la que Augusto pretende centralizar la gran variedad de cultos de la religión romana y que se presenta con una arquitectura de síntesis del cielo y de la tierra.

El edificio contaba con siete ábsides donde se emplazaban los siete dioses principales del panteón romano, teniendo lugar destacado Marte y Venus, como protectores de la "Gens Iulia", las deidades ancestrales de la familia del emperador.

La arquitectura del Panteón posee un simbolismo cósmico muy específico, esta geometría básica se referencia siempre a la imagen y semejanza del universo y el movimiento celeste.

Su nave, con cimientos de planta cuadrada y pavimento en damero, se transforma en un octógono inscrito en una circunferencia. "En la geometría plana, el círculo es símbolo del cielo y el cuadrado de la tierra, y el octógono intermedia entre uno y otro, y a través de él se logra la cuadratura del círculo, la unión indisoluble del espíritu y la materia"

Con la puerta de entrada existen además siete ábsides consagrados a las siete divinidades astrales (los cinco planetas de la antigüedad, el sol y la luna).

La cúpula, con sus exactas proporciones, representa la bóveda celeste. Y los cinco niveles del artesonado de la cubierta representan las cinco esferas concéntricas del sistema planetario antiguo. Por último el "oculus" central, que domina el espacio interior y es la única fuente de luz de todo el edificio, representa admirablemente el sol durante el día y la luna durante la noche. La luz de ambos, la de la luna como reflejo solar, domina todo el espacio y lo recorre de manera cíclica. No olvidemos que el edificio se encuentra orientado a norte, permitiendo a través de un monumental gnomon (término que en griego significa "el que sabe") observar la mecánica del cosmos.

Durante el solsticio de verano, a la hora del medio día, la proyección del disco solar se presentaba con una deslumbrante presencia en la entrada del templo (que permanecía en sombra) y proviniendo desde el interior del edificio. Esta sorprendente presencia en el centro del pronaos se materializaba entre las imágenes de Augusto y Agripa, y presentaba al exterior una interesada escenografía de recuerdos antiguos.

Idealmente viene a ser como una gigantesca esfera de unos 43 m de diámetro, resulta geométricamente como una cúpula semiesférica sustentada por un cilindro cuyas paredes tienen una altura equivalente al radio de la cúpula. Es, pues, una enorme construcción de planta central, en la que el cilindro o tholos mediterráneo se combina con la estructura cupuliforme creada por los constructores mesopotámicos para sus edificios de alfarería. Porque, precisamente en su aspecto constructivo, el Panteón es como un gran recipiente de alfarería volcado sobre el suelo; un ejemplo casi perfecto de los sistemas constructivos de masa activa, en el que toda la masa trabaja por igual sin que sea posible determinar puntos o linear singulares en ella; un ejemplo también del uso del muro que muestra con brillantez sus posibilidades como elemento de arquitectura.

La concepción clásica del templo como casa de la divinidad, olímpica e inaccesible, fue radicalmente subvertida, haciéndose un espacio para alojar al pueblo y aislarlo del mundo exterior. Por primera vez se piensa más en el interior que en el exterior.

De este modo, el contenedor para el pueblo, propio de las religiones místicas, vino a encarnarse en este edificio singular, al que se acopló un pórtico delantero con frontón, a la manera griega, situado al norte para que en ningún caso compitiese la luz del acceso con la luz cenital del óculo, única que debía entrar en su espacio interior, como símbolo perfecto del carácter estático de los espacios arquitectónicos romanos.

Los primeros templos construidos por los romanos tomaron prestados de sus vecinos (griegos, etruscos o toscanos), la mayor parte de sus elementos y formas arquitectónicas: podios, pronaos y plantas columnadas, escalinatas, ect… A finales de la República, la arquitectura religiosa poseía ya un programa de características propias: plantas rectangulares, formas esbeltas, fachadas hexástilas, gruesos muros de soporte, columnas adosadas y ornamentación corintia.

El Panteón es el mayor de los edificios romanos de planta central y cubierta de cúpula, que fue diseñado en tiempos de Augusto. Presenta un gran contraste entre la sencilla estructura

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